sábado, 8 de noviembre de 2014

vivir solo

 Cada vez más personas adultas prefieren vivir solas. Creo que el éxito de esto radica en el nivel de dependencia/independencia que tengan. Además, conocer la soledad nos prepara de mejor manera para una vida futura en pareja. Me parece importante resaltar las ventajas y las desventajas que esto presenta.
Ventajas:
Nadie controla nuestros horarios y no tenemos que dar explicaciones de lo que hacemos o dejamos de hacer (¿esto siempre nos gusta?)
Limpiamos y cocinamos cuando queremos
Decoramos y le damos al lugar la apariencia que deseamos, sin precisar ponernos de acuerdo con nadie.
Ocupamos la totalidad de los closets (placares), cajones, armarios y todos los espacios libres.
Si tenemos pareja, no verse un par de días suele aumentar el deseo de volver a verse.
Desventajas:
Llegamos a nuestra casa y está vacía: no tenemos con quién hablar de lo que nos pasó durante el día, nos falta contención afectiva (según varios estudios, compartir nuestras tribulaciones diarias reduce el estrés).
Nos hacemos cargo de todos los gastos del hogar.
Comemos siempre solos.
Algunos nos volvemos más maniáticos con nuestras cosas, y cada vez nos molesta más lo que consideramos desorden ajeno (muchas veces, solo es un orden distinto).
Somos responsables de absolutamente todo lo que implica el manejo de una casa (ir al súper, lavar la ropa, encargarnos de las pérdidas de gas o de las filtraciones de agua).
Hay mayor tendencia a estar tristes. En ciertos momentos sentimos que nos falta algo, añoramos la compañía de otras personas, o de ese ser tan especial que vive en otro lugar…
Sinceramente, por más que en ciertos momentos haya roces o que sea preciso ponerse de acuerdo en muchos temas cotidianos, para mí, sigue siendo la mejor opción compartir la vida; creo que nada se compara a la magia de despertarnos y ver la cara de nuestro ser amado a poquitos centímetros de donde estamos.

¿Prefieres vivir solo o en pareja?

COMPROMISO SIN COMPROMISO

Alguna vez se han puesto a reflexionar las mujeres solas, mayores de 45 años de lo que es comprometerse, pues comprometerse es dar tu palabra y saber que por muchos obstáculos que encuentres en tu camino vas a saber cumplir, has dicho que harás tal cosa y debes hacerlo, debes tener el valor del compromiso…
Hay personas, tanto hombres como mujeres, que no saben comprometerse. Muchas veces tienen miedo al compromiso, miedo a comprometernos… e incluso miedo a la palabra “compromiso”. Es algo que intimida, tanto que muchas veces se huye  antes que asumirlo, especialmente si se trata de algo tan serio.
Eso es lo que se presiento cuando las conversaciones con sus compromisos y húyen de los temas importantes. Es que piensan que son los únicos que pueden hacer lo mejor para sus vidas.
El miedo al compromiso los hace inestables, y por ello pueden hacerle perder las mejores oportunidades que la vida les ofrecerá. 
Si por miedo al compromiso no son capaces de tener relaciones estables y profundas, al final los interesados, dándose cuenta de ello, acabarán perdiendo el interés o ellos mismas acabaran rompiendo la relación, huyendo y perdiéndolo todo por no haber sabido comprometernos más. 

Al final, quienes se acercarán a ellas (especialmente), serán aquellos que no buscan nada serio, hombres por los que realmente no merece la pena jugársela, hombres que carecen de carácter decidido y capacidad de compromiso.