INTRODUCCION


Las mujeres son los seres más maravillosos que Dios ha creado, con su infinita sabiduría. Hizo a la mujer de la costilla del hombre y le dio la potestad de ser compañera de éste, hasta el fin de sus días. En el mundo de hoy, así como hay mujeres, también hay MUJERES, con letras mayúsculas que son dignas de estar en un altar para ser reverenciadas por todos los hombres.
La vida de un hombre, fue y sigue siendo marcado por las mujeres. Esto fue lo que le  sucedió al personaje que les presentamos. El hoy ahora profesional, trabajador, honrado, leal y muy esforzado, es uno de los miles- por no decir, de millones- que se encuentran diseminados por toda la faz de la tierra, que están pasando lo mismo que Juanitop.
Lo bautizaremos como Juanitop, cuya familiaridad del nombre corresponde a Juan, igual que el padre de su Abuelo. El papá era un hombre bonachón, con modales fuertes y muy recto, crió a sus cuatro hijos con diferentes sentimientos.
Al mayor, por ser el primer fruto de un amor eterno, lo llamó igual que él y lo mimaba y cuidaba con sábanas de sedas. Por eso creció todo engreído y era el primogénito de la familia. El segundo, también varón y personaje de nuestra historia, no tuvo la suerte del hermano mayor y fue quien recibió los castigos y reprimendas de las travesuras de ambos.
Las dos menores, eran las mujeres, que por suerte se juntaron en nacer, porque el papá ya estaba malhumorado con la madre, porque no el “daba una mujercita”, Nacieron una tras la otra y con clara muestra de ser diferentes.
La tercera se le llamó como la madre quiso, Viviana y la tercera como la santa Rosa. Una vez que nacieron el padre se inclino por las dos ya que decía, Viviana era “la niña de mis ojos” y la menor por haber nacido con problemas imperceptibles de nervios.
La familia creció y se multiplicó y cuando Juanitop tenía escasos cinco años, se vio enredado en el inicio de una serie de acontecimientos que ahora cree es el resultado de la vida que lleva. Una mujer fue la que empezó ese camino y otra es quien la sigue.

Concluimos diciendo que Juanitop fue el hijo “sándwich” porque recibía la presión del hermano mayor y lo de sus hermanas menores. Por eso es que su carácter fue siempre de reclamar y estar atentos al posible culpable de cualquier situación.


SU NACIMIENTO








           Conté mi nacimiento?

Bueno, un buen día, del mes de febrero, mi madre se enteró, no sé cómo, pero se enteró que estaba embarazada y luego de meditar y buscando las palabras apropiadas se lo comunicó al hombre de quien recaía la sospecha: mi padre.

Preparándole uno de sus potajes favoritos, “lomito saltado” con carnecita recién comprada, acompañado con un humeante cafecito y su pancito que recién había salido del horno en la panadería, se sentó a la mesa junto a él.

Con voz temblorosa y dubitativa, comenzó a manifestarle la buena nueva, de que las parejas que se aman y se prodigan caricias nocturnas, tenían como buen fin el de procrear un fruto de ese amor sincero y patatín y patantán, . Todo esto venía porque mi padre era un hombre muy arraigado de las costumbres familiares.

Como lo habían criado de una manera un poco sin afecto, sentía que los hijos deberían llegar luego de dos o tres años, pero mi madre estaba embarazada luego de seis meses y eso era catastrófico para la familia y para el bolsillo del papá.

Pero como  él es, (y fue) un hombre muy responsable, lo tomó con buenos ojos y le aseguró a mi madre que “a la niña” no le faltará nada. Y le aseguró la atención en el hospital SSP, a donde  todos los  meses la llevaba a su control pre-natal.

Pasaban los días y las semanas, el vientre de mi madre crecía de una manera diferente al que había tenido durante el embarazo de mi hermano mayor,  hasta que en el mes de octubre, siente por primera vez, los dolores de parto y no es que sea primeriza, sino que eran los mismos síntomas cuando parió a su primogénito.

Apenas sintió los primeros dolores, apresuradamente corre al Rebagliati y entra directamente al área de emergencia para que la deriven a Sala de Parto, pero luego de ser examinada, le manifiestan que era una falsa alarma: igualmente sucede dos semanas después: y la primera semana de noviembre, acude por emergencia: y le dicen que no se traumatice porque aún faltaba mas tiempo: pero... dentro de ella había una personita que estaba apurado por salir a este mundo y un día mi madre siente que la "fuente" se le rompe y no sabe que hacer.

Llama a su suegra, la madre de mi padre, quien un día me llamó ladrón, esa mujer la ayuda y la traslada al mas cercano centro asistencial porque el muchacho estaba reventando el vientre de la madre.

Luchan contra el reloj y salen dando un portazo miran para un lado y para otro y no ven ningún taxi no hay nadie que la ayude a trasladarla al hospital y la farmacéutica de una botica cercana le dice: “Señora llévela a la clínica que está cerca”.

Uyyyy!  mis oiditos que aún estaban virgen de toda mentiras escuchó: ¡!clínica!! y mi abuela sin medir consecuencias ayudada por la señorita de la botica la trasladan a la Clínica Javier Prado, Centro Médico que por aquel entonces era una de las mejores de Lima, era exclusiva para gente pudiente y mi madre no lo era, menos mi abuela, pero los galenos al ver a mi madre desfallecer y con el vientre crecido se compadecieron y la llevaron al quirófano y cuando le empezaron a hacer el trabajo de parto vieron que mi piernita, estaba afuera. Ya estaba naciendo.

La primera impresión fue de que sería un buen deportista, futbolista o de cross contry, pero tiempo después demostró que fue un buen jugador de básquet. Las parturientas y el ginecólogo hicieron su trabajo y me pusieron en una cuna cuyas sábanas eran de seda.

Luego de revisar a mi madre y a mi que estábamos bien, manifestaron que debían hacerse el traslado al Centro Hospitalario que correspondía, el Edgardo Rebagliati Martins, cosa que lo hicieron, luego de permanecer medio día dándole  alegría a las enfermeras.

Fue mi primer viaje en una ambulancia y creo que es la única. La emoción (acaso sabía que era eso?) hacía que me salga algunos aguuuu y gritos que mis acompañantes pensaban que algo me estaba doliendo y me prodigaban muchas atenciones.

Una vez que llegaron, mi madre y mi abuela – con este flamante niño – los encargados de Admisión, dieron el visto bueno de salud y nos tuvieron internado por dos días y de ahí, rumbo para la casa, donde nos esperaba el resto de la familia, con los brazos abiertos. Fui el centro de atención durante los siguientes dos meses.

Sin embargo, yo presentía que dentro del corazón de mis padres, en especial de papá, había una amargura con sabor a resignación, puesto que esperaba que el segundo fruto de su amor,  fuera una mujercita, pero este pechito nació varón.

 y eso fue hace .... varios de años, un once de noviembre y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

... cuando te veo cuando miro tus ojos cuando observo tus labios para aprender de memoria las facciones de tu rostro jejejeje Dios me dio el don de escribir y lo utilizo cuando me inspiro…


Juanitop SE PIERDE EN LIMA










Corrían los años de 1958 y Lima era una ciudad que emergía de una situación política que fue interesante por los continuos contactos con países de primer orden, que deseaban invertir en el Perú. El frío de otoño, ya comenzaba a caer porque estaba en sus últimos días y el astro rey aparecía tenue y débil en los cielos que calentaban las calles de Lima.
En un distrito de la zona este de la capital, aun pequeña, porque los límites de la urbe llegaban a unos cuantos kilómetros del centro de la ciudad. El aeropuerto estaba a una diez cuadras de la casa de Juanitop y se oían claramente los motores de los aviones y especialmente los de la PANAGRA.
Por ese entonces, las páginas de los diarios se llenaban de las noticias de un hombre que raptaba, violaba y mataba a niños. Lima se encontraba aterrorizaba por el accionar de este insano y los padres cuidaban a sus hijos de ser posibles víctimas. La policía hacía denodados esfuerzos por atraparlo, pero era inútil.
Con dicho escenario la vida de Juanitop comienza a ser marcado, cuando un día se encuentra jugando con sus hermanos en la puerta de su casa, inocentemente a la pelota y las mujercitas con sus muñecas. Al fondo de la casa se escuchaba los sones de un cha-cha-cha, música contagiante de moda.
Juanitop era el mas activo y mas movedizo de los cuatro menores y corre para traer la pelota que se le va a la pista, Corre para la casa vecina donde rueda el balón de jebe y lo trae para que su hermano mayor continúe con el juego. No pensaba más que en divertirse con la pelota de color mamey.
En los momentos en que todos los invitados se encontraban departiendo cómodamente ya que eran una familia muy numerosa y cuando había almuerzo, todos se ponían de acuerdo y se reunían en la cabeza de la familia. La Sra. Marina era la matrona de la familia de gente morena.
Fue en esos instantes que una gran dama de los que estaban en la reunión del medio día que al pasar por los niños, saluda muy efusivamente a Juanitop, quien le responde con un beso en la mejilla. Y no contento con eso, comienza a caminar detrás de ella.
Con paso seguro y con la pelota en los brazos el menos inicia su recorrido por esas calles que nunca caminó solo, pero si de la mano de sus padres, cuando iban de visita a la señora que estaba siguiendo. Contento porque se sentía libre, Juanitop continuaba su andar hasta que cuando reaccionó, no vio a la mujer delante de ella.
Pero su instinto le decía que ella iría hasta su casa y que esta quedaba derecho, sin voltear a ningún lugar. Craso error de cálculos, porque Juanitop camino y camino hasta no saber cuánto. La noche caía y no encontraba una casa conocida.
Ya los postes de alumbrado público empezaron a encenderse y la gente apresuraba el paso para llegar a sus domicilios. No había nada que hacer, Juanitop se había perdido en esas enmarañadas avenidas que cruzaban el popular distrito.
En su hogar, sus padres, confiados que la señora se lo había llevado a su casa, no se interesaban por su ausencia, sin embargo el instinto de madre, hizo que reclamara al papá la presencia de su vástago y de la confianza que tenía para llevárselo hasta altas horas de la noche.
Las emisoras radiales anunciaban otra víctima del feroz “Pichuzo” que era el terror de los limeños. Algunos decían que era la reencarnación del diablo porque un hombre con sano juicio no cometería atroces acciones en contra de menores indefensos. Y los ululares de los carros policiales surcaban los aires de las calles.
Por doquier, las comandancias de policías, se organizaban equipos de efectivos para hacer “batidas” en busca del maleante, pero todas las acciones eran en vano. No existía rastro alguno del desalmado. Por todas partes se le veía, pero en ninguno estaba.
El frío se hacía insoportable, no era como en el mes anterior. El otoño estaba llegando a su fin, dando paso a la estación del amor, la primavera y ya la población dejaría en casa las consabidas chompas y casacas. Se sentía un frescor que daban ganas de estar cada vez más ligeros de ropa.
Los padres de Juanitop, llegaron a la casa de la mujer que fue indirectamente culpable de lo que le estaría pasando al menor y sorprendidos se enteraron que el niño no estaba ahí y que ella solamente le había dado un beso en la mejilla como señal de despedida y que jamás pensaría llevárselo sin el consentimiento de sus papás.
Al borde de la histeria la madre llorando por la desaparición de Juanitop y llena de rabia lanza su amenaza de que si le pasa algo a su hijo, ella tomaría represalias contra la mujer que lo incito a seguirla. Y era de cumplir su palabra.
Todos se conmovieron por la amenaza materna y se replegaron al fondo de la casa. No había nada que hacer, porque imaginaban que Juanitop sería una mas en la estadística de la policía, como víctima del sátiro que andaba suelto en las calles limeñas. Su vida no valía nada.
Los compañeros de trabajo del papá, irradiaron mensajes alusivos de la desaparición del menor y la noticia llegó hasta los confines del país. No había nada que hacer, el compañerismo se demostró de esa forma en la comunidad empresarial del trabajo del papá.
No había noticias halagadoras, sino todo lo contrario, silencio que daba la aprobación de que algo grave hubiera pasado a Juanitop. Sin embargo todos rezaban para que aún este con vida. Ya había pasado mas de dos días y no había rastro o noticias del muchachito, este había sido “tragado por la tierra”.
Entonces sucede lo inesperado. Suena el teléfono y una voz roca pregunta si en esa casa había una denuncia de un niño cuyas características coincidían con el de Juanitop, la mamá toda angustiada repetía afirmativamente y rogaba que le digan que este había sido hallado y vivo.
La voz en el otro lado del auricular le dice que en la comisaría de Santa Beatriz hay un menor con esa descripción y que fue hallado deambulando por las calles alrededor del Estadio Nacional y unos maleantes se lo estaban llevando hacia el barrio que colinda dicho lugar.
Esas personas y el niño fueron detenidos y llevados a la delegación policial y puestos en investigación. El niño está en buen resguardo y pueden venir a verlo para que se lo lleven. Esto último hizo tirar, a la mamá, el fono a la mesa donde reposaba el resto del aparato  y no pudo contener las lágrimas.
Al instante, el papá y la abuela salieron raudo y veloz un taxi para llegar más rápido a la comisaría que quedaba a mas de veinte cuadras donde estaban, Sin consultar el costo subieron al vehículo y enrumbaron a la delegación policial. En menos de lo escribo este párrafo llegaron y vieron que era un lugar tenebroso y que se escuchaba gritos de malhechores.
Papá y abuela al unísono preguntan por un niño encontrado por los alrededores del Estadio Nacional y el efectivo de la puerta le señala una oficina donde pende un cartelito que decía DENUNCIAS. Se dirigieron y con el corazón en la boca vuelven a preguntar y le dicen que el encargado es un cabo. Lo ubican con la vista y por tercera vez hacen la pregunta.
Este policía amablemente le dice que han tenido suerte porque ese niño estaba siendo llevado a un zona oscura del barrio para algo inimaginable y les hizo recordar que por ese sitio andaba el peligroso delincuente violador y asesino de menores PICHUZO. Le ordeno que esperaran que iba a traerlo porque los niños encontrados, estaban en ese momento durmiendo.
En realidad, los dos no se habías percatado del tiempo y este había transcurrido muy rápido y los relojes marcaban las 11.30 de la noche. Un frío penetrante calo los huesos de la abuela porque le reclamó al hijo de las altas horas que eran y se apretujó el gabán que tenía.
El policía entra a la oficina llevando consigo a un menor de color, era un niño morenito y que respondía al nombre de Manuel y como si los habían tirado un golpe imaginario, ambos se dejaron caer en un sillón, que estaba en la entrad de la oficina. No podían cree que no sea Juanitop quien fue hallado horas antes.
El oficial amablemente les dijo que si no era ese el niño de ellos, que esperen que hay otro que se ha convertido en el engreído de las chicas de prevención, las llamadas “Ángeles de la Guardia” de los menores que iban a ser derivados a las cunas y orfanatos de aquellos que no son reclamados y abandonados.
Y de mala manera y con la moral hasta por los suelos, mamá e hijo, movieron la cabeza dando como aceptada la explicación del policía y demorando, como una especie de martirio los dos miraban la puerta para ver a quien traía. Y dando pasos fuertes, el uniformado entró con otro niño en los brazos y dos mujeres “ángeles”.
Con tremenda emoción y alegría, el papá gritó: Juanitop!!!, ese es mi Juanitop y arranchándole, literalmente de los brazos, al hombre lo apretujó y lo besaba. La abuela hizo lo propio y no dejaban de dar las gracias por el hallazgo. No tenían palabras para agradecer mas y se comprometieron que al día siguiente volverían a firmar los papeles.
Cosa que nunca cumplieron porque ya tenían a su hijito que estuvo perdido dos días y medio. Perdido en una ciudad grande y con un peligro latente de ser raptado, violado y asesinado por el terrible PICHUZO. Ya todo ese peligro había pasado y Juanitop se encontraba a buen recaudo.

Cuando llegó a casa, todos lo esperaban angustiosos y contentos y como toda historia tiene un final feliz, este no puede ser la excepción y todos bailaron y rieron hasta que el sol empezó a salir en el horizonte. Eran las 6.30 de la mañana y así fue que esta parte de su vida no será olvidada por Juanitop y fue su primera historia, donde una mujer fue parte de ella.


Una sobrina de LA madre







Esto ocurrió cuando Juanitop tenía 6 años y ya iba al colegio con su uniforme y un maletín de cuero. Asistía a una escuela pública con su hermano mayor, quien estaba en un curso superior. Eran los días inocentes de su niñez y nada hacía presagiar lo que a continuación vivió y que ese episodio quedaría como una huella imborrable.
Mamá era una mujer muy trabajadora y era una experta en remallar las medias de nylon que en esa época hacían furor entre las damas de la gran ciudad. No había fémina que no utilizara esa indumentaria para salir a la calle y eran cómodas por su confección y cuando se “corrías” la solución eran remallarlas.
Como la mamá era de una provincia de la sierra, en la capital estaban muchos de sus parientes y entre ellos había uno que tenían lavandería y en estas se arreglaban las ropas y las medias no eran la excepción. Ahí entraba a rallar la mamá y le era rentable porque abundaban las medias.
Una tarde le dice a sus hijos que la acompañen donde su tío para recoger las medias que debía remallar. Los dos chicos se alistan y salen junto con la mamá a una de las lavanderías. Iban jugando por la calle de manos de su mamá y contentos de llegar a un lugar “nuevo” para conocer a unos tíos y tías.
Pero eso no fue así porque la mamá no quería que los niños estén correteando por la casa de sus parientes y los mete debajo de un tremendo mostrador, con vidrios por todos los costados, pero cubierto por manteles que no permitían ver desde fuera lo que pasaba debajo del mueble.
Siempre iban y jugaban los dos ahí, y eran vistos de lejos por una sobrina de la mamá, que a decir verdad era prima lejana de Juanitop y de su hermano. Ella era mayor que los muchachitos y siempre les sonreía cuando descubrían que la estaba mirando en sus juegos inocentes de los soldados que matan.
Hasta que un día ella se mete a jugar con los dos y le dice que jugarían a los doctores y que ella sería la enferma. Para lo cual se tiende en el mostrador cubierto de la sabana y les hace que le tomen el pulso y que le toquen la cabeza y le den unas frotaciones en la barriga porque eso es lo que le duele.
Parece que estaba estudiando el comportamiento de los niños y lo obediente que eran porque todo lo que ella ordenaba, estos lo hacían y preparó el escenario para algo mas y empezó con clavar la sabana en el marco del mostrador para que no se mueva. Pegó papeles en los vidrios y pidió que movieran todo el mueble cerca de la pared del fondo.
En una oportunidad se llegó como siempre y la madre se pone a trabajar con la tía y deja que la sobrina o mejor dicho la “prima” los cuide jugando en el mostrador. Los tres comienzan a reír y saltar delante de todos y luego poco a poco se fueron metiendo al mostrador, hasta que convinieron ser los doctores.
La prima, como siempre fue la enferma y dijo que le dolía la barriga y deseaba que la frotaran y que se turnaran. Luego pasó a que le pongan inyecciones debajo de la falda y como lo niños no tenían experiencia, ellas los instruyó.
Ella tomando sus manitos y diciéndoles que con el dedo índice tenían que tocar esta parte y señalaba la entrada de su vagina. Inocentemente los dos repetían la acción hasta que al mayorcito no le gustó y dejó que Juanitop solo, continúe tocándole a la prima quien se retorcía de un lado para el otro.
El niño no sabía exactamente lo que ocurría, pero dentro de su organismo empezó a experimentar una sensación propia de hombre. Empezaba a sentir un gusto extraño a medida que continuaba tocando esa parte íntima de la mujer. Sentía algo indescriptible que le gustaba.
Diez minutos, quince, no recuerda cuanto pasó pero fue interminable lo que ocurrió en el mostrador, testigo de innumerables veces que repitieron en juego de los doctores. Y mamá estaba feliz porque sus hijitos eran unos chicos correctísimos que no hacían travesuras en casa del tío.
Parece que la prima ya no se daba gusto con tan solo que le toquen su intimidad e ideó llevarlos al baño para que la vean desnuda y que le frotaran el cuerpo, fingiendo que necesitaba unos masajes para calmar el fuerte dolor que sentía en todo el cuerpo. Ella gozaba y los chicos también.
El llamado de la mamá hizo finalizar el juego y todos salieron a despedirse.
Otra tarde que llegaron a la lavandería, vieron que el mostrador había sido removido y llevado al frente del negocio para que sirva de parapeto entre el público y los trabajadores. Esto pareció como que no querían que jueguen dentro del mueble, cosa que no era cierto.
En la siguiente semana, muy temprano los hermanos se levantaron temprano porque la mamá había anunciado que irían a la lavandería a trabajar y eso sonaba como música para los dos. Llegaron al negocio del tío y todos se pusieron a trabajar y los chicos a jugar con la prima.
Como ya estaban acostumbrados a la presencia de los muchachitos y de la joven por toda la casa, subieron a la azotea y desde ahí empezaron los tres a jugar frotándose y tocándose el cuerpo, porque mucho le dolían. Hasta que la prima los llama a un ambiente semidestruido para seguir jugando, a los doctores.
Se arreglan y bajan llenos de emoción por lo que habían experimentado y se comportan tranquilos a pesar que ambos querían tocar a la prima en todas partes de su cuerpo que cada vez iba creciendo para todos los lados. Dejaba de ser adolescente para ser una mujer.
Después de varios días, la mamá dice que van a ir a la tienda a trabajar con las medias y que ese sería la última vez que lo hacía, porque la cantidad de medias para remallar, no justificaba el pago. Los muchachitos se apenaron mucho pero ese sería la última vez y querían aprovecharlo.
Llegaron y la prima también sabía que ya no volverían por un tiempo y dispuso irse directamente a la azotea donde había un ropero grandísimo, de esos que llaman de tres cuerpos, donde se encerraron por dentro. Era muy amplio y tenía una abertura que estaba tapado con un vidrio opaco que dejaba entrar la luz, sin ser vistos.
Una vez dentro del ropero la joven les hizo muchas cosas que no son reproducibles pero el lector imaginara. Estuvieron alrededor de una hora en donde hubo gemidos y la inocencia de los dos menores se fue diluyendo completamente hasta que empezaron a mirarla de forma diferente.
Momento después unas voces los hacen volver a la realidad y temerosos que suban y los descubran responden que van a bajar. Juanitop voltea a mirar a la prima y observa que entre sus piernas le escurría un liquido extraño. Ella solo atino a decir: - esta bien, no se asusten, no es nada. Acto seguido les hace promete no decir nunca a nadie sobre lo ocurrido y que eso sería un secreto para los tres.
Que tal mala suerte, ese es uno de los capítulos de la vida de Juanitop que jamás olvidará y eso fue culpa de una mujer, de las tantas que han habido en su vida y que producto de eso es el resultado de una personalidad especial. Fue ella, quien la introdujo precozmente en el conocimiento del sexo.

La señorita “Juanita”






Juanitop ya tenía edad para iniciar su etapa de pre-escolar y sus papás lo inscriben en una escuelita donde atendía una antigua maestra llamada “Juanita”. Esta era una mujer mayor que pintaba canas y tenia una forma peculiar de enseñar las primeras letras, era con el temor y una palmeta de madera.
Su primer día el aun menor, fue a la escuelita y la maestra le dio una serie de instructivas y un papel escrito con una letra limpia y muy legible de los útiles que debía compra para aprender sus primeras enseñanzas. Su mamá se preocupó de obtener todo.
La semanas pasaban y Juanitop era uno de los mas aplicados, cosa que resultaba raro y los papás no se explicaban el motivo, pensaban que era “hereditario” de sus mayores. Pero en realidad, la motivación era una chiquilla de largas trenzas que se sentaba delante de él y que lo había deslumbrado.
Sin embargo, otro niño de su misma edad también estaba al tanto de la niña y la fastidiaba y tenia una mala costumbre, le levantaba la falda ante cualquier descuido. Cuando estaba en el recreo era peor, la perturbaba hasta no dejarla jugar con los demás y Juanitop querría darle un golpe, pero sabia que nunca peleó por algo.
 Dentro de su inocente pensamiento, nuestro personaje no sabia el porqué se comportaba de esa manera ese niño y la miraba con extrema curiosidad. Los días pasaban y todos eran lo mismo con este malcriado niño y Juanitop solo observaba lo que ocurría, hasta que parándose frente al niño le preguntó, porqué haces eso y la respuesta que obtuvo: - es que me gusta pues!.
Así con esas palabras en su mente, se retiró y sentía curiosidad de saber que era lo que le gustaba y tenia miedo de decírselo a un mayor. Esos temas de hombre y mujeres eran para gente grande y un niño no podía decir nada, porque caso contrario era castigado fuertemente y como sus padres le pegaban por nada, es que se calló la boca.
Una mañana todos los alumnos de la escuelita hicieron una trifulca y la niña de trenzas largas empezó a llorar, gritando que le habían levantado la falda y la maestra Juanita, una mujer cuyas arrugas daba testimonio de su edad, montando en cólera interrogó a la menor y ésta al no saber el causante culpó a todos los varoncitos.
La maestra con una tranquilidad que ahora lo toma como especial, empezó uno por uno a echarlos a la banca esperando que la niña se siente en la cara de cada uno de los niños y sintiendo en el rostro el peso de todo el cuerpo de la chica que solo reía por la curiosa forma de castigar a los insolentes.
Juanitop fue uno de los primeros en ser “castigado”, como él hubiera sido el causante de la travesura. Al principio no quiso obedecer la orden, pero con la amenaza de recibir un palmetazo se echó cuan largo y esperó con suma atención el “castigo” de la maestra. Fue ahí que por primera vez miró la parte intima que con mucho cuidado y rigor esconden las mujeres.
Fueron instantes que sus ojos veían la ropa interior de una mujer, y era de aquella niña que le gustaba y al sentarse ella, su cara tocó el lugar donde se une el vientre con las extremidades. Era como un bultito delicado, redondo y durito que jamás olvidaría.
Sin embargo, nada hacía igualar lo que ya había probado en tiempo pasado con la sobrina de la mamá, en casa de unos tíos que tenían su lavandería. Esto fue diferente porque esa chiquilla le atraía y le gustaba, especialmente su pelo medio ceniza que le caía por sobre los hombros. Jamás olvidará ese episodio que le tocó vivir y la culpable se esa experiencia precoz fue una mujer.

LA CASA NUEVA

Eran los meses finales de 1959, cuando mis padres se lamentaban por no tener una casa más grande dado a que la familia estaba creciendo. Mi hermano mayor, mi hermana que me seguía y yo, conformábamos la familia y  las dos piezas que mi abuela le había alquilado a mi padre (?), ya no permitía vivir con comodidad. Mi madre era quien mas se quejaba.

Ella siempre manifestaba que cómo era posible que una madre alquilara un ambiente tan reducido a su hijo que tenía esposa y tres hijos, era inaudito, refería, pero no sabía que mi papá se había inscrito a un sorteo que en el trabajo se organizaba y estaba como responsable el gobierno de aquel entonces. El presidente era Manuel A. Odría.

Los meses pasaban y mi madre angustiada con la situación y a cada momento le recordaba la incomodidad diaria. Pero ignoraba el sorteo de unas casas por la zona industrial de Lima. Allá donde el gobierno había expropiado un terreno para construir una Unidad de Vivienda llamada Telepostal, porque ahí viviríanm exclusivamente, trabajadores de la Dirección General de Correos y Telégrafos.

Hasta que llegó el día del sorteo y en la mañana, recuerdo como si fuera ayer, mi padre implorando al Supremo Hacedor, rogaba para que sea uno de los afortunados con una casa-habitación. Las horas pasaban y la familia se enteró esa misma mañana de la actividad que se iniciaba con los premiados del primer piso.      

En total serían 56 departamentos los sorteados y correspondían a la primera etapa y sumaban mas de 1,000 los participantes, la suerte estaba echada y no se podía retractar, porque ese mismo día, mi padre, se enteró que para el cuarto piso solo había 26 inscritos y las posibilidades eran muchas. Mamá lamentaba que no le haya comunicado sobre este hecho ya que como mujer la hubiera aconsejado algo mejor.

Pero, las horas y los minutos pasaban, hasta que a eso de las 12 m. la tía de mi padre, entra corriendo a la casa de mis abuelos y pensando que era algo delicado que le sucedía a algún familiar, empieza a balbucear algunas palabras y mi abuela le da agua para que se tranquilice y la primera palabra que se escucha es el nombre de mi madre. Mi abuela se queda impávida porque ella sería la última persona que debía ser nombrada en su casa.

La tía se levanta del asiento y va directamente a la casa del fondo, donde la familia tenía su hogar y nombrando a mi madre con voz fuerte, le da la noticia repitiendo varias veces : - Tu esposo se ha sacado una casa!  Y debes ir a su trabajo para que firmes unos documentos que le dan posesión de un departamento en Chacra Ríos Sur.

Mi madre no salía de su asombro y solo atinó a coger su monedero y salir corriendo para tomar un bus que lo llevaría al trabajo de su esposo. Éste quedaba en el centro de la ciudad y en la época se demoraba media hora para llegar hasta el famoso Jirón de la Unión, cuadra uno al lado derecho de Palacio de Gobierno.

Nos imaginamos como habrá sido el encuentro de mis padres, cuando esa tarde se juntaron para firmar el documento que los acreditaban, como los favorecidos con un departamento en el segundo piso del Complejo habitacional, Telepostal, ubicado en la antigua zona industrial de Cercado de Lima y eran vecinos del otrora Coso taurino de Chacra Ríos Sur. Debió haber sido emocionante.

Una vez que en ceremonia especial, con la presencia del Edecán de la República, por encargo del Presidente, todos los suertudos, reunidos en la calle principal de los edificios que se ergían relucientes de color crema. Algunos lloraban de emoción y otros reían de nerviosismo por contar desde ese momento con una casa propia.

Entre los primeros, se encontraban mis padres, porque pasarían a la lista de los peruanos con casa propia y manifestaban cada palabra con una sonrisa y entre la gente se escuchaban los planes de mudarse lo mas pronto posible. Mis padres tenían pagada la renta a mi abuela hasta fin de mes y esa sería la fecha de ocupar la nueva casa.

Los días pasaban y mis padres se ponían nerviosos y optaron por llevar poco a poco las cosas que teníamos y hasta mandaron a hacer una gran mesa con un ebanista de calidad, pero éste era adicto al alcohol, pero sus trabajos eran muy buenos que con decir que luego de mas de 50 años, este mueble aún  se mantiene en perfectas condiciones.

Luego, otro día, mi madre le dijo a un pariente lejano, quien vivía a la vuelta de la casa de mi abuela que le lleve unas maletas con ropa y menaje de cocina, pero lo que realmente estaban haciendo es ver y entrar a la flamante morada que había ganado el papá. Todos, los cinco, estábamos contentos de irnos a nuestra casa.

Llegó el día del traslado total y al llegar a la urbanización, nos dimos con la sorpresa que ya habían otros que lo habían hecho. Unos, como nosotros que queríamos que llegue inicio de mes y otros por que tenían necesidad de mudarse a como de lugar. Este sería el caso de una familia que vivía años en un distrito populoso y hacinado en un segundo piso de una “quinta”.

Cuando hicimos posesión del departamento, mi hermano y yo tomamos posesión de una habitación que daba frente a la calle. Era para otear a los que pasaban por la avenida, porque a mis diez años nunca lo había hecho ya que la casa de la abuela no tenía ventana para la calle. Vivíamos en su interior y jamás mirábamos quien pasaba o quien llegaba.

En un principio, la casa me pareció muy grande y que irnos del dormitorio hasta la lavandería, era un paseo por el cuarto de mis padres, el baño, la sala y el comedor y antes quedaba la cocina y ahí, recién podía llegar y no era para lavar alguna prenda de vestir, sino para entrar al baño de servicio que lo utilizábamos cuando el principal estaba ocupado.

La nueva casa estaba ubicada en el segundo edificio de la Unidad y colindaba a otra similar ocupada por una familia cuyo padre trabajaba en el área de correos y tenía cinco hijos, tres mujeres y dos varones. Luego de años nacería un sexto como tantos que lo hicieron posteriormente entre ellos mi hermanita menor.

El primer contacto con los “nuevos”, fue uno de estos chicos, el del frente a la casa. Era un jovencito, dos o tres años mayor que mi hermano y tenia un peculiar andar que lo hacía diferente ante los demás. Su cuerpo erguido y los brazos casi pegados al cuerpo. Era como quien dice un futuro  “robocop”. Todo era nuevo para nosotros y hasta papá gozaba con sus reuniones entre compañeros de trabajo.

De mamá, ni qué hablar, siempre al ir al mercado se encontraba con otras esposas y se ponían a conversar y hacer planes para juntarse en alguna casa para charlar y tomarse unos refresco, pero luego me enteré que solo lo hacían para observar las cosas que tenían y adornaban cada una de las salas.

Eso traería como consecuencia que muchas empezaran a “seleccionar” sus preferidas y continuar sus reuniones entre ellas. Mi madre poco a poco empezó a no estar con ellas porque no se sentía a gusto con la conversación y criticas que hacían. Al final solo se quedó con tres de ellas y lo que importaba era la felicidad que sentía por tener el sueño de cada familia: La casa propia.

Otro de los que se fueron juntando fueron los hijos de una familia que trabajaba en el área de telegrafía, al cual mi padre pertenecía, y eran contemporáneos de nosotros, cada hermano tenía nuestras edades y lo que nos diferenciaban, sería producto de su anterior roce con la calle y las aventuras, mientras que nosotros no salíamos a la calle a pasear solo, ellos lo hacían porque eran varios hermanos y los padres mas permisivos que los nuestros.


LA abuela LO culpo de robo


Había pasado unos años de la niñez y estaba acostumbrado de las propinas de la abuela, madre de su papá, con quien vivió hasta el año de 1962 cuando el jefe de la familia se sacó en un sorteo de su trabajo una casa por la periferia de la ciudad y prometía una vida nueva y llena de alegría. Cosa que se cumplió a medias.
Luego de la mudanza, el papá y los hermanos estaban acostumbrado a ver a la abuela, porque ella siempre se había portado con mucho cariño y les regalaba una propinas que muchos de los muchachos querían recibir. Diez soles, en ese tiempo era como tener un tesoro para comprar golosinas e infinidad de otras cosas.
Casi siempre el hermano mayor, el engreído número uno de los abuelos, querían estar en el antiguo barrio y el hermano no lo defrauda, porque como costumbre iban, los dos,  a la casa antigua para pasar todo el día con ellos. Siempre les daba sus gustos en el almuerzo y les consentían todo.
Todo era alegría y aventuras nuevas con los antiguos vecinitos quienes se reunían en la calle y se ponían a jugar largos encuentros futboleros en la pista. Pintaban los arcos con tiza sobre el sueño y siempre terminaba en discusión ya que los goles debían ser rodada para así darse cuenta si habían “entrado” en el arco.
Un sábado, Juanitop estando como de 15 años ya no esperaba al hermano mayor para ir donde la abuela, porque este se tardaba mucho o se quedaba con los padres porque era el preferido de ellos. Sin compañía, Juanitop iba donde los abuelos y recibía, él solo, la jugosa propina,
Y lo que aconteció fue una nueva experiencia que hasta hoy no la olvida. Juanitop se había programado viajar, él solo, a Huancayo, ciudad serrana de donde era oriunda la madre y planeó reunir hasta su último centavo para tomar el tren que cruzaba los Andes y le daba una aventura especial.
Esa semana llegó temprano a la casa de la abuela y encontró que no había nadie de la familia, solo vio a la trabajadora del hogar, que estaba haciendo las cosas de una manera extraña. No le tomó importancia y al ver que sus parientes no se hallaban salio a la calle a jugar.
Los vecinitos del barrio eran sus amigos correría. Émulos de grandes deportistas del aquel entonces, los chiquillos rompían zapatos buscando el gol del triunfo. Juanitop, como ya vivía en otro barrio, tenia que demostrar que era el mejor y se quedó hasta tarde.
Una vez que termino el partido, se fue rápido a la casa, temiendo que caiga la noche y sus padres se deleitarían castigándole con una soga gruesa o un palo que tenía mamá para revolver la ropa cuando hacía su hervido. Se despidió de la abuela y ella le entregó la consabida propina.
Pero, Juanitop tenia en mente su plan, iría a la tierra de su madre, a Huancayo y para eso necesitaba dinero, por eso es que había ido donde la abuela los últimos cuatro sábados para reunir un poco de dinero que le serviría para el pasaje. No se interesaba la estadía ya que sus tías y primos lo recibirían como un príncipe.
El muchachito que salía de la pubertad, era un aventurero nato o quizás dentro de él había un YO que deseaba escapar de los castigos que sus padres le daban ya sea por tener culpa o sin tenerlo. Pensaba traspasar las fronteras un día no muy lejano.
Al siguiente día se levantó temprano y con el dinero en los bolsillos, se fue rápido a la parada del autobús y de ahí se dirigió a la estación del tren para comprar el boleto. Minutos después lo vemos instalado en uno de los vagones rumbo a la sierra central. Las calles se alejaban y daban paso a cerros y campos de cultivo.
Durante las casi ocho horas de viaje llegó a su destino y fue recibido con mucha alegría y asombro, por sus familiares. Los tíos pensando que era extraño que llegue sin compañía de alguien, hicieron llamadas a la capital para comunicar que el “sobrino” estaba ahí y que no se preocupen.
Pasaron varias semanas y los papás conminaron para que regrese a casa y como ya se sentía aburrido de la vida tranquila de la sierra, acepta regresar y le proveen un boleto y una talega de alimento para el camino. Juanitop no sabía lo que le esperaba en la Capital, especialmente de la casa de la abuela.
Al llegar a la suya, es interrogado por su padre quien le pregunta por los relojes, alhajas y un dinero que su hermano tenía guardado en su cómoda de su dormitorio; de la cartera y joyas de su madre. En dónde estaba? Y  luego de reponerse de esa sorpresa le dijo al papá que iría donde la abuela y el tío, para aclarar ese mal entendido y que él no era culpable de nada.
Sin embargo, al llegar a la casa de la abuela y todo estaba, como quien dice, arreglado para declararlo culpable de esas acusaciones. Él jurando por Dios y por lo que mas amaba, su madre, defendía su inocencia, pero los reclamos y su juramento no era escuchado. La abuelo solo lo despidió con un : - chau ladrón.
Eso fue lo que mas le dolió y tales palabras fue grabadas en su mente y la culpabilidad fue corroborada por una mujer. Jamás olvidaría esa parte de su vida. Le dijo a su papá que nunca mas volvería a esa casa hasta que todos, en especial su abuela y el tío se retracten de tremenda acusación.
Juanitop lo cumplió y solo regresó cuando la abuela murió y fue él quien imprimió todas  las fotografía del velorio y entierro de aquella mujer que un día lo tildó de ladrón. Pero lo que no fue dicho públicamente, es que meses después, del “robo”, se descubrió a la verdadera culpable, era la mujer de la limpieza. Todo estaba en un atado dentro de un hueco en la pared de su cuarto.
Eso no fue declarado por sus parientes afectados, porque querían que Juanitop continúe siendo reconocido como culpable de un delito que jamás cometió. Pero Dios es grande y sabía que era inocente, hasta el padre no le creyó. Una mujer fue quien le cambio su vida de amor hacia la familia.

MI SECUNDARIA


Todos  saben que la secundaria es de cinco año, pues yo desde que ingresé a esta nueva etapa de mi educación tuve la oportunidad de estudiarla bien y eso creo que fue la causa de mi ingreso a la Universidad sin prepararme en una academia de las tantas que ofrecían el ingreso seguro a un Centro superior.
Mi primer año lo hice en un colegio nacional, dizque una vez fue anexo principal del Colegio Nacional Guadalupe, por la cantidad de alumnos que deseaban estudiar en este primer colegio de Lima. Pues ya no llevaba el nombre de la Virgen de México, sino Sebastian Lorente Ibañez.
Este personaje ex docente nacido en España, fue director del colegio Guadalupe y se caracterizo por ese un profesor a carta cabal que en la ausencia de profesores que sumía Lima, se hizo cargo hasta de diez cursos. (1846) y por ese motivo se resquebrajó su salud y tuvo que viajar a la sierra, donde pasó su mayor cantidad de años.
Uffff algo me acuerdo de mi primer colegio secundario, pues ahi estudié el primero en 1966, el primero (1967), segundo año (1968), el segundo (1969) y luego me fui a un Colegio Particular en los límites de Breña y Pueblo Libre, llamado Perú. En este centro educativo volví a hacer segundo año de secundaria en 1970, cuando el fervor del Mundial de México 70 llenaban las páginas de los diarios y las televisoras en blanco y negro propalaban las primeras imágenes en "vivo y en directo" de un mundial.
Ese año, los alumnos del referido colegio, estuvimos llenos de orgullos porque nuestra selección estaba en un mundial, jugando en el estadio de Guanajuato, de la ciudad de León, donde jugamos con Bulgaria, Marruecos y Alemania, pasamos a la segunda ronda.
Mis días en ese colegio pasaron si mucho interés porque todo estaba concentrado en el mundial y sus consecuencias. Durante los meses siguientes del mundial no se habló mas que de fútbol. Hasta las mujeres estaban ensimismadas en el tema. Y ... yo seguía estudiando por inercia, cuando había alguna prueba ahí agarraba los libros y cuadernos. Me pasaba largas horas estudiando y repasando las lecciones.
Sin embargo, en la dirección del colegio se estaba tratando asuntos de caracter administrativo y los encargados del colegio, coincidente mente llamado Luis, nos tenía ajenos a los mimos, pero los perjudicados seríamos los cientos de alumnos. El dueño del local ya no deseaba seguir alquilándolo porque los vecinos se habían quejado del ruidos que hacían los alumnos.
Pero la verdad es que había una congregación religiosa que necesitaba un amplio local con muchos ambientes para instalar ahí su centro de adiestramiento doctrinario y que estaba prometiendo al duelo que haría arreglo significativos que en un futuro lo iba a beneficiar plenamente.
Y eso sucedió, no hubo renovación de alquiler para el siguiente año y los "luchos" tuvieron que buscar un nuevo local para continuar con su labor de enseñanza y lo lograron en Magdalena del Mar, distrito lejano al nuestro. Muchos no se matricularon, pero otros como yo si lo hice ya que me había adecuado a los métodos de los profesores y en verdad, aprendia.
Hice mi tercer año en 1971, en el mismo colegio Perú, ubicado en el distrito de Magdalena, casi cerca al mar y hasta se podía sentir el aroma de este que nos daba mayor energía para estar en las aulas atento a las instrucciones de los profesores. Mi materia preferida era Lengua y Literatura, pero en mis notas no lo demostraba, Quizás deseaba no deseaba mostrar todo lo que sabía.
Llegó el siguiente año y ya crecía como hombre, me volvía mas osado y no deseaba ser un simple estudiante de colegio particular y el estilo de los alumnos era no ir con el colegio oficial que había impuesto el gobierno, nos hacía parecer onagros por su color plomo y blanco. Todos íbamos a clases con ropa de calle.
Uno de mis atrevimiento fue conseguirme un carnet universitario y sacando la foto le puse la mía y lo usaba pagando el pasaje universitario que era la mitad de la tarifa. Me estaba ahorrando para ir hasta el colegio. Vivía en Cercado de Lima, por el Coliseo Amauta.
Sin ningún problema terminé ese año el cuarto aprobé todas las materias y también finalizó 1972. Cuyo caso mas notorio fue que el Gobierno dispuso reemplazar a Papa Noel por el niño Manuelito, y como argumento manifestaba que era solo em medio de regalar juguetes, mientras el segundo es el Niño Dios.
A mi no me interesaba todo eso porque ya no era un niño que ansiaba llegue la navidad. Mi mente estaba enfocada en terminar mis estudios y empezar a conocer algunos otros lugares y no solo mi barrio, mi colegio o Lima. Quería más.
1973, año del búfalo en el horoscopo chino y no me olvidaré ya que mis amigos del barrios deseaban que me inscriba en el Partido Aprista y para ello nos íbamos a jugar a la canchita de cemento que hay en el local principal de Alfonso Ugarte. Si esa loza hablaría, contaría las largas horas que pasábamos ahí dándole a la pelota tantas patadas que quedaba con el aire fuera. jejejeje.
Y llega el mes de marzo. fecha para matricularme al que sería mi último año en el colegio y me acerco a la primera cuadra de José Galvez, a escasos metros de la Avenida Brasil y me di con la sorpresa que el cartel del colegio no estaba ahí y que las puertas estaban con candado y las ventanas carecían de cortinas y lo que llamaba mas la atención era el descuido de higiene.
Di unas vueltas por el frontis y esperé unos minutos hasta que llegó un hombre con maletín y sacando un papel escrito lo pegó en la puerta, previamente limpiada por que si no, el tape no pegaba. Y cuando fue a hacer lo propio a la otra puerta, me acerqué y leí que el colegio había sido cerrado por causa de falta de local y los documentos se podían obtener en tal dirección.
Cuando fui a la dirección estipulada, Jesús María, me di cuenta que era la casa del Director y el en persona estaba dando los certificados y fichas para matriculares en ese año, en el colegio que deseen, pero él nos recomendaba a uno que estaba a metros de la Plaza Bolognesi.
Fui apenas me dio mis documentos, pero para tan mala suerte, llegué muy tarde y me fui directo a casa, donde le comuniqué a mi madre. Ella me dijo que mañana me matriculara ya que faltaba menos de una semana para el inicio de las clases. Esa noche mi padre da la noticia; Juanitop no irá a ese colegio.

(continuará)

Cuando escuché esas palabras sentí por primera vez una incertidumbre tal que no sabía qué iba a hacer en los próximos días hasta que llegue el 1 de Abril, primer día de clases y me sumí en un completo estado de inquietud. Dentro de mi cabeza no había otra cosa que la pregunta: - dónde estudiaría, mi último año de secundaria.
Los días pasaban y ya estaba a punto de terminar el mes y aún desconocía el colegio donde me matricularía papá, hasta que mi madre cometió la infidencia ( para mi bien) de contarme todo desde el principio y a darme los motivos que tuvo que hacerlo su esposo.
Ella empezó a darme vueltas con las ideas, cuando de repente reveló que mi padre me había matriculado en un centro educativo nacional, en un colegio que quedaba en el populoso y temido distrito de La Victoria, cuyo nombre es Colegio Nacional Lima.
En un principio esta institución educativa quedaba en el centro de Lima, y fue trasladado hasta un ambiente contiguo al "Instituto Tecnológico José Pardo" en la cuadra seis de la Av. Grau y el colegio se levantaba en la parte posterior. Era una calle muy sucia y en la esquina había una "paradita" con muchos ambulantes.
Ademas, me contó que su esposo había tomado esa decisión porque la situación económica de la familia no era de la mas alentadora y que ya no podía estar pagando una mensualidad, como en años anteriores.
Al día siguiente de la conversación delatora, fui caminando hasta ese distrito, que era conocido como uno de los mas peligrosos de Lima. Mi sorpresa fue que podía irme en movilidad de servicio público que pasaba cerca de casa y me dejaba a una cuadra del colegio. Fue una gran noticia para mi seguridad.
Pero al ver el colegio, que estaba abierto y dentro había algunos jóvenes que apuraban su matrícula u otros que recaban documentos para postular al grado inmediato superior, me pude dar cuenta que era acogedor y con un patio mucho mayor que el que tenia mi antiguo colegio.
Y acercándome a la secretaria, miré un aviso que me hizo estremecer el cuerpo. Un papel con letras grandes y gordas, infirmaban que todos los alumnos debía venir correctamente uniformados según las instructivas del Ministerio de Educación. Pantalón plomo, camisa blanca, zapatos negros con pasadores y el pelo corto.
Pero... si yo no había usado uniformes desde hacía varios años, creo que eran tres y ahora que me faltaban escasos 9 meses para terminar mis estudios, lo debería usar. Que tal paradoja. Usar uniforme solo para tan escaso tiempo y... no tenía.
Así que hablé con mamá y le conté lo que había leído en la secretaría y lo estricto de son. Me consoló diciendo que buscará una solución y que hablará con mi papá esa misma noche, entes que se acueste y que luego me comunicaría lo decidido.
AL día siguiente, mi madre me cuenta que papá le había dado dinero para mandarme ha hacer un pantalón plomo y que me compraría en el bazar una camisa blanca y un par de zapatos negros autorizados por el Ministerio. Lo primero no se pudo lograr porque el sastre dijo que no podía hacerlo, ya que tenia mucho trabajo y esa prenda era para mas tardar el viernes.
Asi que fuimos al centro de Lima para comprar todo. Entramos a muchas tiendas y comercios pero no había uno que me gustase, hasta que por fin, encontramos un modelo mas o menos acorde a mi gusto y estilo, ese pantalón lo compramos. Con la camisa y los zapatos no había problemas.
Teniendo el uniforme comprado y una chompa que me había vendido mi amigo el "chino" Leonel, estaba listo para iniciar lo que sería mi último año de escolar. Solamente tenía que esperar el lunes que se iniciaba oficialmente el año lectivo 1973.
Ese día, primero de Abril, salí temprano de casa para tomar el bus que me llevaría hasta una cuadra de mi "flamante" colegio. Pasó uno y no subí, me daba de temor ir a un lugar así y tan temprano. Esperé el siguiente y ese si lo abordé, serían como las 7.30 de la mañana. Me sentía nervioso, pero animoso por irme.
Por otro lado, sentía un poco de vergüenza y pena, porque ya me sentía un hombre, y después de repetir varios años, creo que mi adultez se notaba y seguro que todos no veían con buenos ojos a un mayor de edad con uniforme escolar, además estudiando en un colegio del estado. Hice fuerza para superar eso y... me fue bien.
Llegué al colegio y después de estar reunidos en al patio, todos los alumnos matriculados en cada sección, empiezan a dar los nombres de quienes están en tal y tal salón. Escucho el mio que dicen que estoy en el 5to. E, lo cual significa que hay cuatro aulas anteriores donde estudian los alumnos de menor edad.
Mi nerviosismo continuaba, porque veía a unos alumnos con pinta de chicos de barriadas que fastidiaban a los mas chicos y le hacían de todo, hasta los trataban de mujeres porque los querian besar y meter la mano al fundillo. Mientras otros mas calmados solo observaban desde el fondo apoyados en la pared, como midiendo a los posibles "puntos" para hacerlos sus sirvientes.
La gran mayoría corría de un lado para otro, buscando sus aulas. Yo me pegué a un grupo que, también sus nombres había sido llamados para el salón último de los quintos y en verdad eran chicos mayores con estampa de abusadores y hasta podría decirlo sin equivocarme, miembros de pandillas juveniles.
Entré a un aula cerca a la dirección y me ubiqué en la segunda carpeta del lado derecho del salón, para poder divisar a quien entra, y a todos los alumnos del aula. Y mi nerviosismo aumentó cuando se generó un conato de pelea entre dos alumnos del fondo, recordaron alguna rencilla del año anterior.
Por ahi vi volar una especie de regla de metal que luego descubrí que era una navaja, que fue quitada por un alumno que sería el mas respetado del curso. Su nombre? no lo diré, porque hoy en día es un ranqueado delincuente que ha tenido varios ingresos a penales de máxima seguridad.
Mi mente volaba a cien por hora y me preguntaba, porqué mi padre tuvo que matricularme en este colegio, que mas parece al anexo de "maranguita". no pudo, primero averiguarse cual era la calidad de alumnos que se matriculan ahí o solo pensó que se podía ahorrar unos soles exponiendo a su hijo a los peligros que ahí existen.
Y... hasta que una luz alumbró mi cerebro, vi entre los alumnos a uno que se parecía a un ex compañero que estudió conmigo en el Sebastian Lorente, pero era igualito, y pidiendo permiso al que estaba sentado en la misma carpeta me acerco y otro me impide la llegada hacia el chico. Este haciendo una señal, me dejan pasar y balbuceando le pregunto: tu no te apellidas Solorzano?
Este asombrado, repregunta, ¿Solorzano qué? y aumentando los apellidos le respondo, Solorzano Contreras, y tenía un apelativo curioso, le decían "huevo"... esta última palabra lo dije bajito porque no quería que se moleste porque el también tenia un cráneo con esas características, medio ovalada.
Todos se rieron y empezaron a tocarme el hombro y hasta uno se aventuró abrazándome, pero con la intención de tantear mis bolsillo, por si llevaba alguna arma contundente. Pero el amigo con quien conversaba lo detuvo y me abrazó diciéndome que su hermano mayor fue el primer "huevo" de la familia.
En la hora del recreo nos fuimos al cafetín y sentándonos alrededor de una mesa, solo nosotros dos, le conté que yo había estudiado en el un colegio del Cercado de Lima, por Mirones y que ahí conocí a su hermano, estudiamos varios años y luego no supe mas de él. Me contó que ahora él trabajaba y era padre de familia y le contaría que eres mi amigo.
Desde ese día me hice amigo de "huevo" y no se si por simpatía o por seguridad, porque desde ese momento, me gané la confianza de todos. Además, me cuidaban de posibles ataques de alumnos de otros salones y hasta de otros colegios. Me acompañaban a abordar mi bus y otras tardes nos íbamos hasta el estadio de Alianza que quedaba cerca.
Pasaban las semanas y el método que usaban los profesores eran nuevos para mi y hasta el profesor de Filosofía y Lógica, había empezado por la segunda parte del curso y nos enseñaba las proposiciones y la tabla lógica de la verdad. Y ni que decir del de Matemáticas, que me había puesto la mira por ser alumno nuevo. Todo era usted, dígame.
Y una mañana amaneció haciendo frío y tuve que ponerme una chompa, pero como la que tenía no era reglamentaria, no podía estar en el colegio con ella y llevaba mi mochila para guardarla ahi y estar con la camisa durante toda la mañana. Hasta que el auxiliar de educación, un gordo seboso, me vio con la prenda y quiso decomisarmela, cosa que me opuse ya que no lo estaba usando y quitándome la mochila la sacó y lo puso en el salón de profesores. La realidad era que él deseaba la chompa porque era de marca y no solo eso, sino que en Lima no había otra.  El papá de el "chino Leonel", que era Capitán de Travesía, la había traído de Europa y este me la vendió,
Al ver mi chompa en una percha de la sala de profesores, entro y la cojo, cosa que fue vista por uno de los alumnos adicto al auxiliar y le comunicó. Este va directamente al salón y no me encuentra porque estaba en el patio con mi mochila y un pensamiento puesto en mi cabeza. Escaparme del colegio.

Me grita que vaya, pero no le hago caso y sigue gritando y vocifera que si no obedezco me expulsaría y sacando fuerzas le espeto: "usted no expulsa a nadie, yo me voy del colegio y nunca mas vuelvo"

COMO SOY?

Recuerdo que en mis años de estudiante secundario, cuando hacíamos clase de psicología, el profesor nos preguntaba que nos describiéramos, especialmente sobre nuestro comportamiento. Y cada uno empezábamos a decir que éramos buenos, amigueros, muy estudiosos, obedientes, que les gustaban los deportes y las chicas, uno que otro aumentaba a los animales.
En estos tiempos Juanitop era un muchacho, mas o menos tímido y callado, que en algunos momentos dejaba salir a ese niño travieso que tenemos todos dentro de uno y fui moldeado por las constantes disciplina de mis padres, por cada acto que ellos consideraban no estar de acuerdo con sus costumbres.
Pero en fin, pienso que a pesar de todo fui un chico promedio en comportamiento y sano físicamente. De eso no hay que dudarlo porque mi actividad deportiva fue creciendo desde muy niño y en ese tiempo era un buen jugador de básquet, hasta el punto de ser seleccionado para representar a mi localidad en un torneo fuera del país.
Esa mañana de la clase de psicología, el profesor pronuncia mi apellido y me manifiesta que diga como soy. Todo nervioso y mirando al techo como quien busca la respuesta en las coyunturas de las tablas y rincones de las aristas del techo, trato de esbozar una respuesta y entonces recordando una vez que un periodista preguntaba a un funcionario sobre su desempeño en el trabajo y éste responde rápidamente, él como lo catalogaba.
Tomando aire para darme valor preparo la  respuesta y digo:
Soy un muchacho que trata de ser amigable con las personas, especialmente con aquellos que le brindan su amistad, brindo confianza y alguna forma de comprensión y colaboración. Pienso que soy honrado y leal. No me gusta tomar nada ajeno y siempre estoy buscando una forma de ayudar, siquiera con unas breves palabras”
Además, rechazo a todos lo que de alguna manera quiera sobrepasarse conmigo o con alguno de mis amigos, porque no permitiría que sean abusadores contra el mas débil. Me da temor que se burlen de uno, solo porque no le agrade o porque cree encontrar con quien descobrarse lo que alguna vez le hicieron”.
Al terminar esa idea, miré que el profesor sorprendido, me hacía señas con la mano para que continúe hablando y yo obediente seguí mi perorata: “…me aterra la soledad porque no tendría con quien hablar y además siento, que el estar solo es sinónimo de estar muerto en vida, porque no habría con quien conversar para expresarle mis sentimientos, mis necesidades e ideas”.
Proseguí “me identifico plenamente con el colegio a donde pertenezco y me doy íntegro a los planes que me comprometo, y cuando quiero, quiero intensamente a pesar que esto me haya hecho algún daño antes. Creo en un ser supremo que guía nuestras vidas y cuando lo conozca, lo amaré también”
“… mi vida es producto del amor de dos personas que día a día, a pesar de sus limitaciones me van formando para bien. Acá en el colegio, hay personas que agradezco por sus enseñanzas que harán de este alumno uno mejor. A todos ellos les doy las gracias y quiero decir finalmente decir, que SOY COMO SOY.   Juan Carlos Pérez”
 Al decir mi nombre y dejar de hablar, en el aula se escuchaba el zumbido de una mosca que volaba en búsqueda del pye de limón de mi compañero de carpeta. Un gordito que se apellidaba Sanchez y siempre llevaba su bolsa de papel con un dulce diferente cada día y compartía conmigo. Nadie hablaba.
Nunca olvidaré lo que ocurrió, luego de varios segundos que parecieron minutos, es que al final obtuve, una fuerte ovación de parte de mis demás compañeros, no se si lo hacían por “chacota” o porque les gustó lo que dije y lo tomaron como una seuda clase de oratoria o exposición, pero a partir de ese día fui uno de los alumnos mas conocidos del colegio.
Por eso creo que tomé la decisión de tener la profesión que tengo. 

Profesora intimidadora y manipuladora









Otra de las anécdotas que tiene guardado Juanitop y que una mujer fue protagonista de un paso de su vida y que lo marcó. Fue en sus años juveniles cuando cursaba su secundaria en un colegio que él mismo se lo buscó y en complicidad con la mamá se trasladó, fue la primera vez que hacía un papeleo administrativo.
Su padre, era un hombre prudente y muy trabajador, siempre estaba buscando rendir mas  para llevar a casa y no le falte nada para la crianza de los hijos y su esposa. Trabajaba en la Administración Pública y había sido llevado a un organismo privado donde ganaba mejor.
A la familia no le faltaba nada y vivían en un holgura económica de muchos hogares de la época. Juanitop, crecido con una serie de situaciones que lo marcaron para siempre, había repetido varias veces en el colegio. No era un joven con problemas sicológicos, sino que era desinteresado por el estudio y se dedicaba mucho al deporte.
En el segundo año de secundaria, fue elegido como uno de los mejores jugadores de basket a nivel local y se lo querían llevar a los Estados Unidos, conformado el representativo escolar de la ciudad en un campeonato internacional. Era una oportunidad para el muchacho de ver un mundo nuevo y de adelanto tecnológico.
Pero, su madre al enterarse, corre al colegio y le dice al encargado de reclutar a los jugadores que su hijo no iría a ningún lugar, porque no quiere estudiar y no daría su consentimiento. Fue un momento que pensó que su mamá no lo quería y que lo estaba castigando, pero eso no lo olvidará nunca.
Eso lo hizo mas analítico y empieza a realizar cosas el mismo y no pide ayuda a nadie, volviéndose autosuficiente. Sus decisiones eras suyas y de nadie más, por eso es que decidió cambiarse de colegio en el último año de la secundaria. Corrían los años 1972.
Su papá por querer rebajar la mensualidad escolar de Juanitop, quien era el único que estudiaba en colegio particular por haber repetido en varias oportunidades, lo matricula en uno del estado, donde no se pagaba ni un sol, pero el colegio quedaba en un barrio populoso y peligroso.
Sin embargo él acepto el reto, y empezó su último año de su secundaria en ese plantel educativo y para el colmo, tenía el nombre de la capital, LIMA. En su primer día miró con mucha vergüenza que la mayoría, por no decir todos, los alumnos eran menores que él y lo veían con malos ojos, pero a pesar de todo se hizo amigos de algunos y simpático con otros.
Los meses corrían y Juanitop no daba una y tenía notas bajas. Lo peor es que uno e los auxiliares de educación quería quitarle una chompa fina, regalo de uno de sus mejores amigos, cuyo padre viajaba siempre al extranjero. Este auxiliar,  paraba detrás de él para decomisársela.
Juanitop nunca se lo contó a sus padres, porque él solo quien debía arreglársela y tenía que urdir un plan para terminar con el acoso del auxiliar, sin tener futuros problemas que le hagan peligrar su ultimo año escolar. No quería volver a parar otra nueva experiencia de repetir el año, porque ya había pasado la edad límite para estar en el colegio.
Sus notas no eran de las mas buenas, digamos no eran buenas, estaba mal en las principales materias: matemáticas, lenguaje, trigonometría y  filosofía. Los profesores siempre le enviaban recado a los padres, pero Juanitop los destruía y les respondían que ya vendrían a la hora del recreo.
Pasaban los días y no habían los papás y ya se acercaba los exámenes de medio año y era imposible seguir con la mentira y fue en esos días que el auxiliar le quitó de su maletín la chompa. Lo depositó en la sala de profesores, con la sentencia de: - hasta que vengan tus padres.
Eso no se podía  quedar así y a la hora del recreo se acercó a la referida sala y vio su chompa que estaba en una percha y valientemente se acercó y la cogió. Un testigo, alumno de otro salón corrió donde el auxiliar para acusarlo y Juanitop tranquilamente caminaba por el patio directo a la puerta principal.
El hombre disciplinario al verlo le gritaba que se detenga, cosa que no hacia el alumno con la chompa. Enfurecido el auxiliar de educación vocifera que lo va a expulsar si no le obedecía y Juanitop dándose la vuelta y mirándolo le dijo: - Usted no me expulsa, yo ve retiro de este colegio.
Dando un portazo fuerte y seco, la puerta se cerró detrás de Juanitop dejando atrás una serie de vivencia en un colegio donde no encontró el calor que debía haber para un joven escolar, que estaba a punto de dejarlo ser.
Se matriculó, en complicidad con su madre (qué raro?), en un colegio de mejor nivel y ahí conoció a la profesora que una vez mas marcó su personalidad. Era la docente encargada del curso de Artistica y entre estilos, poetas e pintores todos nos divertíamos en sus clases.
Luego de varias clases donde nuestro héroe era un joven estudioso y había recuperado su nivel de estudios, la profesora empieza a mirarlo de una manera diferente que a los otros alumnos. Sería por su forma de ser o por que era tímido, hasta ahora no se lo explica. Era en más alto y ya todo un hombre.
Su nombre siempre estaba en la boca de la profesora. ¡Juanitop! para acá y ¡Juanitop! para allá, lo llamaba para borrar la pizarra, para pasar lista y para leer el libro o para llevar algún documento a la Dirección, y en todo cuanto era necesario. Y por esa labor se hacía merecedor de algunos puntos adicionales.
Hasta que una mañana, la profesora lo arrinconó contra la pared y le buscaba la boca para besarlo. Juanitop no se dejaba porque sentía que eso era inapropiado entre un alumno y una maestra. Su interior se declaraba contrario a la actitud de la profesora y luchó para que la mujer no le estampe el beso en sus labios.
La profesora el ver que su intento eran inútiles lo dejó y arreglándose la ropa lo amenazó con acusarlo ante la dirección, de pagar coimas por buenas nota y dando un portazo tras si, se encaminó a la oficina del Director. Éste, luego de escuchar la acusación hizo llamar al alumno. Pensando que quién no la debe, no la teme, se presentó ante la autoridad.
Al enfrentarla, se defendió y dijo que eso era una mentira, invención de la docente y que se lo puede demostrar viendo los exámenes. La mujer al no querer ser descubierta, modificó la acusación diciendo: - si no has sido tu, entonces quién ha sido?. Entendiendo el mensaje y juró que nunca he pagado a nadie para que le pongan buena nota.
Con la promesa de investigar entre sus compañeros, y hallar al culpable de ese delito se despidió de la autoridad, quienes se excusaron del percance. Antes se aclaró que los que compran las notas, hacen fraude y jamás llegaran a ser mejores y se convertirían en unos mediocres en un futuro cercano.
Pensando de esa forma salió de la oficina y quiso volver a explicar que la realidad era otra y que la culpa de todo la tiene la profesora, quien deseaba besarlo en la boca y eso sucedió en un aula del segundo piso, donde no hay alumnos porque están en la clase de deportes. Esa era la verdad, pero se contuvo porque era su palabra contra la de la profesora..
Éste episodio fue uno de los mas impactantes que vivió Juanitop en su juventud y no podemos decir que sea desviado o que tenga problemas con el sexo opuesto, sino que pensaba que eso estaba mal y su formación moral, aquella aprendida en casa era la de respetar a los mayores y en especial a las mujeres.
Terminó su secundaria, sin pertenecer a la Promoción del colegio, solo se juntó con sus ocasionales compañeros en casa de uno de ellos, alejado del grupo, por haber llegado a la mitad del año a ese colegio y solamente departió una copa de champán en señal de haber cumplido uno de sus objetivos: Finalizar sus estudios secundarios.
Era diciembre de 1973.

MALTRATO FISICO por embriagarse




Como la mayoría de los jóvenes que empiezan a descubrir la vida y las emociones juveniles propios de su época, Juanitop salía a jugar y conversar con sus amigos del barrio. Entre ellos estaba Lele y el Mono, muchachos como él que juguetones, vivaracho y traviesos.
Todas las semanas, se reunían para tramar un partido de futbol en el terral que había detrás de las casas de los tres. Para conformar la totalidad de los jugadores de ambos bandos, invitaban a punto de gritos a los demás vecinos del complejo de vivienda. Ellos salían corriendo para  ser escogido en el mejor equipo.
Con los rostros sudorosos y la ropa completamente llenas de tierra terminaban los encuentros futbolísticos y abrazados se reían de los amagues y pases durante el partido y los goles conseguidos con sus ocasionales adversarios. Algunas veces se creían jugadores de Alianza y otras de cualquier equipo de fútbol. .
Con esas fachas, caminaban hacia sus casas y los padres los esperaban con una correa en la puerta, para que no ensucien las camas de tierra que tenían en la ropa. Juanitop siempre era amenazado por el padre, que lo conminaba ir directamente al baño y tomar una ducha. Eso lo acostumbró a ducharse con agua fría, cosa que hasta hoy lo hace.
Las reuniones amicales después de cada encuentro deportivo, siempre eran preámbulos de charlas amenas con todos los amigos del barrio. Se juntaban los de su generación y los de uno o dos años más y un año menos, entre los que estaba su hermano mayor.
Sin embargo, había un grupo de los “grandes” que ya no tomaban agua o refresco sino que saciaban la sed, después de cada partido, con unas cervezas en la bodega de la esquina. Esa imagen y la curiosidad de probar ese licor, se fue formando en la mente de los amigos de Juanitop y de él mismo.
Una tarde después de bañarse y cambiarse la ropa, todos los chicos se reúnen para acordar la visita de otro antiguo amigo, quien fuera vecino y que se había mudado de barrio a uno mejor y quedaba cerca del colegio donde la mayoría estudiaba, la Gran Unidad Escolar Mariano Melgar.
Era el cumpleaños del antiguo vecino y acordaron visitarlo con regalos y botellas de refresco y mucha torta. No había nada que empañara la imagen de los muchachos del barrio, era reconocida la conducta de ellos y por ese motivo siempre eran recibidos en casa de cualquiera.
Llegan a la casa y encuentran que la fiesta esta en su apogeo y se adentran a ella, gozando, bailando y gritando durante toda la noche. Algunos se ponen de acuerdo para regresar a sus casa y cuando lo hacen ven a los “grandes” tomando cerveza en el parque, acompañados de unas mujeres deslucidas.
Los llaman para que prueben un vaso de cerveza cada uno y todos aceptan. Juanitop al probarlo siente que el líquido es amargo y difícil de pasar. A duras penas lo deshace en la boca para tragarlo a borbotones, evitando sentir el verdadero sabor de la cebada. Era su primera vez que bebía un licor.
Sin embargo, ese fue el preámbulo de lo que aconteció la semana posterior, cuando se encontraba con sus amigos Lele, Mono y el “Cabezón”, un hombre mayor que ellos y que bien podría haber sido contemporáneo de sus padres, lo llaman para que le ayuden a levantar una choza de esteras y al hacerlo descubren que éste tenia entre los matorrales cuatro botellas de cerveza.
Haciendo una mueca de sabor, le dice que por ayudarlo les invitaría a tomar un vaso de cerveza y si les gusta podrían quedarse a seguir tomando. No debían preocuparse por la compra ya que el tenía crédito en la bodega de la esquina y ese momento estaba limpio de deudas.
Empiezan a tomar, al principio con temor y luego envalentonados porque el elemento liquido de la cebada, hace efecto en los cuerpos de los tres, Lele, el mono y Juanitop. Sienten que se adormecen poco a poco y se ponen eufóricos. Vaso tras vaso empiezan, también a fumar cigarros que había sacado el hombre.
De repente se escucha el nombre de Juanitop que a lo lejos llamaba su madre. Todos se ponen atento y estáticos como si la dueña de la voz mirara todos los movimiento de los que libaban licor. Estaban asustados y no decían nada.
Cada llamada era mas fuerte y eso significaba que la persona se estaba acercando. Hasta que una piedra que golpea la choza hace entender que salga el jovenzuelo. Se para y no puede guardar el equilibrio y ayudado por sus amigos, sale y se enfrenta a la mamá que con cara de pocos amigos lo miraba sorprendida.
Horror! Fue lo que sucedió para la familia de Juanitop. Cómo es posible que esté haciendo ese espectáculo si ellos se han caracterizado por ser una familia modelo, una de las mas dignas y nunca los vecinos hablaron de ellos. Juanitop estaba caminando no sabe cómo, pero lo hacía.
Sin embargo los amigos que aún se “sentían” bien lo cogieron de los brazos y como si fuera un saco de papas, lo llevaron hasta la entrada del edificio donde quedaba su casa. Subió las escaleras agarrando los pasamos y en cada descanso vociferaba que no estaba borracho, sino que eran los nervios los que lo traicionaban.
Al entrar a la casa, miró su interior y vio el camino de su dormitorio, Se fue derechito y no hizo mas laberinto, se echó con toda ropa en su cama y se quedó dormido. Sin embargo, ya todo estaba escrito para lo que sucedería el día siguiente.
Durmió sin hacer ruido y a las cinco de la mañana su madre entra al dormitorio y Juanitop, sin siquiera haber abierto los ojos, recibe una gran zurra con un enorme palo que su progenitora utilizaba para remover la ropa cuando la hacía hervir. Él trata de huir de los golpes , pero para su mala suerte se cae en la puerta del dormitorio.
Su madre en ese momento aprovecha y le pisa el pecho, presionándolo contra el piso  y le sigue dando palazos por donde le caiga. En las piernas, en la espalda y el los brazos. Los hermanos asomando de sus dormitorios, miran la tremenda golpiza que la mamá le daba, lloraban porque nunca lo había hecho, ni con el hermano mayor que anteriormente vino peor que Juanitop.
Quedó tan maltrecho y enfermo que nunca se supo si fue por los golpes o por el licor. Lo real es que se enfermó por una semana y estuvo en cama con medicina y cremas: Su mamá repetía que eso le enseñará a nunca mas tomar licor. Y… el papá no decía nada.
Los días pasaron y recuperándose, empezó a sentir que ese episodio de su primera emborrachada no paso de ser un acontecimiento sin importancia porque a él no le gustaba el sabor de la cerveza y menos del licor combinado. Pero la mamá le continuaba recordando: -  si no fuera por mi, te hubieras vuelto borracho.
Lo que si recuerda es que fue una mujer quien lo maltrato a mas no poder y que eso jamás lo olvidará a pesar de que fuera la mujer que le dio la vida.


a punto de repetir de año

Cuando estaba en quinto año de secundaria, en el mes de noviembre, 15 - no me olvidaré porque cumplo años días antes, tomé un ómnibus en Yerbateros y me fui a la casa de un tío, en Huancayo y estuve cerca de cinco meses en su casa. Me fui sin decir nada a mis padres y ellos estaban muy preocupados, hasta que mi hermano mayor se enteró y me fue a recoger.
Sabía que me iba a ganar una tanda de “padre y señor mío”, pero como por arte de magia, mi madre, quien era la mas violenta, se abstuvo de hacerla porque entendió que yo ya era grande y si tomé la determinación de irme de la casa, es porque yo lo quería.. Como señal de torturarme. ella solo me dijo: has repetido el año en el colegio.
Yo me quedé petrificado, por tal noticia. No era posible lo que estaba escuchando y mi cerebro no podía entender, pensaba: si sumando mis notas de todos los meses, yo tenía el mínimo para no salir desaprobado en algún curso. Pero lo vertido por mi madre me puso al borde de la desesperación, hasta el punto de ponerme a llorar.
Cuando reaccioné de mis lágrimas, me puse a pensar sentado en la cama de mi dormitorio. Este episodio nunca lo podré olvidar porque acá se delimitaba y se construía mi futuro como hombre mayor. La cabeza me dolía tanto pensar y lo que mas abrumaba mi pensamiento era que debía vestirme nuevamente de uniforme escolar para ese año que ya había empezado. Era una vergüenza.
Ya con el ánimo calmado ordenando mis pensamientos, hice lomo fino de tripas y tomé la determinación de ir al colegio para volverme a matricular en el quinto año de secundaria por segunda vez. No quería “morir en la playa” después de haber nadado muchos kilómetros en salvarme de ahogarme.
Iría la mañana siguiente, pero no con la convicción de matricularme, sino para consultar si verdaderamente era posible arreglar de alguna forma el o los cursos desaprobados, porque no me habían dicho si eran uno, dos o tres las materias que había dejado. Fui directo a la oficina del Director del Colegio, quien estaba sentado en su escritorio, lleno de papeles y con un rotulo en el frontis que decía “director” con letras minúsculas.
Vi que era un tipo descuidado, recién lo miré detenidamente a la primera autoridad del colegio, jamás lo hice antes, aunque daba las directivas los lunes a primera hora. Sin embargo ahora si lo hacía y detecté entre sus muecas y ademanes, algo que me llamó la atención: en el cuello de la camisa se escondía una huella de labios, color carmesí, lo que corroboraba el apelativo de: “canita”.
Así le llamaban los alumnos del colegio y cuando lo supe, jamás quise averiguar el porqué, y recién, cuando necesitaba hablar con él me doy cuenta que le caía bien el sobrenombre. “canita al aire”. Además, el saco no hacía juego con el pantalón y la corbata no estaba bien anudada y en la solapa tenía una insignia con un pequeñismo libro abierto.
Me mira con curiosidad y me pregunta: -Cuál es su problema? . Yo mirándolo, mentalmente elaboro una respuesta: Señor “director”, me dicen que he repetido de año y quisiera arreglar para no hacerlo, porque estoy demasiado grande para tener que matricularme de nuevo en el quinto año”. Pero no lo hice verbalmente y solo balbucee algunas palabras.
Con una mirada autoritaria me inquirió mi nombre y el año. – Juanitop ex alumno del 5to A. Buscó entre el desorden de los papeles y encontró el registro de dicha aula y mirando las notas sentenció: “Has desaprobado dos cursos y tienes que repetir de año, no hay nada que hacer”. La etapa de vacacional terminó y la de revalidación ya no hay hasta el otro año.
Mi suplica fue en vano, me explicó que si me hubiera inscrito en el periodo vacacional, lo rendía en marzo y si no aprobaba, entonces se me daba una última oportunidad una semana después con un examen de revalidación, pero no hice ni uno, ni otro. Claro, estaba en provincia, viviendo con mi familia de Huancayo.
Ya no sabía que hacer, estaba acabado y sentía que mi cuerpo se desvanecía. El hombre gordo detrás del escritorio me ignoraba, dándome a entender que la conversación había finalizado. Me levanto como un autómata y me despido con un: - Gracias. Aún no se porqué dije esa palabra.
Al bajar las escaleras, siento que me faltan las fuerzas y me dejo caer entre las gradas y me pongo a llorar desconsoladamente. Mi suerte estaba echada y tengo que volver a matricularme y caminar por todas las calles con mi uniforme plomo, “color rata” como decían algunos retractores del modelo de Uniforme Único, usado por todos los alumnos del país.
Creo que estuve mas de media hora llorando mi desventura, hasta que escucho unos paso de mujer, lo sé porque es un taconeó característico de zapatos femeninos y como puedo me limpio los ojos, pero no puedo limpiar el rojo dentro de los mismos y esa persona se para delante de mí y me pregunta: - Juanito, que pasa?. Levanto la vista y era la profesora de Historia del Perú.



Al verme los ojos llorosos me dice que la siga a la Sala de Profesores para que le cuente lo que me estaba sucediendo. Pero yo no quería contar nada a nadie, menos a una mujer, porque ellas se burlan de uno, cuando está moralmente deshecho y jamás ayudan a solucionar algún problema, éramos nosotros los varones quienes siempre buscábamos la solución.
Ella me dice que sea franco y que desahogue mi pena y que no la vea como una profesora, ni como madre, que solo vea en ella una amiga que confía obtener una respuesta positiva y quizás pueda en parte ayudar a solucionar el problema que tenía. Pero aún con esas palabras, no deseaba revelar mi dolor.
Poco a poco mi coraza se fue haciendo débil hasta que volviendo a llorar le conté lo que me atribulaba y que ya estaba muy grande para continuar como alumno en un colegio y que me daría vergüenza salir de casa vestido con el uniforme escolar. Me llamarían el “Decano del Colegio” o “abuelito escolar”.
Ella prometió ayudarme y hallaría una solución para el problema. Me dijo que no me retire hasta que se encuentre una salida y saliendo de la sala de profesores se dirigió a la Dirección a averiguar mis notas. Volvió al cabo de diez minutos con un papel donde registraban todas mis notas y me dijo algo parecido de lo manifestado por el director, pero...
Ese pero, esa simple palabra de cuatro letras me hizo abrir los ojos y me puso atento, que empecé a recuperar mi animo y mi confianza por primera vez a esa profesora que recién la miraba, era una mujer que cuidaba su figura y estaba vestida con una falda suelta de tela de seda blanca, un cinturón de color negro ajustaba su talle formándole una hermosa figura. Sus manos  muy bien cuidadas, y en cuyo dedo cordial, adornaba una bella sortija de oro.
No sabía que una joven profesora sea casada, pero ella lo estaba y se notaba que era muy feliz con su esposo porque orgullosamente exhibía el aro en su dedo, señal de ser la señora de ... Feliz el hombre quien la tiene a su lado, por que conmigo está demostrando que “ama al prójimo”.
Pero... hay dos soluciones, me dijo tajantemente.
Yo, mirándola a su cara, le pregunté ansioso: cuáles son?
O repites de año en un colegio particular, de aquellos que hay muchos en Lima y que no usan uniforme, o.... te preparas para dar examen de los cursos desaprobados en el Ministerio de Educación. Esa noticia me llenó de alegría, pero a la vez de un gran temor: Examinarme en el Ministerio, ante tantas personas que eran colegas del Director y de la profesora.
Ella me instruyó para hacer lo segundo y todo los trámites que debía cumplir, para que el Ministerio dictamine, cuándo, dónde y quién, tenía que examinarme en ambas materias. Era una carrera contra el tiempo y mi incipiente experiencia en asuntos administrativos.
Los días pasaron y llegaron los meses hasta que al ir a mediados de Julio. Me dan la resolución donde determinan que la fecha establecida para el examen, sería el ultimo día de ese mas, luego de terminados los agasajos por Fiestas Patrias. Faltaban, escasamente 15 días y no había tenido una buena preparación de las materias.
Volví al colegio para consultar a la profesora y ella cortésmente me llamó la atención severamente y me dijo que si sabía que me iban a tomar el examen sorpresivamente, entonces tenía que estudiar a conciencia, sino que todo lo realizado (el trámite y las idas y venidas del Ministerio), no sirvió de nada y que mejor hubiera sido que repitiese.
Lo último me dolió mucho y retumbó en mis oídos por mucho tiempo: “hubiera repetido de año”, eso hubiera sido “mejor”. No, no podía permitir que la profesora piense de esa manera y me propuse a meterme todo el libro en la cabeza. Estudiaría a conciencia esa quincena, sin pensar en nada mas.
Sin embargo, había algo dentro de mi que me decía que no podía lograr superar ese obstáculo para decir a los cuatro vientos: terminé mi secundaria. A pesar que leía los libros tratando de aprender en días, lo que no pude hacerlo en meses, no podía retener porque mi pensamiento estaba puesto en el fracaso.
Los días pasaban y conversando con un trabajador administrativo del Ministerio de Educación, me enteré que cuando a uno le resuelven algo, tiene varias oportunidades para cumplirlo. Yo abriendo los ojos, le manifesté que tenía una resolución para dar examen tal fecha, pero que no estaba seguro de aprobarlo. Entonces me aseguró fehacientemente, que tenía tres oportunidades para aprobarlos.
Si deseaba, hasta no podría presentarme esa fecha por motivos personales y que eso si, debería presentar un documento avisando que solicitaba un cambio de fecha por que lo manda la justicia. Así lo hice y me trasladaron para en los rinda el 18 de noviembre, una semana luego de cumplir años.
No regresé al colegio nunca mas y ahora no se qué será de la profesora o del Director y menos de los demás compañeros del 5to A, porque yo fui una estrella fugaz que estuvo solo cinco meses en ese centro educativo semiestatal. Solo mi madre sabía las cosas que estaba haciendo para terminar mis estudios universitarios.
Llegó el mes y una semana antes tuve que ir al Ministerio para averiguar en qué colegio me examinarían y tener oportunidad de conversar con los profesores de las materias, cumpliendo lo mandado por el Ministerio. Podrían pedirme algún trabajo adicional o darme algún balotario para estudiarlos. Qué se yo!!!!

Estaba en lo cierto, me piden, ambos, un trabajo analítico y otro físico, además que estudie, tal y cual parte del libro de los referidos cursos. Apuntando lo solicitado, me despido de ellos y salgo a la calle. Me siento tranquilo porque los trabajos enviados me servirán para aumentar la nota final.
Con mucho ahínco y dedicación empecé a hacer los trabajos, a la par de estudiar los puntos que me habían dicho. Ellos deseaban que aprobara porque eran conciente que un joven no podía empezar una vida pre adulta sin tener los certificados de estudios completos. Sería limitado para tentar triunfar en su vida futura.
Concientemente hice los trabajos y estudié. Lo juro que si lo hice y me presenté las fechas estipuladas y al cabo de una semana me darían las notas. Ese día le prendí velitas a Diosito y al santito que mamá tenía en la sala de la casa. Le prometí que si las notas eran aprobatorias, iría a misa todos los domingos, cosa que no cumplí.
Al llegar al colegio, la secretaría, una señora gorda entrada en años, me hace tomar asiento a la vez que me pregunta cuál es el motivo de mi presencia. Le contesto que era porque me había examinado la semana pasada y que necesitaba mis notas para sacar el certificado para postular a la universidad. Lo dije tan seguro que hasta yo mismo me lo creí.
Al mirar las actas y relaciones con los evaluados, encontró la mia y me dijo: -podría esperar unos minutos, porque tengo que hacer un acta adicional, cuya copia se la daremos a usted. Previamente lo firmará el Director y el Secretario del Colegio, cuyas rubricas le darán valor oficial.
Esos minutos, me parecieron horas y tuve que buscar los servicios higiénicos para calmar mi nerviosismo, hasta que por el equipo de sonido, se escucha mi nombre y me anuncia que debía pasar por la secretaría en el acto. Yo me arreglo la vestimenta y corro hacia la oficina y la señora me estaba esperando con mi documento que atestiguaba si había aprobado o no.
Me hace firmar un libro y sin mirar el contenido, me retiro despidiéndome. Por enésima vez salgo del colegio y una ráfaga de aire otoñal me choca en el rostro y pareciera que lo había pedido, me tensa los nervios y empiezo lentamente a ver el documento. Mi vista empieza a leer el encabezamiento y al llegar a la parte: NOTA, veo que en ambos había obtenido el calificativo de 15.  
Dios mío, había aprobado!!!!
He terminado de estudiar ¡!!!!!
Acabé mi secundaria!!!!!
Fueron algunos de mis frases que apuré a pensar y lo manifesté mentalmente, nadie lo escuchó. La calle estaba transitada y mientras algunos pasaban por mi lado no podían descubrir que yo era uno de los mas felices, al haber cumplido uno de mis sueños mas grandes de mi vida. Terminar mis estudios.
Ahora tenía que esperar que el colegio informe al Misterio de Educación para tramitar mi certificado final. Ese documento amarillo que certifica la culminación de la tercera etapa de nuestra educación. Ahora viene la superior, pero eso lo trataría en otro momento

Corolario: Meses después, me enteré la profesora de Historia del Perú, antes había estudiado para Asistencia Social y que le ganó la docencia, cuando de pura casualidad, reemplazó a una titular en el dictado de clases en un colegio particular de su barrio. Desde ahí no deja la carrera magisterial. 

Hoy la veo como mi amiga.


CONOCE A SU MEJOR AMIGA






Corría el 74 y Juanitop aun no  sabía lo que era sentir amor, las amigas eran eso mismo: amigas y nada mas. Hasta que llegó el tiempo de ser útil a la sociedad y ya había terminado la secundaria y fue a buscar trabajo en una gran tienda comercial llamado MONTERREY y tuvo la suerte que solo a él lo emplearan.
Empezó su trabajo en ese centro comercial y ahí conoció a una chica con lentes que la hacía mas interesante. Esa vez descubrió que su tipo de mujer eran aquellas que usaran lentes, de pelo corto hasta los hombros, delgadas y un poco menos de estatura que él. Además que sean de su mismo nivel social.
Con estos atributos, esta chica, casi de su edad, era la que le gustaba y apresuradamente la empieza a sonreír y hacerles bromas que ella la toma como agradecimiento y entre ambos se empiezan a buscar para ayudarse mutuamente. Ya había nacido una amistad que durará por siempre.
Días van y días vienen, pasan las semanas y la amistad empieza a fortalecerse y conversan animadamente camino al paradero de ella, quien iba hasta un barrio populoso y Juanitop busca un pretexto para visitarla y conocer a sus papás que a leguas no se parecerían a los suyos. Serían mas amables y amorosos.
Mira los archivos que su padre tenía en casa, especialmente las guías de calles y las oficinas postales de todos los distritos y descubre que a dos cuadras de la dirección que le había dado ella, se encontraba una oficina de correos. Ya tenía el pretexto para ir a visitarla y pasar con ella un domingo.
Le dice al día siguiente que iría a conocer esa oficina porque su papá –mintiendo- le ha dicho que allí podría haber vacante para trabajar. Ella lo mira fijamente y le dice que eso no es cierto porque sino ella lo sabría y ya estaría trabajando ahí. Se sorprende por que rebatió su argumento.
Sin embargo él se prepara y la víspera le comunica que va a estar a dos cuadras de su casa y quiere irla a visitar para conversar y conocer a sus papás. Ella le da la dirección y le dice que lleve discos para escuchar. Juanitop estaba en las nubes, no cabía en su pellejo porque la chica había aceptado su visita.
Llegó el domingo y con un disco que después le regaló llegó a la dirección escrita en un papelito. Tocando con nerviosismo, esperando ver a un par de viejitos amoroso que le abran la puerta se da con la sorpresa que es un señor quien le abre la puerta y mirándose ambos bien, se preguntan: - qué hace usted (tu) acá?
Era uno de los compañeros del trabajo del papá de Juanitop e infinidad de veces se habían encontrado en el local y conversado sobre cosas generales, pero ahora estaba parado en su casa y era el papá de la chica que era su compañera del trabajo. No atinaba a nada hasta que el dueño de la casa casi como jalándolo de la camisa lo hizo entrar.
Con una leve llamada a su hija le ordenó que se siente y espere. Salió ella con una falda que le caía bien y su inseparable lentes de medidas que le daban la apariencia de intelectual, cosa que no era cierto y que después corroboró al conseguirle un documento útil para su despegue como empleada estatal.
Con esa sorpresa, Juanitop le dio de regalo el disco y se pusieron a escucharlo con mucho interés y el titulo era: “No esperes a que sea tu amigo”. Los dos no terminaban nunca de conversar y los papás siempre estaban atentos a cada conversación. Llego las seis de la tarde y la madre empezó a preparar la cena, Juanitop se justificó para que no se molestarán por eso, pero fue conminado a quedarse.
Al oscurecer se retiró con total cortesía agradeciendo, a todo momento, por la tarde que había pasado y le iba a transmitir el saludo a sus padres, especialmente a su papá porque había estado en la casa de su compañero de trabajo o mejor dicho en la de su amiga, su compañera de trabajo.
Las visitas continuaban hasta la tarde que conoció bien al hermano,  quien era de la su misma edad y empezó a hacerse su amigo como una forma de ganárselo y no tener que luchar con él por si la hacía su enamorada a la hermana. También conoció a la hermana menor que era una jovencita muy extrovertida.
Juanitop se había acostumbrado a ir al barrio todos los fines de semana,  y lo que fue en un principio horas de conversación con la chica, ahora su visita se limitaba a tan solo media hora, el resto lo pasaba con el hermano menor que lo invitaba a jugar fútbol con los demás chicos del vecindario.
Hasta que una tarde llega fuera del horario acostumbrado y encuentra a un joven con buen porte sentado en la sala y después descubre que estudiaba en una escuela militar. Era uno de esos chicos que quieren hacer carrera en un cuartel, y llegar hasta ostentar el grado mas alto dentro del cuerpo de la milicia.
Pero lo que mas le fastidió fue lo que inocentemente manifestó la hermana menor. Ella al verlos a los dos dijo: - Llegaron los dos rivales. Cada uno estaba sentado en el mismo sillón largo de la sala y se miraban de reojo, como cuidándose de cada movimiento que hacía el otro, hasta que salga la muchacha.
Con esas palabras que le resonaban en los oídos, día y noche Juanitop, "los rivales" pensaba mucho y no quería entender que él no era enamorado de la chica, porque no se lo había propuesto, sino que tan solo era eso: su amiga  nada mas. No lo entendía o mejor dicho su corazón no lo entendía.
Su amistad con esa chica fue tan fuerte que hasta el día de hoy se comunican, a pesar de haber transcurrido muchos años y todo no paso se ser una simple o mejor dicho, una gran amistad sincera de dos personas que se encontraron en la vida. Ella casada con dos hijas y él casado con dos hijas, lamentablemente ambos con el matrimonio destrozado por causas ajenas.
Esa es la vida de Juanitop donde siempre hubo mujeres que le marcaron la vida e inconscientemente le formaron el carácter y tal vez ese sea el motivo insignificante o el mas importante en su vida para ser la persona como la que es: Solitario y sin aceptar totalmente a una mujer como compañera.

LA VECINA
Juanitop estaba en todo la etapa donde se titula, “El despertad de la juventud”. Sus amigos, los de los edificio contiguo ya tenía sus enamoradas y salían agarraditos de las manos. Algunos tenían consentimiento de los padres, mientras que otros se veían a escondidas y estos eran los que mas se divertían en los jardines y detrás de los árboles.
Él no quería perder el tiempo en cosas de mujeres, se defendía y siempre se ocupaba en con algún deporte y hasta ya había aprendido a jugar naipes, el consabido 7 y medio o el “golpeado con siete cartas, formando dos grupos con un enchufe”. Tenía una especie de sortilegio porque sus amigos le temían porque casi siempre ganaba.
Además en el barrio contiguo se había formado un grupo musical que logró fama entre las bandas de aquel tiempo. “The Telegrafh” era el conjunto musical que reunía a seis muchachos de la misma edad y eran muy unidos con él. Los acompañaba para todo lugar donde tocarán.
Una noche cuando estaban tocando el referido conjunto y Juanitop se encontraba sentado debajo del proscenio escuchando tocar, se percata que entre las sombras un par de ojos lo estaban observando y se incomodó porque lo habían descubierto sentado, mientras que los demás estaban bailando al son del rock,
Instintivamente se levantó y se puso a buscar al dueño de esa mirada y caminado entes la gente que bailaba efusivamente descubrió sorprendido que no era él, sino ella, la propietaria de esos lindos ojos. Eran de su vecina del barrio y resuelto le dijo: qué haces acá?.
Estoy con mi hermano, él me ha traído un rato para divertirme, pero me siento desubicada, le respondió su vecina y estuvieron conversando y riéndose por largo rato hasta que en un momento sucedió algo inusitado, Juanitop la tomó de los brazos y dándose valor la atrajo hacia su pecho y le dio un beso.
Ella no reclamó nada, simplemente busco mayor refugio en el pecho de Juanitop, y desde ese momento sus vidas se unieron de manera oculta y desapercibida. Nadie se dio por enterado el amorío de esta joven pareja.
Los días posteriores fueron los mejores para Juanitop que la buscaba y espiaba desde su ventana cuando ella salía a comprar algo. Sus padres eran unos señores malhumorados que controlaban los movimientos de sus hijos. No importaba ser varón o ser mujercita, hay que cuidar a los niños, decían.
Los besos apasionados, las caricias amorosas y las miradas penetrantes eran el lenguaje que los dos chicos enamorados se daban rápidamente cuando se encontraban en las escaleras, en los pasadizos de los jardines y hasta detrás de los autos estacionados. Todo por que sus padres de la vecina no le daban permiso para el cine o para el circo que es ese tiempo estaba de visita por la capital.
Hasta que un día, los vecinos se ponen de acuerdo para ir a la playa y contratan un ómnibus, que los recoja después de medio día con el compromiso de que lo devuelvan a las 6 de la tarde. Y los padres de Juanitop se apuntan y los padres de la vecina también, Juanitop era el chico mas feliz de la tierra.
Llega el día fijado y el ómnibus llega a la hora en punto y espera que todos los apuntados suban al vehículo para enrumbar a la Playa. Familias enteras del barrio apuran el paso para separar los mejores sitios y gozar de una trayecto placentero y fresco. Todos estaban a bordo Juanitop y sus amigos en el fondo haciendo chacota.
Les llaman la atención y los amenazan con dejarlos en la calle si continúan con el griterío y se callan, hasta estar cerca del malecón del circuito de playas. Las miradas entre los dos jóvenes enamorados se intercambian entre momento y momento porque no querían que nadie descubriera su pecado de juventud.
El bus se detiene y todos se levantan para ser los primeros en bajar y gozar un minuto mas de la liberad que da la brisa del mar y el agua de la playa. Los últimos de bajar son Juanitop y la vecina y mientras que se dan un beso veloz como el aletear de un picaflor, cargan los últimos bultos de cada familia.
Acuerdan encontrase en las peñas, le dicen que vana a buscar unas lapas, que están pegadas en las piedras que rompen las olas y que son muy valiosas en algunas casa para la comida. Se van hacia sus papás y cada uno integra a los ritos propios, sin dejarse de mirar de lejos.
Las rocas que fungen de rompeolas, están cerca de donde han levantado carpas y pidiendo permiso ella se va con unas amiguitas agarradas de la mano, para que “no se pierdan”, dicen las voces burlonas, que sospechan a donde irán y para qué. Sube a lo alto y mira que su amado lo espera.



Se abrazan tiernamente y se prodigan muchas promesas, las cuales con el tiempo, el viento se las llevara lejos. Cada uno a cientos de kilómetros separados, mientras que él se encuentra en una isla caribeña, ella ha emigrado al gran país del norte, ayudado por su hermana mayor y su cuñado. Ha viajado con sus hijas.

TRABAJO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

PEREZ, PEREZ, un tiempo fuí conocido de esa firma en el trabajo., Fue por los años de 1977, cuando llegué al Ministerio de Industria y Turismo, MICTI, era una repartición del Estado, que propúgnaba por el desarrollo del país y que la industria como baluarte importante del la economía del Perú, era un sector que se debería a impulsarse.
Esto fue luego de irme por segunda vez a pasearme por las provincias del sur del país-
Dirás con qué dinero? pues mi hermano me llevó al Centro Cívico donde estaban preparando la II Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y ...me dijo que ahí necesitaban personal de administración, para que vean todo lo relacionado con las comunicaciones internas y externas., Y como a mi me gusta eso de tratar a la gente y estar en contacto con ellos y me hice cargo de la VALIJA DIPLOMÁTICA, Paralelamente, tenía que apoyar al departamento de Relaciones Públicas, de toda la Torre del C.Cívico.
y luego de seis meses de estar ahí, nos despidieron y con el dinero que gané que era mucho. Me fui de viaje por dos meses. nadie salía dónde estaba, para esto ya no frecuentaba con los amigos de barrio, ni con familiares. Estaba acá y allá. Conociendo la idiosincrasia del Perú profundo, jejejejejeje
Y cansado, agotado y maltrecho por las caminatas y viajes en acémilas y camiones de transportes, decid{i una mañana volver a Lima.
LLego y para mi mala suerte, no pude ingresar a trabajar al Ministerio de Industria. Habia llegado tarde para la reparticiín de puestos. Hasta el mas humilde trabajador, estaba haciendo su labor en esta novísima institución que el Gobierno Militar había creado para levantar el sector industrial y turístico, este último, llamada "la industria sin chimeneas".
Así que como mi hermano ya tenía algunos años, ahí me llevaba todos los días y siempre estaba en el departamento de administración, inquiriendo que era un muchacho que podía hacer cualquier tipo de labor y que hasta podía limpiar los baños (era solo un decir). Hasta que mi presencia se volvió un fastidio que me enviaron a la Dirección General de Relaciones Públicas,
Ellos necesitaban una persona atrevida y osada para contactarse con los periodistas de los medios y ... además maneje motocicleta, para ir a todos los periódicos, canales y radios de Lima, llevando las consabidas notas de prensa.
y... bueno,. Fue así cómo ingresé a trabajar en el MICTI. jejejejejeje mi tercer trabajo y duré un poco mas de 15 años.....
Y ahí me llamaban Pérez Pérez.... jejejejeje
Te conté una parte de mi vida que nunca lo había tocado, ahora mismo lo pongo en mi Blog.... jejejejejejeje
Gracias 


INGRESO A LA UNIVERSIDAD


Tantas veces he contado esta parte de mi vida que ya me la se de memoria, pero mis lectores ignoran que la persona que me impulsó a postular a la universidad fue una mujer que me había cautivado desde el primer día que la vi y que llegó a ser parte importante de mi existencia y que por ella, ahora estoy como estoy.
Corrían los primeros meses de 1977. Abril para ser mas exactos y los jóvenes se preparaban para dar el examen a una universidad y empezar a estudiar una futura profesión que les haga hombres o mujeres de bien y ser orgullo de sus padres, quienes se sacrificaron durante su etapa escolar. Muchos entraban a prepararse en los meses de verano, en las cientos de academias pre-universitarias que inundan la capital, unas de renombre y otras que ni siquiera conocidas por los mismos muchachos.
Hasta las iglesias abrían sus puertas e improvisaban aulas para recibir a los chicos ávidos de preparación de todo lo estudiado en el colegio. Algunos de estos ex escolares, pensaban que unos días y meses, serían necesarios para aprender o recordarse de los cinco años que habían pasado y que les serviría para el gran examen que es el filtro para lograr un futuro provisor.
Pero ellos no sabían que esa evaluación es una forma que han ideado los genios de las altas esferas universitarias para eliminar a los miles de estudiantes que deseaban ingresar a estudiar una carrera. Y por ahí hacer ingresar a sus recomendados, lo que fue en los primeros años.
Juanitop, no era ajeno a esa realidad y continuaba pensando el momento para “prepararse” y aventurarse a estudiar una profesión que le beneficiara en su vida futura y no veía que ya era tiempo de hacerlo porque el tiempo pasa sin darse cuenta que es inexorable en su camino.
A mediados de ese mes, su enamorada le manifiesta que se había inscrito para dar el examen de admisión a una universidad particular, porque no podría tratar de hacerlo a una nacional ya que mientras que en la primera, ella combatiría con tres a cuatro por una vacante a la especialidad que deseaba, en la nacional, tendría que hacerlo contra doscientos. Esa era la realidad.
Y le enseñó su carné de postulante, lo cual le estaba dando un mayor rango de capacidad que él y eso fue lo que sintió Juanitop, Se sintió minimizado por ese pequeño documento verde que tenía la fotografía adherida de la mujer. Le dolió mucho ese momento.
 Y pensando para si, empezó a maquinar una contra acción de la situación y le inquirió algunos datos de la forma cómo había hecho para inscribirse y a qué universidad. Ella inocentemente le dijo todo y añadió que la próxima semana se cerraba la inscripción porque el examen estaba programado para la quincena del siguiente mes.
La acompaño hasta le esquina de su casa, un barrio popular y en el camino se enteró que ella se había estado preparando hacia un año en una academia de nivel medio y que ya estaban por terminar el ciclo con un simulacro de examen, tipo al que toman en las universidades.
De retorno a su casa, Juanitop pensaba que si ella, siendo mujer y estaba tratando de superarse, a pesar de tener un trabajo digno dentro de la actividad comercial. Porqué él  no hacía lo mismo y continuar con su labor en el ministerio donde trabajaba desde el año pasado. Era una pregunta que le daba vueltas en la cabeza.
La mañana siguiente, se levantó decidido a emular a su enamorada y se propuso también a postular en ese examen, sin tener la preparación necesaria para lograr un cupo al centro de estudio superior. Solo le esperanzaba ser igual a los otros chicos de su edad y al deseo de su compañera de sentimientos. Ser universitario.
Hurgó entre sus papeles con la intención de encontrar algunos que le sirvan en la inscripción. Llamó a la futura madre de sus hijas y le hizo algunas preguntas someras sobre los requisitos que solicitaban. Faltaban pocos días para el cierre y esa falta de tiempo le sirvió para apurarse mas.
El reto estaba dado. Tendría la oportunidad de ser igual a los otros, a su enamorada al tentar, si quiera sabiendo de antemano que no lograría ingresar, pero en el intento se quedaría e igualaría a todos con esa acción. Y… oh  sorpresa! Pudo recolectar los documentos requeridos y la cantidad justa para inscribirse.
Eras los primeros días del mes de mayo y el clima estaba cambiando, del caluroso verano al tibio otoño. Las calles estaban llenas de hojas caídas de los árboles y Juanitop, continuaba con su rutina diaria de ir al trabajo y luego a recoger a su futura. No había nada mas porque era imposible estudiar para el examen de ese domingo.
El día llega, la hora se aproxima. Los dos están listos para irse a sus respectivos  centros de evaluación. Ambos empiezan el día encomendándose al Todopoderoso para que les de “una manito” en esta prueba que tiene carácter de eliminatorio. Cualquiera pensaría que este examen mide el conocimiento de cada postulante. Mentiras!!!!

Ese examen era para dejar de lado a los jóvenes menos preparados y no para medir su grado de inteligencia o nivel cultural o de conocimientos adquiridos en los tiempos de escolar. Muchos había “pasado” de año con notas de 11 y 13, lo cual demuestra que su nivel era pobrísimo en relación con aquellos que si, tomaron los estudios primarios y secundarios con seriedad.


Se despiden y acuerdan encontrarse a las 12 m en la esquina del Centro Comercial. No hay mas que decir… solo están apurados por “saltar” esa valla que los diferencie con los demás jóvenes. Ambos con las mismas aspiraciones, ser profesionales en un futuro cercano.
Juanitop, se sienta en la segunda fila del salón que le indican. Está quieto como nunca, pues ya es un joven formal. Ataás quedaron los momentos de travesura y de muchachito inquieto. Es hoy una persona con modales y respetuoso. En ese estado espera el inicio de la prueba y recuerda una vez que hizo un simulacro de examen.
Cuando de repente, unos hombres entran, todos se paralizan y esperan que los instruya. Los encargados no dicen mucho y solo advierten, creo que fue una amenaza en cubierto, diciendo: - cualquier indicio de copia o plagio, se le cancelará la prueba. Y empiezan a repartir unos cuadernillos con la prueba.
A la hora nona, en examen empieza, Juanitop mirando al techo, o quizás quiso mirar al cielo, se entrega al Señor para que le vaya bien… y en ese momento voltea el cuadernillo de las preguntas y … Oh! Sorpresa! Las preguntas eran comprensivas y los podía resolver. No lo podía creer.
No había agarrado un libro hacia varios años, ni tentado entrar a una academia para repasar los cursos que alguna vez estudio en el colegio. Solamente se había acostumbrado a resolver crucigramas y a conversar con profesionales en el refrigerio de su trabajo, sobre los asuntos nacionales e internacionales.
Pero, ahí estaba frente al cuadernillo  de preguntas para su ingreso a la Universidad y lo miraba con extrañeza, y se preguntaba: Esa era la prueba para evaluar a un joven su capacidad intelectual de sus estudios secundarios. Y se puso a resolverlos.
Al cabo de dos horas terminó la prueba y todos dejaron sus lápices y borradores a un lado. Había uno que trataba de resolver apuradamente algún problema que no pudo en dos horas, pero los encargados no se lo permitieron porque pensaron que alguien le habría dado la respuesta.
Juanitop, salió con el pecho henchido de contento, ahora si tenia la seguridad que si no lograba el ingreso, siquiera habría obtenido una nota superior a la que ninguno imaginaria. Era un joven nuevo y lleno de alegría. Esas últimas horas habían hecho mella en su autoestima.

Se encontró con su enamorada y se fueron a almorzar a un restaurante cercano y se pusieron a conversar sobre las preguntas y las respuestas de la evaluación. Cada uno daba su versión, pero Juanitop se guardaba su verdadera opinión. 

La prueba fue fácil para él.

La Chica que conocí.-







Esto paso hace un año (1978), cuando ingresé a la universidad. Conocí a una chica, creo que fue amor a primera vista. Me encantaba todo de ella, pero ella no se fijaba en mi. Me sentía tan mal cuando la veía con otros chicos, que decidí olvidarla.
Cierto día amaneció lloviendo, tenía que ir a clases. Entonces, cuando llegue, lo vi, ahí sola, entonces ella también me miro, yo evadí su mirada y me fui. Sabía que volver a ilusionarme no serviría de nada. Me moleste conmigo mismo por haberla mirado, yo sabía que el solo hecho de verla me ponía mal, ya que ni siquiera habíamos cruzado palabra alguna.
Pasó el tiempo y me fui olvidando de ella, al menos yo creía eso, cuando en una de esas casualidades de la vida nos topamos, justo cuando yo no pensaba verla. Ella estaba frente a mi, yo con la mirada indiferente, hacia como que no lo veía. Ella hablaba con un chico mirándome, como preguntándole si me conocía. Yo seguí indiferente, obviamente ella se había dado cuenta que a mi me gustaba o que por lo menos me atraía algo de ella.
Luego, de un buen tiempo y cuando yo no lo esperaba volví a verla. Esta vez yo no me había dado cuenta de su presencia. Salía de un aula, sin darme cuenta empecé a caminar. Cuando levante la mirada, la vi, me estaba mirando sonriendo. Me quise morir, no sabía que hacer, lo único que se me ocurrió fue darme vuelta para hablarle a un amigo. cuando volví a voltear ya no estaba.
Así siguieron pasando los días y me la seguía topando en todas partes, siempre que la notaba, la encontraba viéndome con una mirada que me encantaba y con una sonrisa que me ponía mal. Nunca paso de ahí yo esperaba que algo pasara, que ella se acercara y me hablara, pero cuando yo veía que estaba por hacerlo, la evadía, tenía miedo a no ser lo que ella esperaba. Nuevamente decidí olvidarlo.
Pasaron los meses, un nuevo ciclo empezó. Volví con ganas de aprender y divertirme. Cuando entré al aula, la vi. Esta vez era inevitable verla, iba a ser mi compañera todo un semestre. Me sentí fatal, su presencia me perturbaba, me ponía nervioso como si ella fuera algo malo para mi, no sabía que hacer mas que aguantarme. Ahí me di cuenta que me gustaba mucho, tanto que no podía sostener una mirada con ella, me podía nervioso, ella siempre me miraba, siempre lo hacia, y con la misma carita de siempre. Unos amigos decían que yo le gustaba pero ella nunca se acerco. Así pase el semestre, yo que me había propuesto aprender y divertirme, no pude hacerlo. Aprobé la materia sin saber casi nada, me sentí fatal.
El semestre siguiente deje de verla, de toparme con ella, me sentía mas aliviado, seguí con mis proyectos, hasta que un día volví a verla. Esta vez hice como que no me importaba. Ella miro hacia donde yo estaba y saludo a mi amigo, poco después me entere que ella pretendía a mi amigo, eso me dolió tanto...
Pero pude seguir, no sabía que mas hacer. De todos modos ella nunca dijo ni hizo nada que mostrara interés por mi. Seguí como siempre aunque por dentro me estaba matando la noticia. Así paso el tiempo, lo veía de vez en vez, pero ya no me importaba. Total a ella le interesaba mi amigo.
Hasta hoy sigo con lo mismo: no se qué es lo que siento por ella. Lo más raro es que no sé nada de ella, ni ella de mi. Tenemos amigos en común, pero no ha pasado nada. Cada vez me convenzo de que ya la olvidé, pero cuando la veo, algo vuelve a renacer en mi y vuelvo a ponerme triste, porque se que es algo imposible. 
Qué será de ella?



Cuando declara su amor


   
Recuerdo esa tarde cuando estaba en los alrededores del Parque de la Reserva, caminando hacia el centro de Lima y entramos a una calle que sabía iríamos a otro parque pulmón de la ciudad, Campo de Marte y fue en ese momento cuando vi la oportunidad de hablar.
Mis palabras se confundían con el nerviosismo y salían muy débiles de mi boca que no se podían entender y me lo hizo saber ella. Ella, la hermosa mujer que desde hace cinco años la conocí un día al estar en un Centro Superior para estudiar y llegar a ser un secretario paralegal.
Era una de las miles de chicas ilusionada de un nuevo concepto dentro de la profesión de las leyes, y que el trabajo dentro de un buffete de abogados requiere los servicios de un secretario especializado en los quehaceres propios de la profesión.
El primer día de clases fue crucial para mi destino y éste cambió mi vida. Nunca lo olvidaría ya que fue el inicio de una hermosa etapa que me trajo mucha alegría y buenos momentos. La felicidad era mi compañera los siguientes meses.
Como es de conocimiento general, el primer día de clases es de carácter informativa y sirve para ubicarnos en las aulas y es una asistencia obligatoria. Estuvimos aglomerados en el patio principal casi medio centenar de jóvenes ávidos de empezar a estudiar esta nueva profesión en nuestro país.
Cuando de repente, frente a mi se ubicó una chica con lentes y su pelo abultado que le daba una presencia especial (claro, para mi) y tenía una mirada huidiza que lindaba con la timidez. Su figura delgada y con un ceñido pantalón de drill azul y una chaqueta del mismo material que le formaba excelentemente su cuerpo.
La miré absorto y ella estaba ahí parada, esperando al encargado de llamar lista y decirnos en qué salón estaríamos los próximos días. El nerviosismo (?) se hizo presente y solo rogaba a todos los santos para que me toque el mismo salón con la chica de lentes y de sonrisa agradable.
Y… bingo!!! Creo que mis ruegos fueron escuchados porque mi nombre y el de ella se juntaron en el mismo aula y entramos ubicándose ella en el centro y yo en el fondo para ver a todo el que llega, sale y el movimiento de los demás y … porque un día escuché decir: “Es que en el fondo soy, bueno”.
Sin embargo, como todo no es perfecto en los siguientes días llegó un muchacho, de esos que son “hijitos de mamá” y se sentó al lado de ella. Su accionar iba de una simple amistad de compañeros, pero sentía algo que me fastidiaba, porque siempre estaban conversando con la cabeza gacha y voz baja.
Ya se habían hecho amigos inseparables y los veía como proyecto de pareja, pero una tarde se me ocurrió caminar por una calle que no era la que utilizaba y los vi a ellos delante. Sin proponérmelo empecé a seguirlos, cuando de repente se paran en una esquina y con un ademán de beso se despiden.
Mi sorpresa fue grande que estuve pensando toda la noche en la cama. Porqué no la había llevado a su casa? Si es su enamorada, lo menos que pudo hacer es seguir con ella hasta tomar el bus y que se vaya segura. Pero no, él la había acompañado unas cuadras y luego se fue.
Desde ese momento mi pensamiento se llenó de esa chica y empecé a tener mas contacto con ella y hasta me acercaba para preguntarle sobre algunos ítems de las clases o simplemente para mirarla mas de cerca y creo que eso le gustaba, porque demostraba mi caballerosidad y compañerismo.
Hasta que un día llego a clases y me entero que el profesor que tocaba la primera hora se había excusado que no podría asistir por una emergencia familiar y la dirección del Centro le había aceptado. Teníamos unos minutos de libertad. Fui y le dije: -te invito un café?
Ella al mirarme, primero con sorpresa y luego con alegría aceptó, pero no el café sino una bebida gaseosa “una de sabor nacional” fue su explicación. Y nos sentamos a platicar para conocerla más y que me hable de su ocasional amigo que no se juntaba con los demás, solo con ella.
Me confió que era un chico que estaba estudiando porque sus padres deseaban que esté ocupado en alguna actividad y no esté en reuniones con los amigotes del barrio que solo le hacen perder el tiempo y lo desvían del buen camino y como hijo único y además obediente, pues ahí estaba estudiando Secretariado Legal.
Además, dentro de su familia hay muchos abogados y hasta fiscales que lo pueden ubicar en el mundo de las leyes y la justicia. Todos en casa estarían muy contentos por trabajar junto con algunos de sus parientes jurídicos, en el Palacio de Justicia o en una Fiscalía.
Los minutos volaban y tuvimos que cortar la charla cuando me contaba algo de su familia y parte de su vida. Era una chica sencilla y con muchas ilusiones,deseana vivir la vida de una manera tranquila y llegar a tener un negocio grande y que esos estudios le ayudarían defenderse de posibles litigios.
Nos fuimos apurados al aula y ahí ya nos esperaba la profesora de Archivo legal con unas tarjetas especiales y un estante de metal. Nos ubicamos cada uno en su lugar y no dejaba de mirarla. Sin mentir digo que desde ese momento empecé a aprender de memoria su mirada, su sonrisa  y … su figura.
Así pasamos muchos días y las caminatas hasta le Plaza San Martín se repetían a las salidas y veía que nos compenetrábamos y cada vez hacía mas prologada nuestras idas hasta la gran plaza y primero fue hasta el jirón y luego hasta el paradero incial, en el frontis del cine Metro y finalmente osé en decirle que iría hasta Mirones.
Y así fue, la acompañé hasta ese lugar y corriendo por las calles de ese barrio donde estudié, llegaba cansado a casa solamente a probar una bebida caliente y de frente a la cama. Mi almohada era mi confidente a las interrogantes y respuestas que me daba. Creo que fue mi etapa de filósofo individual.
En una de esas, cuando la acompañé hasta el paradero, había una fila de personas que esperaban una unidad para dirigirse hasta el puerto y la conversación que no enfrascamos fue sobre la familia de su hermano y lo mucho que quiere a sus dos hijas y a su joven esposa y cuando de repente me voltea con un rictus de coquetería que solo me dio por atraerla mas a mi.
Ella no protesto y sintió la protección que le prodigaba y se juntó más a mí. El contacto fue una fusión de moléculas y sustancias naturales. Hicimos conexión y lo que se conoce como “hubo química” y levantándole el rostro vi sus lindos labios rojos pintados con mucho cuidado y le estampé un apurado beso.
No dejé que reaccionara porque sin mentir, fue mi primer beso a una muchacha  que me gusta, a una chica que la quiero, a una mujer que amo. Si eso es lo que sentí en ese momento. Empecé a amar a esa joven que una vez vino a mi cuando tenía problemas en casa con su hermano menor.
Desde ese dia empezamos a caminar el mismo camino y a decidir todo, desde lo mas simple hasta lo mas importante. Pero, hay!!! Ese pero que siempre fastidia llegó una tarde que acordamos encontrarnos y al llegar a la hora y lugar, ella me sorprendió con la finalización de nuestra relación de enamorados. ¿El motivo? No me lo quiso decir en esos momentos pero esto se acabó.
Me supuse que era algo sentimental, que habría encontrado un mejor muchacho o que yo no llenaba las expectativas que se había propuesto conseguir o simplemente me dejó porque tenía problemas dentro de su familia. Pero nada de eso me explicó y como autómata, detuve un automóvil y me subí hasta un centro comercial.
Empecé a pensar y pensar varios días pasaron y nada, no encontraba el motivo, la razón de tal determinación. Mi orgullo me hacía morir de angustia y no tuve la mejor idea de observarla y verla si tenía un nuevo enamorado o un posible pretendiente que sea mejor posibilidad.
Los días pasaban y mi angustia continuaba. Estaba en la esquina de su casa, escondido detrás de una caseta de diarios. Al frente del paradero viéndola subir al bus que se dirigía al Callao, pero no me atrevía a subir porque no deseaba que se enoje mas.
Un dia se me ocurrió hablar con su hermano y le confié que amaba a su hermana y no deseaba maltratarla y él se comprometió a tender un encuentro en su casa y me dijo que regrese el domingo para que ahí se encuentren y delante de él hablen sobre su situación. Yo estudiaba periodismo y me faltaba un año para terminar.
Además, trabajaba en el Ministerio de Industria y Turismo, en la Oficina General de Comunicaciones, adjunto al Despacho Ministerial y teníamos una relación directa con el titular del ente del gobierno. Era un joven exitoso dentro de su familia y todos lo estimaban.
Y llegó el domingo y me apresuré a ir. Estuve una hora antes, quise hacerlo porque así me comprometía mas y demostraba una de mis cualidades, estar antes de lo programado para prevenir posibles inconvenientes. Pasaban las horas y no había signos de la presencia de la susodicha. El hermano se atrevió a llamar a casa y le dijeron que ella estaba descompuesta y no quiso salir.
Me explicó y eso hizo tristeza en mí. Les agradecí por toda la molestia que les había ocasionado y despidiéndome voy hasta el paradero y me dirijo hasta el centro de Lima. Comino por las calles y siento una fina garúa que cae, es producto de la estación invernal que se aproxima.
Me aseguro la chaqueta que llevo y apuro el paso. Llego hasta el centro superior donde la conocí y lentamente estoy caminando por donde iba con ella agarrados de la mano o asida de mi brazo. Llego al paradero donde ella o ambos subíamos al bus y hago memoria de esos días.
En eses momento el claxon de un auto me hace volver a la realidad y enmendando mi ruta vuelvo sobre mis pasos vuelvo al gran jirón y camino hasta la avenida Wilson y de ahí hasta Alfonso Ugarte. Vuelven los recuerdos, esa esquina fue testigo de mi encuentro con mi amor, cuando dimos el examen de admisión a la universidad.
Al frente estaba el primer colegio nacional del Perú, Nuestra Señora de Guadalupe, mas conocido como el Guadalupe, otrora centro de estudios de una buena hornada de hombre preclaros, Políticos, profesionales y hasta religiosos importantes pasaron sus primeros estudios por ese digno plantel.
Juanitop no era la excepción él pasó por el antiguo anexo de esa institución educativa, que ante la excesiva cantidad de alumnos que deseaban estudiar ese primer colegio nacional, hizo que las autoridades educativas habrán una serie de sucursales en diversos distritos. Eran conocidos como “Anexo del Guadalupe”.
En mi época de estudiante, Juanito fue alumno de uno de estos anexos que luego cambió de nombre y se llamó Sebastian Lorente Ibañez, como homenaje a un distinguido docente y médico que dio su vida por la docencia. Fue condecorado muchas veces por el gobierno y su mejor homenaje fue dar su nombre a un colegio.
Ahí parado en la gran avenida, recordó esas cosas y mas. Deseaba que nunca hubiera acabado, pero la vida esa así y tiene que continuar… Entró a una tienda inmensa llamada Scala a ver si se distrae viendo ropa y alguna cosilla para su madre o hermana. Encuentra algunas y las compra.
Su cuñada lo ve y lo llama, él voltea y se dirige hacia ella y le dice que quiere pagar algunas cositas que llevará a casa y ella como empleada en la tienda se compromete hacerlo con un consiguiente descuento y todo le sale por la mitad del costo real. Se despide de la esposa de su hermano y va directo a casa.
Llega y su madre lo observa que algo le pasa y le pregunta, pero como Juanitop es y será un chico que respeta a las mujeres, especialmente a su madre a pesar de todas las tandas que le dio en su adolescencia. Ama a esa mujer que le dio la vida y ha pasado en segunda posición, porque ahora ama a ese chica de lentes redondos.
Pasan los días y no se aguanta y tomando valor llama por teléfono. Responde la hermana mayor, ella que nunca lo vio con buenos ojos, le dice con mucha amabilidad que le pase con su hemana. Ella en un principio la excusa pero luego accede y le dice que espere.
El tiempo le parecía que no pasaba y siente que un nudo se le forma en la garganta y empieza a preparar un pretexto para salir de la situación. En ese momento escucha la voz de su amada. “Aló”, dice y él contesta que desea conversar personalmente con ella y la cita para el miércoles a las 6 pm en Wilson con 28 de Julio.
Ella responde: “¡NO! Si desea conversar con ella que sea ahora a las cinco en ese mismo lugar”. Pero… no es posible, balbucea Juanitop, porque, trabajo hasta las 5 pm y además tengo una entrevista que es la práctica final mas importante, de unos de los cursos base en la universidad.
Me coacciona y a modo de sentencia me dice que “si no es ahora, no será nunca”. Ufff, ufff me siento morir, está en riesgo mi trabajo y mi estudio, jamás había puesto en peligro uno de ellos, pero ahora una mujer me pone entre la espada y la pared. No hay escapatoria y accedo a su petición. “Esta bien, será como tu digas”
La hora señalada y el lugar convenido llega y estoy con mi traje de etiqueta y mi grabadora puesto que luego iría a la práctica consabida y la veo venir y estaba mas hermosa que otros días. Su chaquetilla blanca con un coqueto cinturón y un pantalón guinda le daba una presencia angelical.
Luego de saludarla le digo que me explique porque decidió terminar nuestra relación y si hay alguien (lo cual supe que no) y solo deseaba saber eso, porque esa angustia me estaba “matando” y puede traerme algunos inconvenientes a mi trabajo y estudios.
Ella al ver mi actitud, me sonrió y mirándome como lo había hecho una noche que le “robe” el primer beso de sus carnosos labios, se acurrucó a lo pecho y girando hacia un lado, me tomó del brazo y buscó refugio y dijo: “de qué estas hablando?” no sé a qué te refieres. Como estudiante de comunicaciones, entendí el mensaje y empezamos nuevamente a caminar nuestro camino.
Hasta que llegó el día que le pedí ser mi novia, c´mo no olvidarlo, si me pareciera que fue ayer y que los días y años que han pasado, es apenas un instante en nuestras vidas que apenas hemos dado una pestañeada y nos vemos cansados y nuestras manos muestras arrugar productos de una vejez de mas de medio siglo.
Sentía que el tiempo pasaba y mi actitud iba de locuaz a lo torpe y estaba por desanimarme hasta que un día, algo dentro de mi me ordenó tranquilizarme y empezar a pensar en lo que diría los próximos minutos. En realidad no lo tenía pensado y fue todo improviso.
Y….empecé:  “ Amelia, es importante para mí el día de hoy decirte que te quiero. Que con tu ternura te has robado un pedazo de mi corazón y has rebasado todos los límites. No pensé que esto fuera así, que cuando te mirara, iba a sentir algo tan especial dentro de mí ser. Porque aunque esto que siento es difícil de explicar, me motiva a ser mejor y me hace sentir tan bien.
Me siento capaz de intentar alcanzar la estrella más bonita solo para verte sonreír. Soy capaz también de convertirme en alguien que parezca loco o ridículo ante los demás, solo para hacer tu día más feliz. Porque tu sonrisa me emociona, tu corazón, tu forma de ser, actuar y pensar me cautivan.
Se estremece mi alma con cada latido, que me provoca gritarle al mundo que te amo. Que todos sean testigos de la invasión con la que has conquistado mi vida y te has apoderado de mis sentimientos. Porque he dado entrada a este sentimiento y quiero volar bajo esas alas. Remontarme lejos y ascender al cielo de tu amor”.
Esto, querida mujer es mi declaración de amor. No quiero prometerte algo que sea incapaz de cumplir. Pero en medio del silencio que me envuelve al pensar en ti, tengo que hacerte saber, es preciso y se me hace urgente, tienes que entender, que de mi jardín quiero que seas la única flor. La dueña de los pensamientos más bellos, la semilla que crece todos los días en la tierra de mi alma. Y si tú me aceptas, te aseguro que me harás el hombre más feliz de la tierra. Y que haré lo posible por no lastimar tu corazón ni decepcionarte porque he entendido y comprendido que eres un frágil y valioso tesoro que debo cuidar y estimar como lo más preciado.
¡Dime que sí para que mi corazón le platique al tuyo lo feliz que se siente de formar parte de tu mundo!

Ella mirándome y sin decir palabra alguna, me estampó un beso y se colgó de mi brazo y caminamos desde ese momento juntos…

SU PASO DE MUCHACHO A HOMBRE

La  vida de Juanitop fue una de esas que tiende hacer una novela, por todas las vicisitudes que ha pasado desde el día que dio el paso de ser un joven trabajador lleno de ilusiones y que se reunía periódicamente con los amigos de barrio y asistía a fiestas los fines de semana. El trabajaba en la Administración Pública y era muy querido en todo lugar.
Por el año 75 conoció a una chica bonita, de cuerpo delgado, pelo largo muy bien cuidado y unos anteojos grandes que le daban el aspecto de mujer intelectual. Ella  tendría como 20 años y él 23. Pasó lo que en toda parejita sucede cuando hay química, se enamoraron y al cabo de cinco años se casaron.
Al siguiente año de casados, nació su primera hija a la cual bautizaron como Lorena, nombre que le puso la mamá de común acuerdo con Juanitop, y luego, dos años mas tarde  nacería Yessy, completando el hogar novel de esta linda parejita.
 Pues bien, todo marchaba sobre ruedas y el matrimonio era uno de los mas sólidos dentro de la familia de ambos. Estaban bien económicamente, socialmente y se amaban a mas no poder.
Como toda felicidad no es total, llegó la década del 90 y con ella el inicio del descalabro en la vida de nuestro protagonista, 1991, cuando entra al gobierno un hombre de rasgos orientales, desconocido en la política nacional y con él empieza una serie de acciones que van desde implementar un reajuste económica denominada “shock”  el cual devaluó la moneda peruana.
Hace una “limpieza” dentro del aparato estatal, argumentando que la burocracia era muy grande. Despidió a  mas de un millón y medio de empleados públicos y colocando a sus adeptos en lugares claves y quedándose con los mediocres e ineptos trabajadores Los despedidos no tenía a dónde ir, porque simplemente, no había trabajo.
A Juanitop  no le preocupaba, porque como profesional tenia en mente crear una Oficina Asesora en Periodismo e Imagen Institucional, para ofrecerse al mismo Ministerio (a la Secretaría del Despacho), sus servicios. Para lo cual reúne a tres colegas y un Fotógrafo para redactar los estatutos de la futura OAPI.
Mientras que esto sucedía entre Juanitop y sus colegas, en la familia de su esposa ocurre algo inesperado, llega un familiar de Italia y los visita, cuando él no se encuentra en casa y el pariente les dice las bondades y beneficios que le ha brindado cruzar las fronteras hacia el país italiano.
 Las mujeres, (son varias) y la esposa de Juanitop, quien es la menor de todas, se entusiasman. Ellas están a cargo del negocio que inició la madre. Tiene un Centro de Acopió de aves de corral, ubicado a escasas cuadras de la casa, y como negociante antigua, le reporta muy buenos dividendos. Eso no le valen para empezar a pensar de un futuro mejor.
Todas sin excepción se ilusionan y comienzan a construir sueños en el aire con un próximo viaje hacia Europa. El primo los alienta y hasta les ofrece ayudarlas económicamente. La mayor de todas, se muestra mas interesada, porque ha conseguido separarse del esposo, quien se encuentra lejos de la capital. Las malas lenguas dicen que ya tiene otro compromiso.
Sin embargo, también las malas lenguas dicen que el primo le ha dicho que si ella desea viajar, él se compromete en llevarla, pero con la condición de que sea cariñosa con él y  algo mas, que una simple devolución del pasaje (ya sabemos a que se refiere). No se dijo mas y acordaron que así sería.
En casa de la familia estaba por un lado, el sueño de Juanitop, que era implementar la oficina y por el otro la programación del viaje de la hermana mayor de su esposa. Cada uno estaba esforzándose luchando por llegar a cumplir con sus anhelos y de ese modo asegurar un futuro para ellos y sus hijos.
En los días siguientes, se ve a Juanitop entrar y salir de la casa como si estuviera aún trabajando, pero lo que ignoraban es que estaba aprovechando esos días para ver un local, permisos legales y municipales, inscripciones y demás requisitos para el normal funcionamiento de la referida oficina.
A la hermana mayor, llamando y volviendo a llamar al primo para ver todo lo relacionado con pasaporte, pasaje y bolsa de viaje, para volar fuera del país en busca de una nueva vida. Ella notaba que el interés del primo por cumplir su promesa de llevarla, se estaba desvaneciendo y que ahora todo estaba centrado en ayudar a una amiga de infancia.
Sien embargo, no se quedó con los brazos cruzados y como ya el “bichito” del viaje estaba metido en la mente de la mujer, empieza a vender las cosas que le había comprado su marido. La refrigeradora, la cocina, las joyas y todo lo que era vendible. Serviría para el pasaje y la bolsa de viaje.
Se rumorea que muchas noches llegó tardísimo a la casa y hubo algunas que jamás llegó y que su dinero fue creciendo y creciendo de tal modo que logra reunir para el pasaje y los gastos de los documentos, pero no para la bolsa de viaje que eran dos mil dólares, como mínimo.
A estas alturas, Juanitop se encontraba descorazonado porque los colegas con lo que había acordado formar la empresa, habían tomado otros rumbos, uno había viajado a Venezuela, el otro a provincia donde se ubicó en un diario local y el tercero cayó enfermo y solo vive con su jubilación.
Para esto ya había logrado recibir el íntegro de su indemnización, fueron mil quinientos dólares que le dieron por los casi 14 años de servicios al Estado, contabilizados por la Dirección de Personal. Lo tenía sobre el ropero del dormitorio. A nadie le había comentado y lo guardaba celosamente por que eso era el esfuerzo de todo su trabajo y fondo para la casa, hasta que logre encontrar otro trabajo.
La hermana, viendo que le faltaba dinero, le habla a su esposa, para que le “preste” ese dinero, por acogerse a las renuncias voluntarias, pero sin saber que yo había cobrado. El le miente y  responde que aún no le dan, dando su promesa que apenas se lo entreguen se lo dará, para que haga lo que crea conveniente.
Juanitop era una persona especial, él nunca se quedaba con el dinero que cobraba, siempre se lo entregaba a su mamá, papá y ahora su esposa, quien era la mas indicada por los gastos que necesitaba para las cosas mas importante en casa. Cuando cobraba los fines de mes, endosaba el cheque y se lo daba a la madre de sus hijas y esta vez, no era la excepción.
Nunca entregó el dinero de su indemnización, y fue la única vez que le mintió a su esposa con relación al dinero. Lo hizo conciente, porque era para los meses en que no trabajaría. La madre de sus hijas tuvo que endeudarse para tomar un préstamo de unos agiotistas, para cubrir el monto de la bolsa de viaje de la hermana mayor.
En la víspera, todos los familiares se reunieron en la sala principal de la casa y luego de desearle suerte en su viaje y futura estadía en el país itálico, Juanitop se acercó a la viajera y le entregó un sobre grande donde había una carta para la representante de una Obra Social, banderines y otros papeles donde la recomendaban como colaboradora de esta institución en Lima – Perú.
Pero, el único inconveniente, era hacerlo llegar a la Casa Central de la Obra que esta ubicada en la Capital, Roma, sabiendo que ella llegaría a la ciudad de Milán, distante muchos kilómetros hasta la capital. Sin embargo, la mujer recibió de buena gana. No sabía que esos papeles le servirían mucho.
Llegó el día de la partida de la hermana y todos se alistaron para ir al aeropuerto a despedir a la viajera y Juanitop fue uno de los primeros en alistarse. Entre sus pensamientos, anidaba la idea de viajar también al extranjero, porque siempre se preguntaba: ¿Si ella puede hacerlo, porqué yo no?  Y llevando su equipo fotográfico, imprimió las fotografías que reposan en un rincón de su antigua casa.
Nunca había visto detenidamente la partida de un avión y menos viajar. Ese momento lo hizo atentamente, como premonición de que un día él también estaría en ese terminal aéreo, subiendo a uno de esos grandes aparatos para surcar los aires a nuevas tierras. No sabía a dónde iría, pero no sería a Estados Unidos.
Pasados unos días, no se tenían noticias de la hermana, si había llegado o no a su destino, en la casa se respiraba una especie de angustia y hasta llegaron a la desesperación porque las noticias periodísticas, que se tenían de los ilegales en Europa, no eran nada alentadoras. Si no eran devueltos a su país de origen, eran tratados como delincuentes comunes y hasta le podrían hacer daño.
Hasta que un buen día, en horas de la mañana la segunda hermana, empieza a gritar por toda la casa pronunciando el nombre de la hermana mayor. Estaba llamando desde Italia para darles la noticia que había llegado a su destino y se encontraba en la “casa” del primo, quien había viajado en el mismo avión desde Lima.
Ella mostraba cansancio y les prometió que les iba a escribir una extensa carta en donde les cuenta los pormenores de la travesía desde Alemania, pasando Suiza, hazte llagar a la frontera de Italia. Todo les diría por escrito y les contaría, además, la situación cómo se encuentra. No era nada halagador.
Desde ese día todas las hermanas, empiezan a imaginar un futuro viaje a Europa, a Italia para trabajar, “en lo que sea” con tal de no estar en Perú, sacrificándose para obtener lo necesario para poder vivir decorosamente. Ellas no han estudiado para ser unos simples comerciantes de aves de corral, tal como lo fue la madre.
Pasaron unos meses y la inmigrante les comunicaba que estaba trabajando, “cuidando a un señor de edad”, pero en realidad era la chica de servicio de la casa. Eso nunca lo dirán aquellos que llegan a otro país en búsqueda de nuevos horizontes y tratan de ocultar el trabajo denigrante que tiene que hacer para ocultar su realidad.
Ella no fue la excepción. Trabajaba duramente y solo tenía un día al mes su salida que la utilizaba para llamar a Lima y conversar horas y horas con las hermanas.  Todas conversan con la mayor y ellas le habla maravillas de la nueva ciudad y que hay trabajo para las mujeres. Sentenciando que NO HAY PARA HOMBRES.
Así pasaron los meses y cuando cumple el medio año. Surge otra noticia que remece los cimientos de la casa, “UNA DE USTEDES PUEDE VIAJAR”. Ella había logrado reunir, después de pagar las deudas dejadas en Lima y algunas en el lugar donde se encontraba, el total de un pasaje. ¿Quién podría ser la ahora viajera?
Y comienzan a programar un viaje. Y como es conocido, un va y “jala” a los otros y así fue.
La mamá de las hijas, fue la tercera que partió y en un principio quería dejar a las niñas con el hermano mayor (que las quiere grandemente) porque el no deseaba que viaje y una tarde escucha una conversación, una de las hermanas le decía: “Dile a Juan Carlos que te vas a separar de él y las chicas se van con nuestro hermano”. Yo me opuse y dije que mejor era que se queden con papá y así lo hizo, se fue para nunca más volver.
Al cabo de seis años (los cuales se quedó haciendo de papá, mamá, lavandero, cocinero, profesor y todas las funciones, porque tiene un hermano que es loco, enfermo mental y no podía dejarlas solas). Ella se las pide, con el compromiso de que iría después, (lo tiene grabado). El da su consentimiento para que salgan del país. Y jamás supo mas, hasta que le llegó la demanda del divorcio. Desde ese día se ha quedado solo, triste y abandonado.


LOS INICIOS de su soledad 









La  vida de Juanitop fue una de esas que tiende hacer una novela, por todas las vicisitudes que ha pasado.
Pues en 1975 conoció a una chica bonita, de cuerpo delgado, pelo largo muy bien cuidado y unos anteojos grandes que le daban el aspecto de mujer intelectual. Ella  tendría como 20 años y él 23. Pasó lo que en toda parejita sucede cuando hay química, se enamoraron y al cabo de cinco años se casaron.
Al siguiente año de casados, nació su primera hija a la cual bautizaron como Lorena, nombre que le puso la mamá de común acuerdo con Juanitop, y luego, dos años mas tarde  nacería Yessy, completando el hogar novel de esta linda parejita.
Pues bien, todo marchaba sobre ruedas y el matrimonio era uno de los mas firmes dentro de la familia de ambos. Estaban bien económicamente, socialmente y se amaban a mas no poder.
Como toda felicidad no es total, llegó la década del 90 y con ella trae el inicio del descalabro en su vida de nuestro protagonista, 1991, cuando entra al gobierno un hombre de rasgos orientales, desconocido en la política nacional y con él empieza una serie de acciones que van desde implementar un reajuste económica denominada “shock”  el cual devalúa la moneda peruana.
Hace una “limpieza” dentro del aparato estatal dentro de la Administración pública despidiendo a  mas de un millón y medio de empleados y colocando a sus adeptos en lugares claves y quedándose con los mediocres e ineptos trabajadores que no tenía a dónde ir luego de salir despedidos.
A Juanitop  no le preocupaba, porque como profesional tenia en mente crear una oficina Asesora en Periodismo e Imagen Institucional, para ofrecerse al mismo Ministerio (a la Secretaría del Despacho) y para lo cual se reúne con tres colegas y un Fotógrafo para redactar los estatutos de la futura APII.
Mientras que esto sucedía entre Juanitop y sus colegas, en la familia de la esposa ocurre la llegada de un familiar desde Italia y los visita cuando él no se encuentra en casa y el pariente les dice las bondades y beneficios que le ha brindado curzar las fronteras hacia el país italiano.
 Las mujeres, son varias y la esposa de Juanitop es la menor de todas y en esos momentos está a cargo de una parte del negocio que inició la madre de todas. Tiene una labor como comerciante de aves en un Centro de Abastos, ubicado a escasas cuadras de la casa.
Todas sin excepción se ilusionan y comienzan a construir sueños en el aire con un próximo viaje hacia Europa. El primo los alienta y hasta les ofrece ayudarlas económicamente. La mayor de todas es la mas interesada porque ha conseguido separarse del esposo que se encuentra lejos de la capital. Las malas lenguas dicen que ya tiene otro compromiso.
Sin embargo, también las malas lenguas dicen que el primo le ha dicho que si ella desea viajar el se compromete en llevarla, pero con la condición de que haya algo mas de la devolución del pasaje (ya sabemos a que se refiere). No se dijo mas y acordaron que así sería.
En casa de la familia estaba por un lado estaba el sueño de Juanitop de implementar la oficina y por el otro la programación del viaje de la hermana mayor de su esposa. Cada uno estaba esforzándose luchando por llegar a cumplir con sus anhelos y de ese modo asegurar un futuro para ellos y sus hijos.
En los días siguientes, se ve a Juanitop entrar y salir de la casa como si estuviera aún trabajando, pero lo que ignoraban es que estaba aprovechando esos días para ver un local, permisos legales y municipales, inscripciones y demás requisitos para el normal funcionamiento de la referida oficina.
A la hermana mayor, llamando y volviendo a llamar al primo para ver todo lo relacionado con pasaporte, pasaje y bolsa de viaje para volar fuera del país en busca de una nueva vida. Ella notaba que el interés del primo por cumplir su promesa de llevarla, se estaba desvaneciendo y que ahora todo estaba centrado en ayudar a una amiga de infancia.
Sien embargo, no se quedó con los brazos cruzados y como ya el bichito del viaje estaba tan profundo en la mente de la mujer, empieza a vender sus cosas que le había comprado su marido. La refrigeradora, la cocina, las joyas y todo lo que era vendible. Serviría para el pasaje y la bolsa de viaje.
Se rumorea que muchas noches llegó tardísimo a la casa y hubo algunas que jamás llegó y que su dinero fue creciendo y creciendo de tal modo que logra reunir para el pasaje y los gastos de los documentos, pero no para la bolsa de viaje que eran dos mil dólares, como mínimo.
A estas alturas, Juanitop se encontraba descorazonado porque los colegas con lo que había acordado formar la empresa, habían tomado otros rumbos, uno había viajado a Venezuela, el otro a provincia donde se ubicó en un diario local y el tercero cayó enfermo y solo vive con su jubilación.
Para esto ya había logrado recibir el íntegro de su indemnización, fueron mil quinientos dólares que le dieron por los casi 14 años de servicios al Estado, contabilizados por la Dirección de Personal. Lo tenía sobre el ropero del dormitorio, a nadie le había comentado y lo guardaba celosamente por que eso era el esfuerzo de todo su trabajo y fondo para la casa, hasta que logre encontrar otro trabajo.
La hermana, viendo que le faltaba dinero, le habla a la esposa de Juanitop para que le “preste” ese dinero que le van a entregar por acogerse a las renuncias voluntarias, pero sin saber que yo había cobrado, el le miente y  responde que aún no le dan y le promete que apenas se lo entreguen se lo dará para que hago lo que crea conveniente.
Juanitop era una persona especial, él nunca se quedaba con el dinero que cobraba, siempre se lo entregaba a su mamá, papá y ahora su esposa, quien era la mas indicada por los gastos que necesitaba para la crianza de las hijas. Cuando cobraba los fines de mes, endosaba el cheque y se lo daba a la madre de sus hijas y esta vez, no sería la excepción.
Nunca entregó el dinero de su indemnización, y fue la única vez que le mintió a su esposa con relación al sueldo. Lo hizo consciente, porque era para los meses en que no trabajaría. La madre de sus hijas tuvo que endeudarse para tomar un prestamos de unos agiotistas para cubrir el monto de la bolsa de viaje de la hermana mayor.
En la víspera, todos los familiares se reunieron en la sala principal de la casa y luego de desearle suerte en su viaje y futura estadía en el país itálico, Juanitop se acercó a la viajera y le entregó un sobre grande donde había una carta para la reperesentante de una Obra Social, banderines y otros papeles donde la recomendaban como colaboradora de esta institución en Lima – Perú.
Pero, el único inconveniente, era hacerlo llegar a la Casa Central de la Obra que esta ubicada en la Capital, Roma, sabiendo que ella llegaría a la ciudad de Milán, distante muchos kilómetros hasta la capital. Sin embargo, la mujer recibió de buena gana. No sabía que esos papeles le servirían de algo.
Llegó el día de la partida de la hermana y todos se alistaron para ir al aeropuerto a despedir a la viajera y Juanitop fue uno de los primeros en alistarse. Entre sus pensamientos, anidaba la idea de viajar también al extranjero, porque siempre se preguntaba: ¿Si ella puede hacerlo, porqué yo no?  Y llevando su equipo fotográfico, imprimió las fotografías que reposan en un rincón de su antigua casa.
Nunca había visto detenidamente la partida de un avión y menos viajar y ese día lo hizo atentamente, como premonición de que un día él también estaría en ese terminal aéreo, subiendo a uno de esos grandes aparatos para surcar los aires a nuevas tierras. No sabía a dónde iría, pero no sería a Estados Unidos.
Pasados unos días, no se tenían noticias de la hermana, si había llegado o no a su destino, en la casa se respiraba una especie de angustia y hasta llegaron a la desesperación porque las noticias periodísticas, que se tenían de los ilegales en Europa, no eran nada alentadoras. Si no eran devueltos a su país de origen, eran tratados como delincuentes comunes y hasta le podrían hacer daño.
Hasta que un buen día, en horas de la mañana la segunda hermana, empieza a gritar por toda la casa pronunciando el nombre de la hermana mayor. Estaba llamando desde Italia para darles la noticia que había llegado a su destino y se encontraba en la “casa” del primo, quien había viajado en el mismo avión desde Lima.
Ella mostraba cansancio y les prometió que les iba a escribir una extensa carta en donde les cuenta los pormenores de la travesía desde Alemania, pasando Suiza, haste llagar a la frontera de Italia. Todo les diría por escrito y les contaría, además, la situación cómo se encuentra. No era nada halagador.
Desde ese día todas las hermanas, empiezan a imaginar un futuro viaje a Europa, a Italia para trabajar, “en lo que sea” con tal de no estar en Perú, sacrificándose para obtener lo necesario para poder vivir decorosamente. Ellas no han estudiado para ser unos simples comerciantes de aves de corral, tal como lo fue la madre.
Pasaron unos meses y la inmigrante les comunicaba que estaba trabajando, “cuidando a un señor de edad”, pero en realidad era la chica de servicio de la casa. Eso nunca lo dirán aquellos que llegan a otro país en búsqueda de nuevos horizontes y tratan de ocultar el trabajo denigrante que tiene que hacer para ocultar su realidad.
Ella no fue la excepción. Trabajaba duramente y solo tenía un día al mes su salida que la utilizaba para llamar a Lima y conversar horas y horas con las hermanas.  Todas conversan con la mayor y ellas le habla maravillas de la nueva ciudad y que hay trabajo para las mujeres. No hay para hombres.
Y así pasaron los meses y cuando cumple el medio año. Surge otra noticia que remece los cimientos de la casa, “UNA DE USTEDES PUEDE VIAJAR”. Ella había logrado reunir, después de pagar las deudas dejadas en Lima y algunas en el lugar donde se encontraba, el total de un pasaje. ¿Quién podría ser la ahora viajera?
Y comienzan a programar un viaje a Italia. Y como es conocido, un va y jala a los otros y así fue.
La mamá de mis hijas fue la tercera que se fue y en un principio quería dejar a las chicas con el hermano (que las quiere un montón) porque yo no deseaba que viaje y escuche que sus hermanas le decían: - dile a Juan Carlos que te vas a separar y las chicas se van con tu hermano. 
Yo me opuse y dije que mejor era que se queden con papa y asi lo hizo, se fue para nunca mas volver. 
Al cabo de seis años (los cuales yo me quede haciendo de papá, mamá, lavandero, cocinero, profesor y todas las funciones . porque, además, tiene un hermano que es loco, enfermo mental y no podía dejarlas solas).
Luego de seis años, ella me las pide con el compromiso de que yo iría después, (esta grabado, la conversación), y di mi consentimiento para que salgan del país. Y jamás supe mas de ella hasta que me demando el divorcio desde Italia. 
Desde ese día me que quedado solo, triste y abandonado.
Ha pasado tanto tiempo que después de 14 años, vi. a mis hijas en La Romana. jajajaja

Esas chicas son mis hijas, la mayor y la menor.


EL VIAJE DE SU ESPOSA A ITALIA


Esta historia se remonta cuando un día llegó a casa - de la familia - porque cometí la mala idea de levantar mi casa en “los aires” de la casa de los padres de mi esposa. Su madre fue la mujer que me persuadió para vivir con su hija ahí, cuando contraje matrimonio con la “engreída” de la casa.
Ese día llegó de visita el primo. Había retornado a Perú desde la lejana Italia, Milán y embelesó con sus aventuras a las mujeres de la casa, entre ella a la esposa. Todas escuchaban con asombro las facilidades de ganar plata de una manera honrada y sin mucho esfuerzo. El trabajo en casa, cuidando a un anciano.
Así que esa tarde, el “bichito” del viaje al extranjero para buscar una nueva forma de vida y “sacar” adelante a la familia, entró en las mentes de las mujeres en la casa. Hasta que cumplieron con su objetivo que ahora no hay nadie viviendo es esa casa. Tan solo está en hijo menor, el loco.
Las féminas de la familia, vieron con el viaje, la huída del hermano insano que desde pequeño las había martirizado con sus continuos vejámenes y abusadoras acciones en contra de ellas. Era el canal de escape de ese mundo de miedo y terror que día a día vivieron, hasta que partieron.
Sus hijas ya tenían 7 y 9 años de edad. Estudiaban en colegios diferentes y también horarios. Mientras que la mayor estudiaba en la tarde, la menor en la mañana. Una en colegio particular y la otra en estatal. Clara diferencia de estudios, pero el mismo cariño, protección, sentimiento y atenciones para ambas, de parte de los padres.
La fecha, se pierde en lo mas recóndito de su mente, pero se estaba en el mes de Febrero, porque era época de calor, y el almuerzo estuvo matizado con refresco de sabor nacional. El pariente había llegado al país, luego de varios años en el extranjero y ya estaba establecido en Europa.
Su conversación fue interesante, hasta para el que escribe, porque había aventuras, positivas y negativas. Visitas a lugares turísticas de la antigua Roma, Grecia y del tiempo de Cristo Jesús. Nos hacía viajar mentalmente por aquellos lugares que jamás podríamos haber imaginado estar.
A través de la hermana, nos enteramos que el famoso primo, le había propuesto algo deshonesto para “llevarla” a Italia. Le insinuó que si tenían “algo” entre ellos, él le podría ayudar a que viaje y hasta trabajo le conseguiría. No había pierde porque era cierto lo del “HAY TRABAJO EN ITALIA”, especialmente, para mujeres.
Ella era una mujer promedio, no tan bonita, ni fea, sino que era una mujer sencilla, pero con un antecedente de mujer separada, alejada del que fue su esposo, por que él sencillamente no la amaba, sino que su compromiso fue una especie de relación por necesidad. El hombre, pariente lejano, llegó del sur del país para estudiar odontología en la primera universidad del Perú. Al no tener hospedaje, se dirigió a la casa de su tío lejano, donde fue recibido con alegría, por éste y por los demás “primos”.
Sin embargo, no solo fue una casa de hospedaje, sino que lo tomo con una pensión especial, porque ahí encontró lo que en otro lugar nunca encontraría. Alojamiento, pensión y calor femenino. Fue una relación pecaminosa muy escondida, porque nunca demostraron algo oscuro.
Los encuentros, fueron continuos hasta que llegó un día que desaparecieron de la casa y de la ciudad. Nunca imaginaron que ella ya estaba embarazada, y ese fue el motivo que tenían que huir. Se fueron al sur del país, como parapetándose en la familia del hombre que una vez la hizo mujer por vez primera.
Tuvieron un hermoso niño, que a medida que iba creciendo, su salud tenía que reforzarse con  médicamente vitamínicos. No era de menos, porque al fin, los padres eran parientes, de qué generación. Ellos manifiestan que son lejanos, pero ellos son primos de segundo grado.
Una vez que se recibió de odontólogo, le destacan a un pueblo del oriente del país, en una Dirección Regional. Carga a su joven esposa y a su primogénito. Se van contentos por que forjaran una nueva vida y familia. En casa quedaba un vacío que cuando uno miraba a las hermanas, detectaba en el rostro una pena indescriptible.
Los días, meses y años pasaban y cada diciembre llegaban cargados de regalos y muchas anécdotas para contar. Eran bien recibidos y la suegra, se “rompía” cocinando lo mejor para el yerno, doctor, y para la hija mayor. Pero ahora estaba, el primer nieto, el primer varoncito.
Los primeros años estaban casi dos meses, luego estos vivieron por un mes, y cuando estaría por el quinto año de casado, el esposo, empezó a mandarla por delante. El llegaría una semana antes de Navidad. Es que el trabajo es muy arduo en esa fecha y tenía que estar para apurar algún percance.
Era el corolario de una etapa muy trascendental en la vida de esta hermana mayor. Hasta que un año, no pudo venir. Era imposible que viaje acompañando a su esposa a la capital, porque el deber de médico, encargado de la Dirección Regional de Salud, y otros asuntos, era mas importante que una reunión familiar.
Ella viajaba con su vástago, hasta que se quedó en la capital. El no reclamó nada, porque era lo que buscaba. Tenerla lo mas lejos posible del Centro Médico, porque había hallado a una profesional de la salud, con mucho mejor currículo que su modesta esposa.
Ese fue el motivo que al cabo de varios años, llegó la separación final y futuro divorcio de la mujer que había tranzado con el primo llegado de Italia, esa navidad, viajar al país itálico. No hay ningún tipo de impedimento para que haga libremente lo que deseaba, si hasta sus salidas nocturnas no fueron criticadas.
Se rumoreaba que estaba en actividades carnales ilícitas. Porque cada noche llegaba a hurtadillas y se acostaba luego de darse un baño de agua caliente y metía su ropa al remojo para que a primera hora lavarla. No hay ninguna acción, sin alguna reacción, reza el principio físico.
Por eso es que respondió afirmativamente SI la “ayuda” que recibiría del primo. Fue tanta la felicidad, que programaron días y fechas para la partida hacia Europa, como para los encuentros fuera en la calle. Se avizoraba buenos vientos para un futuro mejor que redundaría a toda la familia.
Sin embargo, como todo no es felicidad, el famoso primo se encuentra con una amiga de infancia y al verla convertida toda una mujer, con una belleza mucho mejor que la prima y con un cuerpo que a todo hombre saca de sus cabales, le propone llevarla a Italia y sería con el consentimiento de su mamá, puesto que era amiga del barrio y los padres se conocían mutuamente.
Y así fue, el primo se desintereso de la prima y mejor estaba la amiguita. Los días pasaban y no había encuentro entre primos y ni noticias de él. Pero interiormente la cuñada de Juanitop, hervía de amargura y como ya el “cáncer” del viaje había entrado en su cuerpo. No se dio por vencido.
Averiguándose fecha y hora de partida del primo, empieza a urdir un plan para viajar con él. No importaba si era suya o de la otra, pero lo que ya había crecido dentro de ella era el ansiado viaje hacia Europa. Las reuniones filiales se hicieron casa noche mas largas, así como las llegadas por las noches de la cuñada.
Hasta que se anuncia el próximo viaje de la cuñada. Esa era la determinación, luego de muchas averiguaciones y tratativas de conseguir dinero para el pasaje y la bolsa de viaje. Tenía algunos artefactos que su ex esposo le compró para sus comodidades. Los vendió todo.
Sacó dinero de no se sabe dónde y aumentando con lo recaudado del negocio familiar, pero aún eso no le alcanzó para el boleto. Tuvo que buscarlo por otros lugares. Firmo documentos y rogó a Juanitop para que le dé el íntegro de su indemnización por haberse acogido a los incentivos que el gobierno ofreció a los empleados públicos.
Este pedido no fue oído por el cuñado, porque era su punto de apoyo para un proyecto que tenía en mente, luego de haber dejado de trabajar casi 15 años para el Estado. Poner una agencia periodística con tres colegas, también renunciantes, cosa que nunca pudo realizar.
Volviendo a la historia, la hermana menor, la esposa de Juanitop, hace una “jugada financiera” para lograr engrosar la famosa “bolsa de viaje”. Saca un préstamo de una agiotista, firma un documento donde se hacía responsable de la cantidad faltante. No importaba ver los peligros que acarreaba el tour, podría ser devuelta de algún aeropuerto o control de viajeros.
No, ella, la hermana menor se aventuró a garantizar el dinero que jamás tuvo en sus manos, por una aventura loca (con alguna suerte lo podría lograr) de la hermana. Ingresar a un país como turista y quedarse como ilegal. No tenía ningún tipo de experiencia en este tipo de asuntos.
La noche anterior, por ultima vez la hermana menor le pregunta al esposo,:
-  Qué hay de tu dinero. Te dieron la plata por renunciar?
-  No. Le contesta y solo manifiesta que aún no sabe nada. Pero la verdad era otra, ya tenía el dinero en la casa. Estaba en una cartera negra como si fuera una agenda, puesta encima del ropero, como si fuera una Biblia u otro libro. Nunca fue tocado hasta después del viaje de la cuñada.
Lo que pasó después, el día del viaje. Al llegar al aeropuerto toda la familia, entre este grupo se encontraba el cuñado con sus dos hijas y su esposa. La gente conocida estaba ahí, esperando al que debía partir hacia la lejana Europa. Estaban familias completas. Muchos de ellos no se habían visto desde hace mucho y no paraban de conversar.
Hasta que de pronto llega la hermana mayor, vestida con un conjunto blanco y un pañuelo en el cuello. Estaba bien, el corte le asentaba su figura y silueta. Su pelo muy bien tratado y pintado de un color claro. En línea general. Era la viajera promedio de un país en vías de desarrollo, buscando una mejor vida.
En los momentos de abrazos y besos ocurre que por la puerta de cristal aparece el primo de la mano de la amiga de infancia. Estaban apurados porque aún no había pagado el impuesto por uso del aeropuerto. Llegaba corriendo y haciendo ruido, por eso es que muchos voltearon a ver lo que ocurría.
Las miradas de los primos, asombrados en un principio (él por que nunca pensó que ella se conseguiría quien financie su viaje y ella porque se llevaba a la amiguita) se olvidaron con los reencuentros familiares, y los despidieron a los tres en su viaje, hacia la lejana tierra de Mussolini.
En casa se respiraba aire de insatisfacción, por parte de las hermanas. Ya la matrona de ellas había fallecido repentinamente, luego que sospechosamente el padre, quien no habitaba la misma casa a excepción de unos cuantos días mensuales, quien llegaba a la capital para arreglar algunos asuntos de hipotecas.
Cuando terminaba, que serían tres o cuatro días, volvía hacia la sierra, donde era propietario de terrenos utilizados para la agricultura. También tenía animales de engorde. Esa vez llegaba con la intensión de “hacerle conocer su fundo en la selva”. Cosa extraña, jamás la había sacado, siquiera a la esquina de la calle.
Pero, en fin, eran marido y mujer porque lo manda un papel y ella aceptó la invitación y se fueron rumbo al oriente. No sabía que al cabo de una semana llegaría quejándose de un fuerte dolor en el vientre. No sabría qué le pasaba y el porqué su malestar que fue creciendo hasta hacerse mortal.
Luego de dos días, repentinamente la madre se pone mal y es internada en el hospital donde le manifiestan un raro cáncer, que hasta ahora no se explican cuándo, dónde y porqué había desarrollado tan rápido el mal, dentro del cuerpo de la saludable mujer. Pero las sospechas estaban a la vista y nadie de los hijos dijo nada.
La otra hermana, estudiante universitaria eterna, que no se sabía cuándo se graduaría y la esposa de Juanitop, no hablaban mucho hasta que a la semana reciben llamada de la hermana viajera, quien les anunciaba que ya estaba en Milán. Habían pasado los controles terrestres sin ninguna novedad.
Pero, tenían un inconveniente, el primo las había llevado a su habitación y las dejó encerradas todo el día. Debía ir a trabajar y no tenía tiempo para ayudarles a buscar trabajo, y no podían salir a la calle porque sino eran detenidas por ilegales y se arriesgaban a ser detenidas y deportadas.
Pero como todo no es miedo, ellas como mujeres fuertes y luchadoras hicieron caso omiso al primo y se aventuraron. Llegaron a un albergue femenino de unas religiosas, en donde las hospedaron y ayudaron a ubicarse en casa particulares como “ragazzas”. En  Perú ese tipo de trabajo se le conoce como: empleadas del hogar.

Sin embargo, estaban en Italia, en Europa. Al saber esto, las vecinas del barrio, tendrían  envidia y así fue, nadie creía que ella estuviera por ese lugar, y menos ganando dólares o euros. Es verdad, en el extranjero se gana muy bien y mejor si trabajas en a profesión estudiada.

ECHADO DE LA CASA







Era los años de 1998, el 28 de noviembre (nunca olvidará esa fecha), aconteció que Juanitop ya esta hecho un hombre de mas de tres décadas y media. Su padre había muerto de una enfermedad que nunca le fue explicada. El papá decía que moriría de sano, porque no bebía, no fumaba, no trasnochaba, ni comía demasiado, pero cayó enfermo y murió.
Ese año Juanitop se encontraba trabajando junto con un hombre, que era amigo de un antiguo compañero de trabajo. Se encontraba en una situación delicada y había sido sacado del que fue su casa. El padre de la que fue su esposa le dijo una mañana: Tienes que desocupar la casa, porque ya no tienes nada acá:
Él no deseaba hacer problemas porque era conciente que las palabras dichas por ese hombre que nunca le cayó bien, a pesar de ser honesto, leal, fiel y honrado. De nada valió haber hecho méritos suficientes para que lo sigan llamando “hijo político”, estaba siendo expulsado de su “nidito de amor”.
No tuvo tiempo de sacar nada y las pocas cosas que había en esa casa, se quedó no sabe su hasta ahora hay los artículos que un día compró para bienestar y comodidad para su familia. Muebles, artefactos y juegos. Álbumes de fotos se quedaron prisioneros en los dormitorios de la casa. Ahora tenía un dilema: Donde iría a vivir?
Con un maletín de mano y una caja donde guardaba con amor los artículos que una vez la madre de sus hijas le había enviado desde Italia, no las quería usar porque   se gastaban, decía con gracia a los familiares y amigos. Siempre hablaba de ese modo, sabiendo que había sido abandonado.
Se va a la casa de sus padres y mira que su hermana estaba junto a su madre y al decirle que lo había sacado de la casa, le explica que quería ocupar su dormitorio de soltero, pero la hermana menor le dice que mejor se debería ir a otro sitio donde no haya ruido porque no estaba acostumbrado él, de la bulla de los niños.
Pero dónde iría, a que casa, a que lugar, donde encontraría paz y tranquilidad. La hermana le dice que ella arrienda una casita en un barrio populoso, que podría vivir ahí como quien lo cuida. Viviría sin problemas e inocentemente aceptó sin comprender el fondo del plan que tenía la hermana.
Se hizo cargo de la guardianía de la casita, y en verdad su vida fue placentera y tranquila. Solo debía llegar temprano, porque como era un lugar donde pululaban personas de condición humilde que eran asaltadas por delincuentes que por esos lugares, Juanitop trataba de llegar temprano. El paradero estaba frente a la casita.
Un tarde, Carla, una chica ex alumna de un instituto de formación manual, llamado Oscus lo abordó y le entregó un papel escrito con un mensaje: Mi hermano menor llega a Lima, trata de conseguir una habitación  Cada mes le enviaran de la provincia una cantidad para  pagar y mantenerse.
Esta chica fue en un pasado su alumna en clases de Redacción y ortografía que Juanitop dictaba es esa academia regentada por religiosas de una congregación católica española. Rendía culto a nuestro Señor, pero amparadas en una mujer bondadosa que ayudo a trabajadores manuales de gran parte del Mundo. Su nombre Dolores Rodríguez Sopeña.
Ese centro de estudio se encontraba a una cuadra de su casa y llevaba ahí funcionando desde hace muchos años. Con decir que su padre fue alumno en sus años mozos, estudiando el curso de electricidad doméstica. A duras penas aprendió los principios de las conexiones y uno que otro circuito.
Carmen era una provinciana que no sabía leer y menos escribir y Juanitop le enseñó desde la A hasta la Z y desde la suma hasta la resta. La ayudo a que se matriculase en un colegio extraordinario que le certifique su avance en los estudios. Cumplió su anhelo de terminar su Secundaria, gracias al apoyo educativo de Juanitop.
Cuando Juanitop se quedó en la calle, y vivió en la casa que arrendaba su hermana, tuvo la idea de ayudar al pariente de esta chica,para que vivieran juntos y además recibiría un dinerito para cubrir algunos gastos de alimentación y de provisión de la casita. El chico tenía unos 17 años y comenzó a trabajar con un distribuidor mayorista de tubérculos.
Los meses pasaron y entre ambos cooperaban para llevar bien la casa. Barrían, sacudían el polvo y lavaban los cubre muebles. Tenía todo en regla para recibir a los ocasionales visitantes. Eran la chica y su hermano mayor.
Hasta que un día, Carmen y el muchacho le dan la noticia que una hermana mas, vendría desde su tierra y que si habría posibilidad que se hospede con ellos hasta que busque otro lugar donde irse. Asimismo, se le buscará un trabajo de servicio, cama dentro, para que se mantenga, mientras esté en la capital.
Juanitop aceptó.
Sin embargo no todo era felicidad y responsabilidad. Sucedió que entre ellos empezó una especie de tomar dinero del otro a pesar de que cada uno ocultaba en lugares menos pensado. Siempre lo hayaban.

Una tarde la menor de ellos, se percató que le faltaba uan cantidad y le hecho la culpa a Juanitop que indignado porque no era su proceder, tomar algo que no es suyo. Les encaró y reprendiendolos le dijo que mejor sería que abandones el lugar y asi se evitarían problemas.

Luego de deliberar la posible solución que le estaba dando, ellos manifesron en quedarse un tiempo mas, hasta encontrar un lugar como ese e irse a vivir juntos, los cuatro hermanos. Además de ua sobrina y los padres de ellos.

Sin embargo, un día - 14 de febrero - Juanitop llega a la vivienda muy desanimado y lleno de pesar, puesto que su madre había dejado de existir. Retornaba del Hospital a dónde había ido a visitarla, pero los doctores la manifestaron que si hasta una determinada hora no reaccionaba, lo sentían mucho, pero le debía quitar los aparatos que la mantenía "viva artificialmente".

Cuando llega a la casita muy triste y entra, se da con la sorpresa que los hermanos están realizando una fiesta, era el cumpleaños de la hermana menor, cumplía 19 años y habían invitado a sus "primos". Ellas le pedían permiso para continuar con la reunió, pero el no escuchaba y tuvieron que salir e irse a la casa de una amistad.

Esa tarde Juanitop se puso a llorar desconsoladamente, sin que nadie lo mirara. Era un segundo desahogo de ese pesar. Su madre, última que lo apoyara en esta etapa de su vida. 


JUANITOP  SE CONVIERTE EN CRISTIANO


Corrían los años de 1997 y en noviembre, mes de su cumpleaños, se queda solo a causa de la partida de sus hijas al extranjero, Juanitop no puede luchar contra el mundo y mirando su futuro, ve una posibilidad remota de volver a tener a su familia junta. Sabe que es un riesgo quedarse solo, sin trabajo y ocupación conocida.
Tenía un optimismo porque los seis años cuidando a sus hijas, le había dado una muestra de lucha interna ante la adversidad profesional. Se repetía : - Soy profesional y apenas me quede solo, salgo a buscar trabajo y me mantengo solo. Nadie me mantendrá.
Cuentan que el dolor fue tanto que se abandonó y su autoestima se le cayó mas profundo del suelo y fue muy difícil que pueda haber alguien que le ayude a recuperarse. Su estado fue calamitoso y si no fuera por Dios, hoy no sería El protagonista principal de este relato.
Un día fue un profesional exitoso, trabajaba en la Alta Dirección de la Administración Pública, era muy querido entre todos sus compañeros y se jactaba que solo conocía a treinta personas, pero a él lo reconocían, hasta en la calle, como 3 mil. Era porque siempre estaba al lado del titular del portafolio.
Por otro lado, en su casa se respiraba felicidad. Tenía lo que todo hombre deseaba tener, una esposa, a la cual amaba, un par de niñas que correteaban de un lado por otro y le abrazaban al cuello besándolo en las dos mejillas, completando su alegría. Era en pocas palabras, MUY FELIZ.
Pero todo esto dejó de serlo porque en 1990 entró como presidente un hombre desconocido en la política nacional y trajo mucho desempleo y desestabilidad económica en el país. Hubo una recesión que siguiendo órdenes del Banco Mundial y de otros entes financieros del exterior, el Gobierno,  despidió a miles de trabajadores del Estado.
Juanitop no se preocupaba, porque viendo lo que se avizoraba, había convenido con varios abrir una oficina de Asesoría de Prensa y brindar los servicios a las instituciones públicas (su ex trabajo era el principal cliente). Todo estaba acordado, pero lo que no tuvo en cuenta, fue el cambio repentino, de idea de ellos.
Previo a las reuniones de concretar la formación de dicha oficina, resolvieron relajarse un mes, como dándonos una “vacaciones” forzadas y pensando que los treinta días eran los días vacacionales que no tomaron el año anterior por tratar de no dar malos entendidos a los nuevos jefes. Luego llegarían a trabajar a fondo.
 Nada de eso fue porque cada uno tomó rumbo diferente. El Sub director se fue a provincia y se quedó, al otro le salió un viaje a la Argentina y el tercero tuvo un accidente que lo postró en sillas de rueda, quedándose con un trauma y sin ganas de vivir. Y, finalmente, el fotógrafo fue requerido para una revista.
Pero Juanitop, con su interés de hacer la entidad asesora, continuaba con su plan y buscando a otros colegas fue conformando lo que sería el Staff de profesionales de la Oficina de Imagen. Algunos aceptaron su petición. Sin embargo, eso no estaba en los planes del Señor, porque otro fue destino de su vida.
Fue en esos días que la madre de mis hijas, su esposa, a pedido de toda su familia y de la hermana mayor que ya tenía cuatro meses en el extranjero, viaja al extranjero para nunca mas volver y dejar a Juanitop con el deseo de trabajar en la profesión para lo que había estudiado.
Concretado en viaje, y sabiendo que eso le truncaba su carrera profesional, Juanitop no sabe cómo hacer para criar a sus hijas. Tiene conocimientos someros de la cocina y de hacer las cosas hogareñas, Piensa tener que llevarlas diariamente a la casa de sus padres para darles lo necesario.
Sin embargo, se instruyen en los quehaceres culinarios y en lo demás y logra salir poco a poco con el problema. Pasan seis años y las chicas se enferman continuamente por la ausencia de la madre y ésta desde lejos le dice: - Me es imposible regresar. (Quizás la tengan amarrada o qué, piensa él).
Pasan los meses y desde Europa, le dan la noticia de que las niñas viajen con la promesa “el próximo en ir, serás tú” (promesa que jamás se cumplió). Juanitop mirando al cielo luego de escuchar esas palabras, siente que la tierra se le abre en los pies y cae en un hoyo profundo, del cual es imposible salir.
Ya todo estaba planificado entre la familia de la madre de sus hijas. Que se vayan las chicas y que se olvide de ese hombre que “no vale nada”. Eso siempre fue la idea de todos, porque no aceptaban la profesión de periodista, deseaban que se casara con un doctor.
Y en Noviembre de ese mismo año, Juanitop ve partir a sus hijas que con un beso fugaz, sella la despedida sin saber, hasta cuando volverá a verlas. Se llevaron a sus hijas con engaños porque la promesa vertida por la madre jamás se cumplió y lo peor fue, que nunca mas supo de ella..
Con un a gran pena, Juanitop, quedó mal económicamente y peor emocionalmente, no conseguía trabajo y se hundía cada día mas y mas. No podía lograr algo y ese pensamiento: “Soy profesional y apenas me quede solo, salgo a buscar trabajo y me mantengo solo. Nadie me mantendrá”, se iba diluyéndose hasta volverse una ilusión.
Hasta que entonces, un buen día, un amigo, ex- compañero del trabajo se le cruza en la calle y abordándolo le recuerda que le debía un dinero (lo cual es cierto) y que su situación es caótica y deseaba que le pague. El amigo mirándome de pies a cabeza le responde que debe ir, esa misma tarde a las 6 pm a dicha dirección - que ahí te pago.
No le creyó y se estaba yendo a un local de vendedores ambulantes, donde dormía y sin saber cómo, se pasó del lugar e instintivamente mira y ve que efectivamente lo había hecho, pero estaba a dos cuadras de la dirección apuntada y como necesitaba el dinero fue al lugar.
Sucedió que ese sitio era una Iglesia Evangélica, y había una Reunión Especial de Varones. Era el 01 de Mayo del 2000 y mirando la cordialidad de los anfitriones se acercó y preguntó por el amigo. Le responden que se encuéntrala dentro, dándole lo últimos “toques” a la decoración y mejor pase a esperarlo dentro. Ingresó sin hacer ruido y lo acomodaron en un lugar preferencial..
Todo eso no le era nuevo, porque anteriormente había ido a una iglesia parecida llevado por la Carmen. Era de un hombre al que todos lo llamaban Pastor, que cada semana lo invitaba a convertirse al cristianismo. Se excusaba diciéndole que no estaba preparado, que aun no era mi hora, que mejor espere otro momento.
No se dio cuenta que la reunión empezó y el local estaba completamente lleno y le dio vergüenza pedir permiso a los que estaba a su derecha para buscar al amigo. Pensó que mejor sería al final del culto. Formalito escuchó los cánticos y luego la predica que explícitamente fue dirigida para él, pensando que alguien la habría dicho a Pastor cual era su problema.
Entonces sucedió algo inesperado al termino de la predica. Fue algo especial. Algo maravilloso. Algo que no se puede explicar con solo palabras, porque esto tiene algo de espiritual y que “ahí  está la mano de Dios”.
No hay que escuchar alguna conversión.
No hay conversión igual. Todas son diferentes y la de él fue especial.
Ama al Señor porque Él lo levantó hasta llevarlo a República Dominicana y lo volvió a llevar y como dicen: la tercera es la vencida, para ser feliz. Ah! y fue en ese país que volví a ver a mis hijas.
Le dio todo, desde trabajo, hasta amigos y amigas, colegas, hospedaje, ropa y alimento. Está muy agradecido de Dios porque el le ama.
Quiere que sepamos que cuando oremos, le pidamos que, si es hora de que conozcamos a alguien que sea instrumento para nuestra vida que nos lo de. Porque necesitamos alguien que nos escuche, que oriente y que nos cuide. Él hara todo lo imposible para que seamos felices. Como lo fue un día, pero le ha pedido que no sea como aquella mujer, que lo utilizó, mientras era importante y necesario para su negocio, estaba a su lado, pero cuando tuvo mejoría, entonces lo hizo a un lado y Diosito le dio a entender que no era la persona elegida.
Dio todo, sus fuerzas, su intelecto, profesión, integridad, compañía, sapiencia, lealtad, honestidad y lo que es mas importante sus sentimiento, pero a cambio no recibió nada. Mejor hubiera seguido trabajando y no apurarse a ayudarla en su proyecto.
A cambio qué recibió. NADA.
Ayudó al prójimo sin interés, ni menos monetario y lo da hasta mas no poder, dentro de sus posibilidades..
Quizás no lo crean, pero como testigo pone a Cristo Jesús que todo lo vertido acá, es cierto.


PREPARANDO PARA ALGO GRANDE

SU VIAJE


 EL VIAJE HACIA EL CARIBE.-

Era un atardecer cuando tendría algo importante que hacer y no recordaba qué, pero salí a comprar un sachett, para lavarme el cabello antes de bañarme Hacia un frío característico de otoño eran los últimos días de octubre y la calle estaba desierta.
Me dirigí a la bodega y en la entrada encontré a dos amigos de mi chiquititud que hacia mucho no los veía. Eran "el coyote" y el "Llamojón" dos de mis mejores amigos y compañeros de aventuras de mi adolescencia y juventud. Apareció un tercero “el gato”.
Tuvimos que separarnos por motivos personales, uno se fue a otra ciudad, el segundo viajó a Caracas donde su hermano mayor  tiene un comercio de comida peruana. El último en llegar había estado en Estados Unidos, pero se regresó porque no le gustó los trabajos que le ofrecían.
Ahora estaba ahí,, era raro, pero en fin lo tome como una alegría. Al verme se levantaron y me abrazaron efusivamente, lo cual les retribuí del mismo modo. Me invitaron a estar con ellos y departir un vaso de cerveza, yo no quise desairarlos, porque no tomo, pero la ocasión era diferente. Iba a viajar
Si! dentro de varias hora partiría, hacia un país exótico que no recordaba bien a dónde, pero iba al Caribe. Les conté de mi viaje inminente que debía realizar dentro de dos horas, estaría rumbo al primer aeropuerto del país, para subirme al avión que me llevaría hasta el país de las palmeras
Era emocionante contarles que el Señor me había bendecido con ese viaje y que me tenía preparado sorpresas y me daría una compañera para toda la vida y apurábamos las botellas de cervezas teníamos que terminar dos cada uno y ... cuándo sería la próxima vez que nos encontraríamos
Así que cuando me sentí que la cabeza me estaba dando mareos me retiré de ahí y como llegué, fue con otro abrazo que lo dimos los tres juntos creo que hubiéramos seguido abrazados así por un largo tiempo si no fuera por otro vecino que nos gritó, ; "estos se quieren tanto que hasta besos se dan"
Risas y fuertes apretones de manos fue el final del encuentro. Fui corriendo a casa con el champú en mis manos y todo mareado me metí al baño quise tomar fuerzas para no demostrar mi estado etílico. Pero me fue imposible.
Miré la hora y salí con todo el cuerpo mojado, no había terminado de secármelo y entonces me visto como sea. La hora es la hora y no un minuto mas, ni un minuto menos.
Quise hacer un equipaje, pero todo no salió de un maletín de mano, no hubo mochila, ni maletín de ruedas.
Solo una mediana maleta de mano. Esas que le dicen cabinera. Mi sobrino le llevó hasta el aeropuerto, en su auto parecido a “Michael” del auto fantástico. Así de negro y mi hermana estaba molesta porque no concretamos la firma del documentos notarial para la venta de la parte de la casa de mis padres, es que entre mis planes estaba quedarme en mi destino.
Cayéndome de sueno y movido por el licor, apure mis pasos y arreglando algunas ropas en la maleta y en un carrito cabinero, salí de casa rumbo a un lugar maravilloso, donde encontraría lo que ansío. Mi cuerpo temblaba, porque algunos me comentaban que ese país era un isla que tenían fama de macumbero. Jajajjajajajaja
Llegamos al primer aeropuerto de Perú y me dirigí hasta la zona de vuelos internacionales, averigüé sobre la salida de mi avión y me contestaron que debía pasar por control especial, ya era disposición superior. Ya suponía que por culpa de los contrabandistas y narcos todos los viajeros eran revisados hasta los dientes.
Sin ningún problema pasé todos los controles y pude pagar los impuestos de salida con anterioridad porque una larga cola de personas cancelaban dicho pago. 15 dólares.
Estuve en la rampa de mi aerolínea y pedí asiento junto a la ventanilla. Quería ver desparecer mi avión en la faz de la tierra y mirar el horizonte cuando se abra le maravillosa y exótica isla donde viviría en los próximos años. Mucha pena de dio cuando el avión levantó vuelo.
Tranquilo y sereno estuve durante el viaje, porque no era ni el primero, pero si quizás el ultimo. Ya que tenía en mente no volver nunca mas a mi país, pero uno no sabe nada del futuro y de lo que nos tiene planeado nuestro creador. Todo esta en manos del él.
Pasaron loas horas y el avión se posó en la pista del aeropuerto de Caracas, para realizar una escala técnica, así se llama en cambio de avión. Los que íbamos a Centro América, bajamos y nos pusieron en un lugar denominado “tierra de nadie”, porque no se tiene que tener visa, ni documento especial para estar ahí.
Una llamada me sacó de mis pensamientos, porque éste me estaba jugando una mala pasada y me metía ideas, como de salir de ese lugar y quedarme en Venezuela. Buscar al hermano de “Llamojón” y empezar de cero. Pero algo mas grande me esperaba en mi destino final.
Una voz de mujer salía de las bocinas anunciando la partida del vuelo con destino a Centro América y muchos de los que estábamos sentados, como impulsados por un resorte saltamos y agarramos nuestras maletas de mano y corrimos a la salida propalada.
Después del control de rigor, nos acomodamos en nuestros asientos y yo como siempre en ventanilla. Miraba la ciudad que desaparecía entre las nubes blancas sobre es país donde muchos se quejan del gobierno actual. No es malo, pero tampoco es bueno, pero no existe mucha libertad como en otros países.
De nuevo en las alturas y me puse los audífono para escuchar canciones y todos sintonizaban música merenguera. LO quité y me puse a ver una película que estaban dando en todos los monitores del avión. Mientras tanto llegó la comida, un recipiente con ensalada y otro de mayor tamaño de un tipo de guiso de carne y su arroz con zanahoria, su tajada de postre y luego una bebida fría.
Me comí el llamado plato de fondo y el postre. No quise tomar la bebida fría porque la noche anterior había estado tomando cerveza helada y sentía que mi garganta me fastidiaba y por eso es que no quise abusar de mi salud. Me guarde para ms tarde el paquete de galletas que dieron aparte del almuerzo.
Luego de dos horas y cuando el cansancio hacia presa de mi cuerpito, escuchamos la voz del piloto que anunciaba la llegada a mi destino. Si! Estaba llegando a …

LLEGADA A REPÚBLICA DOMINICANA

La vida siempre nos trae sorpresas y una de esas fue cuando yo tenía cuatro meses de convertido en cristiano, había superado con ayuda de Dios la situación que estaba llevando a causa de la pérdida de mi familia. La madre de mis dos hijas se había ido hacía 7 años al extranjero y después me quitó a mis dos hijas.
Yo nunca reclamé nada, solo pedí que sea comprensible y siempre estar a su lado. Tan es así que cuando me llegó la demanda de divorcio, contesté que yo nunca me divorciaría y sin tener a mi lado a la mujer que le di todo, me sentiría honrosamente estar a ella, unido por siempre.
Sin embargo, no escuchó el pedido y envió un documento notarial donde daba poder a un hombre, qué tal, un hombre, la iba a representarla en el juzgado para disolver ese vínculo matrimonial. Yo no quería hacerlo demostrando de esa manera que la seguía amando.
No hubo deslealtad, no hubo infidelidad, no hubo engaño, no hubo nada de pretextos que ponen otros para lograr deshacerse de la pareja, cuando se han cansado de convivir uno junto al otro. Pero ahora, había algo que ayudaba a la causa, las mentiras e intrigas que llevaban las hermanas.
Como decía, ya estaba en lo mejor de mi estado emocional y me enfrentaba con una nueva sonrisa a la vida. Ya no tenía miedo de salir a la calle. Esa selva de cemento que cada día te devora con sus vehículos y grandes edificios. Mi vida cambió, gracias al Señor quien me dio fuerzas para vivir plenamente.
Con mi “nueva vida” fui adentrándome en toda literatura cristiana e iglesias donde rendía pleitesía a Cristo Jesús. Buscaba todo lo relacionado con la historia, personajes y predicas de hombres “tocados” por el Señor. Así fue cómo ingresé al Internet para informarme en las páginas relacionadas.
Un día buscando por varios lugares, encontré una en donde me respondieron con varias prédicas que daban testimonio de personas que han recibido la gracia de Dios, de maneras diferentes. Una de esas fue que me tocó el corazón y que daba testimonio de un niño que salvó a una mujer cuando estaba apunto de suicidarse.
Quien me había enviado ese material y muchos otros, fue una mujer de un país que no conocía y quedaba en América Central. Ella muy amable, continuaba comunicándose conmigo y enviándome mas material de lectura, hasta que me habló de su congregación y la necesidad de una persona que se haga cargo del Ministerio de Comunicaciones.
Claro, yo le había hablado que era periodista y que ese material lo iba a utilizar para la edición de una revista para mi Iglesia “Jesús Vive”, Lima – Perú. Sobre esto tuve una conversación con mi Pastor y el me respondió que posiblemente se pueda realizar esa publicación, porque era muy necesario para la divulgación del Evangelio.
Alistando todo me propuse a viajar a ese país caribeño.
Temeroso de lo que iba a encontrar en ese país caribeño, el avión surcaba los aires y volaba por sobre Ecuador y viró hacia Colombia para dirigirse al aeropuerto de Caracas. Ahí haría escala técnica, cambio de avión y teníamos que estar en “tierra de nadie” por espacio de tres horas. Tenía miedo de no salir de ese ambiente y los oídos bien puesto para escuchar el llamado para Santo Domingo.
Serían las 16.10 de la tarde cuando me asomo a la ventanilla y siento que el avión empieza a descender, veo que las casa se hacen grandes y que la gente toma su real tamaño Al fin veo el moderno aeropuerto de Las Américas. Enorme estructura construida para recibir decenas de avión. Luego supe que República Dominicana es un país eminentemente turístico.
Al pasar por los controles de rigor, me entró un temor de que no me permitiría ingresar a ese país. Pensaba que no tenía pretexto formal para hacerlo y me encomendé a Dios. Al revisarme la maleta de mano, el señor de migraciones vio una Biblia y un libro cristiano que llevaba para leer en el camino. Me preguntó si era cristiano-evangélico, a mi respuesta positiva, me despidió con un : - Bendiciones Hermano.
Una vez que recogí mi equipaje, me dirigí a la puerta de salida para encontrarme con el grupo de la Iglesia, pero para sorpresa mía, solo había una sola persona. Era la HERM.ANA” quien al verme sonrió y avanzó para alcanzarme con el equipaje. Mi reacción (si es que se puede decir que fue reacción o no) fue asombrarme por el porte y lo bien presentable que estaba. Era, !Una mujer caribeña!.
Me recibió con un beso en la mejilla y sentí un aroma de un perfume agradable y muy sensual. Llamó a un muchacho para que cargue las maletas y mi bolso de mano. Yo entregué pensando que era un conocido de ella. Nos dirigimos hasta el estacionamiento y llegamos a un vehículo Skoda, color rojo vino, tipo camionetita y muy bien cuidado (o era nuevo).
Me sacó del primer terminal aéreo y nos dirigimos por una larga pista que se elevó por casi 20 metros del nivel del mar y tomó dirección a la ciudad. Yo no salía de mi sorpresa y asombró. Interiormente me preguntaba: ¿Tú, Juanitop al lado de una mujer de esa envergadura?, no puede ser?
Ella se dio cuenta y al interrogarme le dije la verdad. Ella se sonrió y un rubor cubrió mi rostro al verme en un trance como aquel. El camino se me hacía largo, pero a la vez no quería que terminara. Quería seguir viendo las avenidas y las edificaciones que en ellas habían. Entramos a una especie de serpentín. Era para llegar al puente que cruza el Río Ozama.
El centro de la ciudad, nos abría sus puertas y es ese momento mi acompañante me preguntó si había almorzado en el avión y yo le confié que estaba con hambre porque los cargo del avión solo daban "comida como para jugar". Sabiendo que me gusta el pescado, ella me llevó a un lindo restaurant al borde del mar. Llamado  Adr´an Turístic.
Pidió un lenguado de primer tamaño y un coktail de frutas para acompañarme en mi “almuerzo”, eran las 6 pm.  y ya comenzaba a oscurecer. Apure mi alimento y le dije que mejor nos vayamos, porque se está haciendo de noche y a mi no me gusta estar en la calle, hasta altas horas. Me miró con una dulzura que por segunda vez me hizo sonrojar.
Fuimos a la casa de su madre. Una mujer de unas 79 años, subida de peso y de origen cubano. Me miró de pies a cabeza, tratando de encontrar algo para criticarme, pero al no hallarlo, solo atino a decir que ella también es emigrante en Santo Domingo y que su esposo era un periodista que luchó al lado de Fidel Castro y fue perseguido por Trujillo.
Ya era de noche y empezaron a llegar los demás miembros de la familia y conocí a sus tres hijos, Daniel, el mayor de 17 años, Anagraciela la segunda de 13 años y Aguabella la tercera, de apenas 10 añitos. Además estaba su hermana mayor, una mujer igual que la madre, medio amasadita y la menor, quien no había nacido ahí, sino en Venezuela, durante el destierro del papá.
La alegría estaba a la orden del día y mi apariencia y actitud era la comidilla de todos en la casa. Nunca habían visto a un peruano y menos a uno como Juanitop que les contaba su historia con sus hijas y todo lo que sabía hacer en el hogar y en el trabajo. Las horas pasaban y no había momento de cortar la conversación.
Hasta que por fin, la mujer dijo que me llevaría a descansar y sin haber bajado mi equipaje, volvimos a las calles que a esa hora el tránsito era un poco pesado. Nos fuimos de la zona pudiente hacia una deprimente y llena de casas de gente pobre. Estábamos al otro lado de la ciudad, donde cruza el río Ozama, cuyas orillas estaban llenas de casuchas.
El corazón se me quería salir por la boca y cada vez me sentía mas asustado. No puede ser que yo esté alojado en esa parte del país, mejor hubiera sido quedarnos en la casa de la mamá y no en ese sitio. A medida que oraba para que no sea así, apareció delante de mis ojos unas casitas edificadas con sus techos a dos aguas y presentables.
Viró a la derecha y entrando por unas calles, se detuvo en una donde había dos vehículos. Una mujer delgada salió a recibirnos y presentándome me invitó a pasar. En la sala estaba un hombre de tez morena con una bebita en los brazos y mostrando su simpatía me saludó con un: Bendiciones Hermano.
Acto seguido hizo su aparición una mujer de finos modales, quien también me saludo con la misma frase y cargando a la bebe, se puso a conversar con la HERM.ANA en la entrada de la casa y de vez en cuando viraban a verme y se reían por que yo demostraba mi cansancio y pesadez.
Era un hogar cristiano y aún no sabía porqué estábamos ahí. Me prepararon una comida ligera y luego a las 10 pm. Me hicieron pasar a una habitación y me dijeron que era la mía. Comprendí que era ahí donde iba a hospedarme. Ellos habían aceptado a la HERM.ANA, hospedar a un forastero, a un Siervo del Señor.
La habitación estaba preparada ex profesamente para alojarme, ya que habían muchas cosas que eran de mi gusto y me dejaron que descansara, porque el día siguiente tenía que salir a conocer la ciudad. Yo estaba que daba gracias al Señor por tanta alegría que estaba teniendo.
A la mañana siguiente, siento que las personas de la casa, tanto el esposo como la esposa se preparan para desayunar y como no quiero darles mas trabajo, también apuro para darles alcance y desayunar juntos, pero al verme salir al baño, el esposo que se llama igual, Juanito me dice que no me preocupe, porque ellos se van a trabajar y que quedaré en casa con la señora de servicio.
Me da una tranquilidad porque el calor nocturno me había hecho sudar en la cama que tuve que cambiar sabanas y me demoraría en la ducha. Luego me alisté y salí al comedor y vi que la señora de servicio, me tenía listo todo para desayunar. Estaba también la bebita llamada Jadelina.
Leía el diario y veía televisión, pero no me sentía tranquilo hasta que a eso de las diez de la mañana, una llamada me saca de mi estado y era la HERM.ANA, quien preguntaba por mi y que me alistara porque pasaría por mi dentro de media hora.  Rápidamente me puse lindo y sacando mi traje dominguero me propuse a esperarla.
Fuimos a pasear por la zona colonial y ella me iba enseñando los bellos lugares que existían en la isla. Me llevó a la Plaza Colón y a la famosa calle de El Conde, algo similar a nuestro conocido Jirón de la Unión. Bajamos del auto y paseamos hasta el muelle de embarque y miré los barcos-casinos y otras embarcaciones particulares.
Luego planificamos ir a visitar un lugar natural, donde bajo la tierra hay una cuevas maravillosas y llenas de encanto que el gobierno dominicano lo ha acondicionado por ser un atractivo turístico que ningún visitante debe dejar de ver. Es el famoso “Tres Ojos” y mas allá está el Acuario.
Ya era medio día y nos dirigimos a la casa de la madre, en donde también ella vivía con sus tres hijos. La madre nos recibió en la cocina, estaba preparando el almuerzo en un gran caldero, y otro donde cocinaba el arroz.
El almuerzo consistía en habichuelas (frijoles negros), arroz blanco, ensalada de palta y una carne de cerdo y ...pescado, esto último era raro, porque no estaba al alcance de esa mujer cubana. Sin embargo, ahí estaba el alimento del día, cocinándose y un agradable aroma salía de las ollas.
Nos sentamos a la mesa y los platos están listos. Veo que la comida la traen en vasijas y las pone en la mesa. Había que servirse cada uno lo que deseara. Yo por mi parte solo me serviría carne, porque el arroz me embota y no tiene la presencia que me gustara. Ah! Algunas rajas se aguacate (palta) y un poquito de lechuga.
Pero, como uno es invitado y no quiere desagradar mas a la mujer que había cocinado, puse regular cantidad de cada uno de los alimentos que estaba en la mesa. Lo comí por compromiso, porque no quiero mentir que no me gustó la comida.. Al final, la HERM.ANA se levantó y entrando a la cocina, sacó un platito hondo con un poco de arroz quemado, ese que se queda pegado al fondo de la olla y que los peruanos lo llamamos cocolón. Ellos le dicen Concón.
Los dominicanos están acostumbrados a comer el arroz quemado y no hay casa donde lo ponen a la mesa, luego de los alimentos, es una costumbre propia. Pude enterarme que ellos lo queman a propósito, a la hora de cocinarlo, para después comerlo como un postre.
Me brindan agua de botellón y les comento que en el Perú, se toma agua del caño, ellos sorprendidos me dicen que ahí no hay una buena planta de tratamiento del agua y que por eso no es potable. La gran mayoría compra agua embotellada para saciar su sed y en otras oportunidades, para hacer sus alimentos.
Terminamos y sin recoger la mesa nos vamos a la sala a reposar y nos traen “una taza” de café, lo pongo entre comillas porque la taza era del tamaño que mis hijas usan para jugar a la comidita. La taza estaba con café puro y le eché dos cuchara de azúcar para no tener que sentir el amargo del sabor.
Luego de eso, la HERM.ANA me hace señas para salir a la marquesina y me dice que iríamos a visitar a algunos amigos y luego ir a comprar un celular. Cosa que yo deseaba desde que llegué a la isla, porque no me gustaba estar incomunicado y menos en un lugar donde no conocía a nadie.
Así que nos fuimos a visitar a sus amigos, quienes me recibieron con mucha alegría y deseaban que mi estadía sea fructífera. Yo agradecía a todos y vi entre estas personas una que me llamó la atención, era una mujer que me miraba insistentemente como diciéndome algo y no comprendía qué.
Al final, ya no había tiempo para seguir con las visitas, nos dirigimos a un gran centro comercial, pero no entramos ahí sino a un local a dos cuadras. Compré un celular y me lo programaron rapidamente que mi acompañante marcó el numero asignado y al instante inauguró mi flamante aparatito.
Era mi segundo día en ese maravillo país. Uno de los primeros lugares, descubierto por Cristóbal Colón, la llamó, en un principio, Isabela en honor a la reina de España, Isabel la Católica. Todo ahí es denominada primada. La universidad, la Iglesia, la avenida que cruza la ciudad y hasta el monumento que adorna la plaza principal.
De retorno a mi hospedaje, ella me comenta que su hijita, la menor, Aguabella se encontraba cabizbaja y triste porque dice que esta dando mucho tiempo a su nuevo amigo del Perú y que ella ya no tiene a su mamá. Yo le dije que salga con la niña para que no se sienta sola y así recuerdo a mi hijita Yessy a esa edad.
Me prometió que lo haría y me dejó en el frontis de la casa de Juan Marmocerca, sin antes prometerme que apenas llegue a su casa me llame para saber que lo ha hecho sin novedad, ella asintió y se fue a su casa. Cruzaría la ciudad para hacerlo y luego de media hora suena mi celular y respondo mi primera llamada, era ella quien me decía que podía dormir tranquilo porque estaba en casa.
Al día siguiente me llama y me dice que si podía tomar un taxi para llegar a la clínica Real, que está a dos cuadras de la casa porque su hijita Aguabella está mal de salud. Ha contraído el mal llamado Dengue. Que raro me dije, en Lima está erradicado y no he tenido conocimiento de esa enfermedad, si no fuera por los libros y el curso de anatomía y la salud.
Era la primera vez que tomaría un taxi a domicilio y tenía temor por ser extranjero y los maleantes buscan una y otra forma de asaltar a los turistas. Mi sola presencia me delataba que no era dominicano. Juan Marmocerca me dice que el pedirá y que no me preocupe porque acá los taxis son de confianza.
Dicho y hecho, llegó el taxi y dándole las indicaciones necesarias, llegué a la clínica y la llamé. Ella baja y me lleva hasta el piso donde estaba internada su hija. Ella me mira con mucha simpatía y me dice que el Dengue no es contagioso y que para demostrármelo me daría un beso en la mejilla.
Eso me movió hasta lo mas profundo de mi ser y recordé a mis hijas cuando estaban a esa edad y las amaba de tal modo que nunca quise dejarlas ir de mi lado, pero eso fue imposible porque no quise ser egoísta y le permití que se vayan al lado de su madre luego de estar juntos seis años.
El hombre del taxi, conocedor de las calles, cortó camino por unos recovecos donde no había transito y en menos de lo que podría pensarlo llegamos a la clínica. Ya me estaba esperando la HERM.ANA y sacando un os billetes pagó el servicio. Me tomó del brazo y entramos a ver a la hija.
Ella se encontraba en una cama alta de sabanas blancas y con unos tubos cuyas agujas estaban en ambos brazos. Quise reclamarle por esa forma de sacrificio para una niña de esa edad. ¿no había otro modo de sobrellevar esa enfermedad? Ellos sabían lo que pensaba y apuraron a decirme que el tratamiento es así, para que no de deshidrate.
Salí de la habitación para no ver el dolor que le causaban las agujas a la menor, cuando distingo a un hombre de contextura gruesa y con bigotes. Tenía un pantalón color entero y una camisa a rayas para no hacerle mas obeso. Miró hacia mí y cambiando su actitud murmuró algo entre dientes.
Era el ex esposo de la HERM.ANA y no lo sabí hasta que me lo dijo ella misma. Mentalmente hice un paralelo entre él y yo y mi resultado fue el mayor puntaje para el que habla. Profesional, trabajador, respetuoso, bonachón y leal. Además se cocinar y no estoy a despensa de que me hagan las cosas. El era muy mamero.
La noche caía y ya eran las 9 de la noche y la niña comenzaba a bostezar y sabíamos que tenía que dormir. La madre me dice que debería dejarla de dormir, pero los doctores recomiendan que los padres se pueden quedar a dormir haciendo guardia. Yo no deseaba quedarme en la habitación porque solo había una especie de cama y además parecía incomoda.
Sin embargo la HERM.ANA, me convenció para hacerlo que ella se acomodaría con su hijita, mientras que yo me echaría en el chailón, tapado con una frazadita que pediría a la administración. Convenido de esa manera quedamos los tres en el cuarto. Ya todos se habían retirado y solo se escuchaban los tacos de las enfermeras haciendo su ultima ronda.
A las 2 o 3 de la madrugada, siento un movimiento entre la frazada y mis piernas, pero el sueño es tan fuerte que no abro los ojos. El movimiento cesa y todo sigue igual. La luz tenue llenaba la habitación y volví a dormirme sin antes acomodarme mejor para no sentir la dura tarima que me servia como cama.
Por segunda vez siento movimiento en mis piernas y al abrir los ojos veo a la HERM.ANA, agarrándome el miembro y frotándolo violentamente que de un dos por tres se me puso duro. No reaccioné al instante porque mas fue la sorpresa y la sensación que comencé a experimentar. Hacia muchos años que no  sentía algo así y en un principio no lo rechacé, pero mis principios religiosos y social hizo que empezará a luchar para que dejara de hacerlo. Mi hombría y mi machismo impidió de continuar la pelea y empezaba a perderla porque hacía muchos años que no tenía sexo.
Veía a la mujer apretándome el pene, se lo metía a la boca y lo sacaba para volverlo a friccionar. Era una experta y cuando ya sentía que se me venía el liquido viscoso, miro hacía la cama de la enfermita y veo que la niña está mirando todo lo que su madre me hacía. Yo le comenté y ella no me hizo caso.
Cuando después de agarré los pelos y le volví a decir que Aguabella estaba mirando, ella dirigió la mirada hacia la cama y vimos a la niña con los ojos cerrados. Yo sabía que se estaba haciendo la dormida. La madre me respondió: ya ves, - está durmiendo y continuó jalándomelo hasta que expulsé todo lo guardado por años. Quizás fueron 20 ó 21 años.
Esa fue la peor experiencia que me llevé en República Dominica. Una mujer que apenas conoce a un hombre dos día, tiene sexo con el sin preguntar si sufre de alguna enfermedad, si le gusta las mujeres o tal o cualquier razón, pero no ella hizo lo que hizo y yo me la guardé porque no tenía a nadie que me de una mano. Solo los miembros de la Iglesia que ella pertenece y que aún no los había visto, a excepción de los Marmocercas.
Esa mujer se me cayó del sitio que la tenía como persona y como cristiana. No podía concebir mentalmente cómo ella que se jactaba como verdaderamente sierva del Señor haya hecho tamaña cosa y delante de su pequeña hija que estaba sufriendo los estragos del Dengüe.
Desde ese día empecé a cuidarme de la HERM.ANA porque no vaya a ser que sera una mujer acostumbrada a tener sexo con cualquiera y en donde sea. Ya no permitía que entrará a la casa de los Marmocercas y si ellos no estaban, yo salía al patio o a la calle para conversar.
Ah! Y ciando ella llegaba con el auto yo me sentaba con temor porque podía voltear en cualquier calle solitaria y hacerme lo que me hizo. Claro, a mi gustaría como hombre, pero mi vida cristiana no me lo permitía y tenía siempre recordando: TODO ME ES PERMITIDO, PERO NO TODO ME CONVIENE.
Días después me fui a Puerto Plata para hacer uso del progama Vacacional que se compró adjunto al boleto de viaje. Fueron 20 días de alegría, paz y pura diversión. Los dos últimos días, fue la HERM.ANA a recogerme con un grupo de amigos de la Congregación.
Ahí comienzo a conocer a los amigos de la HERM.ANA y ella me promete que ya no volverá a pasar lo que sucedió esa noche y me explicó que fue un arrebato que tuvo porque hacía mucho tiempo (cinco meses) que no tenía sexo y que vió la posibilidad de que yo sea el que la satisfaga.
A medida de cerrar el tema, le dije : - Lo que hiciste se llama violación.


UN OFRECIMIENTO FANTÁSTICO

A los cuatro días de estar en la isla, se me ocurrió ir a la embajada de Perú, que estaba relativamente cerca de donde se encontraba la casa de la madre de la Herm.ana , quien gustosa accedió a llevarme. Se sentía muy contenta con mi presencia y a pesar de lo que había ocurrido en la Clínica el día anterior. Me recogió de mi alojamiento y nos dirigimos hacia allá.

En el camino nada se habló de lo acontecido y solo inter cambiamos temas relacionado a mi próximo inicio del tour que había tomado y ella me dijo que todo estaba coordinado para irme el viernes hacia Puerto Plata, la Perla del Caribe. Llegamos a una calle desierta y muy amplia, solo había una manguera corriendo el agua, señal que por ahí estaría un jardinero.

Sin preguntar en que lugar exacto quedaba en edificio gubernamental de Perú. Ella continuó por la arteria hasta que divisé el rojo y blanco de la bandera peruana y emocionado le dije: - Ahí queda!! Ella apretó el acelerador y apuró la llegada a un pórtico de madera color caoba. Me apee y toqué el intercomunicador y una voz femenina me responde, mi interés por ingresar.

El tono de mi vos y mi aspecto (me estaba mirando por una cámara que estaba en la parte superior de la entrada, le aseguró que era un peruano que llegaba a hacer un trámite administrativo de orden consular. Me permitió la entrada y me refirió que debía hacerlo por el pasaje de la derecha.

Obedeciendo el paso, ingreso a una especie de recepción, que no era tal, sino una gran sala en donde se encontraban algunas otros peruanos, haciendo antesala para contactarse con algún funcionario de la embajada. Pero yo solo deseaba inscribirme o apuntarme en el libro de visitantes, porque eso deben hacer todos los peruanos que llegan a un país visitante para que los del consulado o embajada sepan que han llegado en calidad de turistas u otros fines.

Cuando yo pregunto por el libro de inscripción, la encargada me deriva a un dominicano que trae  con mucho esfuerzo, un libro grande y lo abre con dificultad porque los folios estaban pegados, señal que hacía mucho tiempo que no lo usaba. Una vez que puse mi nombre, mi número de identidad y mi dirección en Perú, se me ocurrió preguntar, a la secretaria, por el embajador.

Esta, me mira de pies a cabeza y le dice que debo ir a la oficina del representante del Perú y con un mohín de burla me despide con un: qué tenga un buen día. Sin embargo trato de o hacer nada que med irrite y voy directamente a otro lado del edificio en donde está el despacho del plenipotenciario. Hago la misma pregunta a una bella mujer que no era peruana y ella me dice si deseo un audiencia.

Solo deseo expresarle mis saludos e intecambiar algunos aspectos de mi permanencia en el país. La mujer me vuelva a decir que la audiencia me la podían dar para dentro de quince o veinte días. Pero si yo ya estoy de regreso a Perú, para esa fecha y no me valdría nada solicitar una cita con el emérito. Quiero conversar con él, fue mi último pedido.

No se inmutó y solo se quedó mirándome, como si su bellos ojos me intimidaran, pero eso, me dio mas fuerzas que sacando una tarjeta de mi billetera, le puse delante de ella y le dije: - “Se la puede dar al embajador” Mirando el minúsculo papel, ella se levantó y se dirigió al despacho. Cuando de repente una voz masculina dice: “Que entre ese periodista del Perú”.

La puerta se la franqueó por mi profesión y no lo quise utilizar hasta el último momento, pero las circunstancias se dieron y tuve que hacerlo. La secretaria mirándome con asombro, me enseñó la puerta. Solo murmuré: “no podía esperar quince días.”

Un vez que estuve en la puerta un hombre joven y de buen porte, m brindó asiento y me empezó la conversación con un tuteo que nunca pude responder porque era consciente que estaba ante un represntante consular de un país de casi 10 millones de personas y me dirigí a él, como doctor ….. le gustó mi proceder y me puso al tanto que los dominicanos eran muy confianzudos que a uno lo llaman por su nombre, sin importar su posición social.

Bueno el saludo y algunas noticias de ambas partes iban y venían. Hablamos de deporte, era hincha de la U, mientras que yo soy de Alianza y eso hizo se mas amical la conversación. Le hablé del Partido Aprista, de las políticas que se estaban llevando a cabo en el país y que eso era bueno. (una manera de dorar la píldora para que me vea como buena gente y adepto al APRA). Cosa contraria.

Luego de mas de una hora de pura conversación y mirando su reloj me dijo que tenía un reunión de trabajo con su similar de Haití para unas ayudas sociales. Me dijo que si próximamente podría haber una posibilidad que lo acompañe en mi calidad de periodista a este país que es el mas pobre de América Latina. Cosa que lo tome como un compromiso.

A manera de finalizar la reunió, le pregunté por algún periodista peruano que se encontrara trabajado en un medio dominicano, El con la mayor amabilidad me dijo que había uno, y muy bueno (periodísticamente hablando) que se hallaba hacer varios años trabajando en un diario llamado “El Caribe” y que su nombre era… sacó un papelito y me escribió el nombre.

Al tomarlo y leerlo, le pedí un ultimo favor, que cuando lo vaya a visitar, le diga que Ud. me enviaba. Y el muy sencillo me dijo: - Juan Carlos, te estoy dando mi tarjeta y puede enseñársela para que te tome como un amigo del embajador del Perú. Le agradecí y solo me advirtió que cuando regrese a Perú, también visite la embajada y se despida. Cosa que le prometí.

Y salí con una nueva actitud y me fuí a almorzar.

Al dia siguiente nos dirigimos a la sede central del Periódico Dominicano, EL CARIBE y a medida que nos íbamos acercando se abría paso un moderno complejo arquitectónico que mostraba una solvencia y modernidad de todo un medio de comunicación importante. Por un lado una inmensa antena y por otro un hangar en donde de adivinaba estaría la planta de impresión.

A dónde nos dirigimos fue a la edificación principal. Me bajé del automóvil de la Herm.ana y fui hacia la recepción, en ella pregunté a la señorita de tez oscura por el señor cuyo nombre estaba en el anverso de la tarjeta del Embajador. Al cabo de unos instantes me responde que ya baja y que tome asiento.

Me llama y con al auricular en la mano, me pregunta mi nombre y el motivo de la visita. Le digo que soy Juanitop y que soy periodista del Perú. Dejando el fono en su lugar me vuelve a decir que lo espere en la sala de reuniones que el colega está bajando.

Cuando de repente, desde un pequeño balcón que está en el intermedio del primer y el segundo piso, se ve a una persona mirando con mucho interés a los que se hallaban en la sala de espera. Me mira y me dice: - Tu eres Juanitop, periodista del Perú.

Yo con la cabeza digo que si, a lo que él casi saltando las gradas de cuatro en cuatro, baja apresurado y al llegar a mi lado me da un abrazo de oso que me impide la respiración por un instante. Estaba emocionado de ver a un colega recién llegado.

Una vez de todas las formalidades, le pongo al corriente de la situación social, política y deportiva del Perú y él me manifiesta que hacía muchos años que no iba a nuestra tierra y que era de Arequipa. Ya era casado con una dominicana y ten+ia casi una década en esa isla.

La conversación duro casi dos horas y si no hubiera sido por que él estaba trabajando, nos quedábamos mas tiempo y nos estábamos despidiendo cuando se le ocurrió que cuando vuelva de mi tour por las playas caribeñas, regrese al diario para salir a comer unas carnecitas y de paso brindar por esa amistad.

Le dije que si y que me había caído muy bien y que la promesa era esa, una vez que regrese y antes de volar, retornaría para brindar con una Inka Kola. La risa no se dejó esperar por parte de ambos.

Nos despedimos con otro fuerte abrazo y salí contento porque conocí a un amigo colega que trabajaba en un diario importante en República Dominicana. Quien cómo él que lo logró, trabajar en otro país en la profesión que tiene. No como otros que son ingenieros, administradores y van al extranjero y trabajan de obreros y restaurantes.

Al día siguiente empecé mi tour por las playas del caribe y me fue lindo y maravilloso. Conocí Resort de Puerto Plata, La Romana, 

EXAMEN DE LA PROSTATA



JAJAJAJAJAJA
Eso mismo me pasó en una campaña médica que hicieron en República Dominicana.
Una mañana fui a la clínica móvil que había puesto un prestigioso centro médico al frente de
mi negocio y la preocupación de la mujer que tenía como compañera hizo que yo asistiera a las
distintas especialidades que atendía.
Pasé Triaje, Consultorio General, Diabetes, Dental, Oftalmología, Reuma, Osteoporosis y llegué
al de la Próstata y como la imagen, salió un moreno alto y grueso que amablemente me hizo
pasar al cubículo para el reconocimiento respectivo, pero yo como hombre culto y a sabiendas
que iba a perder "mi virginidad", le dije:
Doctor, a mi me gustaría conversar mas con usted sobre este asunto porque tengo mis dudas,
así que deseo que me de su tarjeta para visitarlo en su consultorio de la Clínica para el referido
examen. El, como dije, un moreno alto con apariencia a Pastor Evangélico, abriendo sus ojos y
mirando a un posible cliente potencial para algún tratamiento de su especialidad,
presurosamente sacó su talonario de recetas y escribió una dirección junto a la de la Clínica.
(era su clínica privada)
Añadió que el tratamiento es corto y que tenía contactos con hospitales y clínicas para una
posible intervención que “es lo más simple del mundo”.
Dentro de mí, saltaba hasta el techo porque había esquivado el examen del tacto de ese
galeno que tenía unos dedos que parecían falos de un piajeno. Me tranquilicé cuando me
entregó mi tarjeta con los controles de las demás especialidades y la suya también con una
aclaración de que por falta de tiempo se obvió el procedimiento y que se traslada al suscrito
para el día lunes de la semana siguiente a la clínica, para cumplir con el chequeo.
Y a manera de concluir la consulta, le referí que para un mejor registro de esa Campaña
Médica a los moradores de Los Ríos (así se llama la zona donde se ubicaban las tiendas para
atención de las diversas especialidades), coloque en mi tarjeta, el check respectivo en el
cuadrado donde decía: - EXAMEN A LA PROSTATA.
El doctor contento estampó en sello de OK y nos despedimos con un “hasta mañana”.
Ufff, Así, de esta manera me salvé de esa amarga experiencia, (que algunos hombre me
contaron) y uno de ellos me confió que, siempre espera que llegué el siguiente examen para ir
a volver a pasar, porque, según el "gustito" le quedó y quiere repetiiiiiiiiiiiirlo.
Jajajajajajajajajaj Puede ser que me suceda eso mismo y yo no quieeeeeeeero…
Jajajajajajajajajaq
Un beso. Bye.
PD: A raíz de esta experiencia, me inscribí a un Seguro Médico particular y fue ahí donde me
traté alguna posible dolencia, que fueron muy pocas. Jejejejejejeje


A mi con deditos...



UNA ACUSACIÓN FALSA PARA JUANITOP

En República Dominicana, Juanitop se encontraba trabajando en la Universidad y los encargados del departamento educativo le dan la opción, de aumentar su economía, si deseaba dictar clases de la misma materia en el colegio que el Centro superior tenía a escasas cuadras del campus universitario. Él sin pensarlo aceptó y empezó a enseñar a jóvenes dominicanos.
Una mañana como de costumbre, los profesores llegan temprano y apuntan su ingreso en el libro de asistencias. La Directora los mira y les recomienda entrar a las aulas lo mas antes, puesto que los alumnos empiezan a hacer algunas travesuras y les perjudicaría en sus hojas de rendimiento.
Casi el instante Juanitop fue al aula que le tocaba, Tercero de bachiller y encuentra a la mayoría de alumnos conversando y jugando, unos sentados en las carpetas o butacas como las llaman en República Dominicana. Al verme todos se apuran a ubicarse en sus sillas y termina el bullicio.
Pasa lista y se doy cuenta que están casi todos, a excepción con el alumno que se ha retirado a medio año y que cumplió su sueño de viajar a Puerto Rico, puerta previa para llegar a Estados Unidos. Su madre lo retiró porque no se “adaptaba” con los demás alumnos del salón.
Manifestó que ahora el tema será “los verbos transitivos e intransitivos”. Hace la clase sin ningún problemas hasta que faltando mas o menos cinco minutos, Se da cuenta que algunos alumnos han salido del aula. se percato que están en el pasadizo y los hace entrar.
Cuando toca la campana anunciando el cambio de hora y por consiguiente, los profesores deben rotar a otras aulas, con algunos libros en ambos brazos bajó del segundo piso y se encontró con una de las alumnas, del Tercero y le llamo la atención. Ella le dice – No he estado en clases.
No le cree, porque al pasar la asistencia, ella respondió: presente y le llamó la atención, preguntándole a dónde había ido. Ella respondió casi gritando que había ido a comprar un “bolón” y le enseñó un caramelo redondo con un palito, tipo chupetín de color rojo.
Lo tenía en la boca y miraba asustada porque podía hacer valer su autoridad para que le den una castigo ejemplar por escaparse del salón en horas de clases. Pero no fue ni lo uno, ni lo otro. Para no hacer mas problemas le dijo: - Porqué se había molestado si le podía dar un bolón gratis.
Hizo el ademán de bajar la mano y levantarse la camisa, tipo guayabera holgada de color celeste, por la parte delantera central del cuerpo, mete la mano debajo de la prenda de vestir y como no podía mirar donde ubicaba su mano, bajó la mirada y abrió su cartera de cuero, tipo canguro, que había llevado de Perú.
Los dominicanos lo llaman “mariconera” y no es muy usado en el país caribeño, pero es conocido. Además, Juanitop siempre iba a todo lugar con esa indumentaria por lo práctico que resultaba para llevar la billetera, celular, llaves, peine, monedas y documentos. También los dulces que eran decomisados o regalados por unos alumnos, eran guardados ahí.
Cuando sacó el “bolón”, que uno de los alumnos por simpatía se lo había reglado, pero lo volvía a regalar a otro y ese era el caso, se lo estaba regalando a la alumna que se escapó. Pero ella había desaparecido como por arte de magia. No sabía si estaba en su clase o en los servicios higiénicos.
Pasó el momento y después del recreo, la directora lo llama para su oficina y el sabía que ella no llamaba por gusto, sino por algún caso delicado entre el profesorado y los alumnos. Sintió algo raro la invitación ese momento, pero como no temía nada, se apersonó.
Grande fue su sorpresa cuando la directora le dijo que una alumna lo estaba acusando de haberle enseñado el miembro. Al instante le respondió que eso era una tremenda infamia y que quisiera saber el nombre de la denunciante de tamaña acusación que perjudicaba su honorabilidad de hombre probo y respetuoso.
Respondiendo y señalando hacia un lado, la autoridad del colegio le dijo que ella era la alumna que le estaba acusando de obscenidades. No lo creyó y describiendo todo tal y cual había pasado, le explicó que aquella era una alumna que nunca estaba en clases y esa mañana no era la excepción y al terminar se escapó del salón.
Al salir y bajar, en las escaleras se tropecó con ella y le increpó su actitud y ella como justificando su mal proceder le refirió que había ido a comprar un “bolón”, lo cual le dijó - Porqué se había molestado si le podía dar un bolón gratis. Y haciendo el mismo ademán y escuchando todos, el sonido del zipper correr de derecha a izquierda., su mano sacó un chupetín rojo.
Mismo Houdinni, estaba con el bolón rojo que sacó del “cangurito”, el cual tenía asegurado en la cintura. No había nada que hacer, no había tiempo para cambiar las cosas o arreglar la situación. La demostración fue la mejor prueba que ella estaba mintiendo y lo peor es que ahora tenía una testigo, que juraba lo que ella decía.
Montando en colera, Juanitop de dijo que eso se llama difamación y era motivo de una demanda, no a ella sino a sus padres por haber criado una personita, mentirosa, manipuladora y cínica. Y que no se debe jugar con la integridad moral de las personas porque es fácil de correr un rumor, pero es muy difícil revocar lo hablado.
Y como prediciendo lo que iba a suceder, llegó la hora penúltima y ya no tenía que dar clases porque terminó por ese día. Complaciente de haber arreglado el asunto del bolón con la alumna y sería la directora quien debería de castigarlas, pero no hubo tal castigo. No quería perder su trabajo, porque ya había terminado su contrato con el dictado en la universidad..
Al llegar a la gran avenida, que queda a dos cuadras del colegio, una profesora le increpa la acción que le hizo a “su” alumna. Cosa que le indignó, no por lo escuchado, sino por el chisme que viajó mas rápido de lo pensado. Ya todo el colegio debería saber lo que le ha pasado al profesor de Lengua Española.
Al día siguiente habló con la directora de lo acontecido y ella llamando a las dos alumnas les amenazó que si no callaban las bocas de los alumnos y desmentían lo que hablaban, debería aguantar la serie de demandas que el colegio, la universidad y el profesor afectado, harían a sus padres.
Salieron y de salón en salón hablaron y dijeron que había habido un malentendido y que el profesor no había hecho nada y que ya terminen de hablar cosas que no son ciertas. A pesar de haber rogado y suplicado, muchos no creyeron y hablaron mas, pensando que habían sido presionados por las autoridades del Centro Educativo para que se calle lo sucedido.
Poco a poco se fueron apagando las habladurías del tema del bolón, pero ya la honorabilidad del profesor estaba tirada por los suelo y era víctima de miradas indiscretas cuando llevaba a algún alumno a la dirección. Hasta que llegó casi a fin de año educativo, era el mes de Junio.
Los primeros días, observó que un grupo de alumnos del 5º grado de primaria perseguían a varias mujercitas de ese mismo salón, para donde iban y cuando los siguió con la mirada, observó que uno de ellas las tocaba de forma indecnte, lo cual no era de agrado de la menor.
Apurando el paso, el profesor los para y les llama la atención, amenazándolos con llevarlos a la Dirección para que traigan a sus padres por lo que estaban haciendo a las niñas. Ellos se rieron y en tono amenazante le refirieron que los lleve y que no hay miedo.
Llamando al guardián del colegio, quien fungía de auxiliar en algunas oportunidades, los tomo del brazo y los llevó delante de la directora. Recibida las quejas, y al momento que estaba haciendo las esquelas de citación para cada uno de los padres. Uno de los chico le espetó en la cara a la Directora: - Si el profesor le enseña el miembro a las alumnas del 3er año de bachiller y no lo han castigado y por qué a nosotros si
Eso fue la gota que colmó la paciencia del profesor y girando sobre sus talones salió de la dirección, mira al cielo y exclama: - Esto se jodió!. Y empezó a angustiarse para tomar una determinación para terminar con ese asunto. En la noche pensó que era lo mejor renunciar para que los alumnos no tengan que dar el examen final.
Eso era el motivo principal, se buscaba que el profesor de Lengua Española y encargado de Lectura de todo el colegio, no esté en los exámenes finales, para que no los desaprueben. Y la mejor manera se presentó con los más chiquitos del colegio. Lo que no pudieron hacerlo los grandes, lo hicieron los de primaria.
El profesor fue al día siguiente, llegó al colegio con una solicitud de renuncia. El no iba a permitir que lo boten o expulsen, Por su dignidad debía ser mas valiente y sin bajar la cara presentó su renuncia irrevocable al puesto de Docente de Lengua Española y Encargado del Plan de Lectura.
La directora le pidió que no lo tome a la ligera, pero él le explicó que con la honorabilidad no se jugaba y que si hay dudas de eso en su persona, lo menos que tenia que hacer es salir con la frente en alto. Ella le rogó que no lo haga o que al menos espere a que termine el año escolar, porque para el próximo año eso se olvidará.
La determinación era final y en sus treces le volvió a decir que le acepte la renuncia. Como ruego final, la directora le pidió que se quede hasta los exámenes y después renuncié Él mirándola vio que era un ruego de una mujer que no tenía otra solución.
El profesor habló y dijo: - Está bien licenciada, yo lo haré por usted y no por esos niños. Sabía que eran unos abusadores, engreídos, mentirosos, cínicos y ociosos. Solo buscan el juego, la buena vida y viajar a EEUU o Puerto Rico, no estudian en ningún momento, piensan que la vida es solo diversión.
Luego de los exámenes que los cumplió hasta con los sustitutorios, el profesor se fue a trabajar donde una Asesoría Periodística a hacer análisis de los medios de comunicación. Y solo tenia en mente una pregunta, ¿Quién le hizo pasar una nueva desventura en su vida? se respondía: UNA MUJER.

EXAMEN A LA PROSTATA





JAJAJAJAJAJA



Eso mismo me pasó en una campaña médica que hicieron en República Dominicana.

Una mañana fui a la clínica móvil que había puesto un prestigioso centro médico al frente de  mi negocio y la preocupación de la mujer que tenía como compañera hizo que yo asistiera a las distintas especialidades que atendía.

Pasé Triaje, Consultorio General, Diabetes, Dental, Oftalmología, Reuma, Osteoporosis y llegué al de la Próstata y como la imagen, salió un moreno alto y grueso que amablemente me hizo pasar al cubículo para el reconocimiento respectivo, pero yo como hombre culto y a sabiendas que iba a perder "mi virginidad", le dije:

Doctor, a mi me gustaría conversar mas con usted sobre este asunto porque tengo mis dudas, así que deseo que me de su tarjeta para visitarlo en su consultorio de la Clínica para el referido examen. El, como dije, un moreno alto con apariencia a Pastor Evangélico, abriendo sus ojos y mirando a un posible cliente potencial para algún tratamiento de su especialidad, presurosamente sacó su talonario de recetas y escribió una dirección junto a la de la Clínica. (era su clínica privada)

Añadió que el tratamiento es corto y que tenía contactos con hospitales y clínicas para una posible intervención que “es lo más simple del mundo”.

Dentro de mí, saltaba hasta el techo porque había esquivado el examen del tacto de ese galeno que tenía unos dedos que parecían falos de un piajeno. Me tranquilicé cuando me entregó mi tarjeta con los controles de las demás especialidades y la suya también con una aclaración de que por falta de tiempo se obvió el procedimiento y que se traslada al suscrito para el día lunes de la semana siguiente a la clínica, para cumplir con el chequeo.

Y a manera de concluir la consulta, le referí que para un mejor registro de esa Campaña Médica a los moradores de Los Ríos (así se llama la zona donde se ubicaban las tiendas para atención de las diversas especialidades), coloque en mi tarjeta, el check respectivo en el cuadrado donde decía: - EXAMEN A LA PROSTATA.


El doctor contento estampó en sello de OK y nos despedimos con un “hasta mañana”.

Ufff, Así, de esta manera me salvé de esa amarga experiencia, (que algunos hombre me contaron) y uno de ellos me confió que, siempre espera que llegué el siguiente examen para ir a volver a pasar, porque, según el "gustito" le quedó y quiere repetiiiiiiiiiiiirlo.

Jajajajajajajajajaj Puede ser que me suceda eso mismo y yo no quieeeeeeeero… Jajajajajajajajaja
Un beso. Bye.

PD: A raíz de esta experiencia, me inscribí a un Seguro Médico particular y fue ahí donde me traté alguna posible dolencia, que fueron muy pocas. Jejejejejejej


A mi con deditos...


EMPEZANDO UNA NUEVA VIDA

Abro mis ojos y veo borroso todas las cosas que hay en el cuarto. Sé que lo difuso es producto de mi despertar luego de una noche muy movida, llena de reuniones de trabajo y presentación de planes y programas para los 24 días que quedan de acá al día de las elecciones.
Me levanto con el cuerpo molido y doy una mirada a la habitación y encuentro mi ropa del día anterior puesto en la cómoda toda desarreglada, no tuve tiempo de doblarla y colgarla en una percha. Lo hago ahora y lo pongo junto a los dos ternos que me he mandado a confeccionar, uno color oscuro y el otro gris.
Tiendo la cama y pongo una camisa blanca sobre ella lista para usarla ese día. Aún no pienso cual de los dos ternos usaré. Voy a la ventana y miro a lo lejos el mar tranquilo a pesar que habían anunciado un Tsunami que llegará desde el oriente.
Un barco carguero cruza lentamente de norte a sur. Bajo la mirada y distingo en la acera unos jóvenes que hacen calentamiento para iniciar su “footing”. Mas abajo, en la playa, miro que hay personas, la mayoría de la tercera edad que están, unos caminando y otros trotando, haciendo ejercicios para mantenerse en buena salud.
Cuanto hubiera querido vestirme de corto y acompañarlos en esos movimientos físicos para no perder la costumbre que tenía años atrás, al salir a trotar con los vecinos y mi pitbull al lado haciendo como guardia ante cualquier eventualidad.
Abro la puerta del balcón y un fresco aire toca mi cara y me despeja completamente de mi modorra y despierta totalmente. En ese instante suena mi celular que me anuncia que son las 7.30 de la mañana.
Me saca de mi estado y comienzo a hacer un recuento de las cosas que debo hacer en las próximas horas. Busco mi agenda y leo rápidamente los primeros apuntes: reunión desayuno con El Hombre, después trabajo con el grupo de apoyo y finalmente ir a reconocer el campo por donde se iniciará el plan.
Es una pena que el sastre no me haya entregado, o mejor dicho no fui a recogerlo, el ultimo traje que le envié a hacer. Se me pasó la hora cuando me lo dijo y aún no tenía como chofer al amigo de mi sobrino. Él es ahora mi principal acompañante a todo lugar y mi persona de confianza.
Me meto a la regadera y salgo al estudio y miro mi computadora, la scanner y su pantalla plana que es de 21 pulgadas porque las imágenes se tienes que ver en su mejor magnitud para hacer los retoques necesarios y poder abrir varios programas a la vez. El Hombre ha pedido que me entreguen todos los documentos y archivos que solicite.
Luego de ponerme el traje negro, busco la corbata que debe estar colgada entre toda la ropa del closet. La encuentro pero hubiera preferido la que usaba como cábala, la de color azul con rayas gris diagonales y un dibujito color rojo, la cual dejé por algun lugar de mi vida. Me daba un caché especial.
El celular vuelve a sonar, pero esta vez es una llamada entrante y miro que es Francis, el amigo de mi sobrino, el ahora mi chofer, me dice que en quince minutos está allá y le dará un “toque” para que sepa que llegó. Apuro mi vestimenta y haciendo un recuento de mis  cosas, tomo mi lapto y en su maletín lo cuelgo a mi hombro y salgo del dormitorio.
Bajo los tres pisos y en la sala encuentro a la dueña de la casa y a dos inquilinos, están tomando desayuno. Saludo y veo en la mesa un vaso de jugo de naranja y un par de tostadas untadas con mantequilla y dos tajadas de queso fresco. Me lo tomo despacio, entrando en conversación con mis ocasionales compañeros de hospedaje.
Esa habitación la alquile el pasado mes, la quincena de Marzo. Ya estaba saturado de la presencia de mis hermanas y de mi sobrino que son unos tal para cual. Todo el día están mirando lo que uno hace no hace. Como si yo fuera un “extraño”, o ...si lo soy?

Bueno, una vieja amiga me encontró un día cuando yo estaba caminando por las calles de mi antiguo barrio, tratando de hacer recuerdos de mis días de felicidad con mis hijas. Ella se apareció con su esposo y sus dos hijos, grandes como la edad de las mías y nos dimos un abrazo tal que si el esposo no supiera que somos amigos, hubiera pensado otra cosa.
Ella fue quien en diez minutos me lavó el cerebro y me habló de la necesidad de olvidar los malos recuerdos que solo traen letargo y malas vibras, así que con un pensamiento opuesto a lo que estaba, es que me limpie de todo lo de atrás y retomé mi verdadero camino.
Los primero que hice fue poner en orden mis finanzas. Arreglé el convenio firmado con mi hermana y después de haber rehecho el compromiso y aumentar le daños y perjuicios que me acarreó el incumplimiento de lo acordado, hice efectivo el pago y luego recurrí a la agencia bancaria a ver mi estado de cuenta.
Estaba exacto, tal y como me había dicho mi gran amigo Christian, que fue mi albacea en los cobros y recibo de mis giros que hacia mis hijas a Lima o yo de Rep. Dominicana. No faltaba nada.
Me propuse alquilar una habitación en Pueblo Libre, pero los que me conocían me hablaban de Miraflores, donde yo antes tenia una con mirada al mar, pero ahora ellas estaban caras y no quería distraer mas dinero de lo necesario. A ver si al cabo de algunos meses me compraba mi automóvil
Logré una en San isidro, pero estaba lejos de las líneas de automóviles que me llevarían a mi centro de trabajo y era muy lejos de los paraderos, pero algo era algo, y cuando estuve a punto de firmar, me avisaron que en San Miguel, casi casi al borde de acantilado había un estudio con su habitación y baño, por menos de lo que iba a pagar.
Al momento fui a verlo y me gustó. Acordé con la dueña que en horas de la noche firmábamos en contrato de arrendamiento. Dos por uno era lo pedido y yo con el nuevo trabajo de Consultor de Medios, lo podría pagar y tenía como reserva lo que había en el banco.
Mis días de desesperación y angustias, que fueron patéticos, pasaron y puedo decir que hasta Christian me trajo a la realidad. Me abrió los ojos diciéndome que pisara tierra y que no podía dejarme estar por algo que ya no hay. No debes terminar tus días de triunfo y de grandes cosas por el amor a una mujer que ya fue. Así como en República Dominicana tenía una sicóloga, acá en Lima tengo un verdadero amigo.
Mi vida ha cambiado y ahora ya no soy ni la décima parte de lo que fui los primeros meses del año. Sentimentalmente mal y dolido por una actitud tomada por un rumor cierto que me llegó a mis oídos y que al viajar vi que lo hablado era realidad. Me querían estafar de una manera simple.

Ahora veo la vida de otra manera. Miró como lo hago antes de salir a mi reunión con EL HOMBRE  que logró mi contrato a través de un services encargados de reclutar personal para los requerimientos de una persona que se encargara de sus actividades políticas para ganar una curul al Congreso.

JUANITOP PIERDE TRABAJO POR UNA MUJER
Hoy se ha levantado tarde de la cama., serían las 7.15 de la mañana y ve por la ventana que el hombre del periódico ya está instalado con los diarios de la mañana. Hoy se siente reconfortable y piensa que el motivo es la conversación que tuve la noche anterior con su hermana menor.
Ella lo esperó como no es su costumbre, despierta a la hora que llegó -casi siempre a las 10.30 u once de la noche- es por que no quiere estar horas previas a quedarse dormido o tener que estar mirando entre las penumbras las cosas y solo sentir los rumores que hay fuera, en la sala.
Conversó sobre algunos gastos de la casa, que ya había llegado el segundo mes del nuevo año y que el recibo del agua se debía cancelar. El aporta una tercera parte de la cantidad que menciona el documento. Son como diez soles, más o menos y no quiere dejar de darle porque es consiente “el que gasta, debe pagar”.
Le explica que no es su deseo no darle en ese momento y que esperase unos días para pagar. Asimismo le dice que no tiene dinero en los bolsillo y que solo le queda 0.50 céntimos, que sabe si tomará desayuno o almorzará ese día o el siguiente.
También le estuvo manifestando que durante todo el mes de enero estuvo buscando trabajo y la única oportunidad que se le presentó se diluyó cuando llamaron a la casa preguntando por él y no le supieron dar respuesta. Solo le dijeron que lo llamen al celular, lo cual nunca lo hicieron. Era de SODIMAC-TOTUS.
Le explica que desde el primer día hábil de este mes enero, se levantó motivado para encontrar un trabajo, porque había visto que la gente abarrotaba los comercios durante las fiestas navideñas y eso significaba que había mejoras oportunidades laborales en Perú  y por ese motivo se animó a gastar sus últimos soles sacando sus documentos.
Del mismo modo le dijo que en al Policía no le quería expedir el certificado de antecedentes, porque al requerirle el Documento Nacional de Identidad, vieron que no había botado en las elecciones del año pasado, en octubre y que primero debía pagar la multa y luego le entregaban el papel policial.
Le rogó al policía y le imploró que debía tener ese documento porque era el determinante para que le acepten en cualquier trabajo. Cómo lo habría visto el policía que empezó a hablar de la honestidad de los funcionarios públicos y en especial de los hombres del cuerpo y a pesar de eso hay momentos que uno tiene debilidad y deben ayudar al prójimo, pero con una donación, se podría ver.
Juanitop entendiendo el mensaje, sacó de su porta documentos un billete le deslizó entre los papeles del escritorio. Tomándolo el gendarme le explicó que esa era la primera y última vez que ayudaba y que para la próxima debía ir a otra dependencia. Aceptaba con tal que le expidieran el Certificado de Antecedentes policiales que vence el 25 de febrero.
Su hermana le escuchaba atentamente y prosiguiendo le refiere que uno por uno los lugares donde había dejado su hoja de vida (currículos - son varias porque he tenido que adecuarlas para cada ocasión)-  y las pruebas y exámenes que le han hecho para lograr pasar a la ultima etapa. La de entrevistarse con los encargados de Recursos Humanos de cada empresa solicitante.
Le dijo que se inscribió al Ministerio de Trabajo, en la bolsa de trabajo, para que por intermedio de una entidad del estado garanticen su formación profesional y experiencia. Hizo todo lo necesario para que lo aceptasen como habilitado en el nivel de profesional. Periodista y todo lo relacionado con esa profesión.
Asimismo le explicó que por casualidad, caminado por la calle hacia el referido Ministerio, se “chocó” de frente con un edificio cuyo frontis tenía un cartel grande con las palabras: “Santo Domingo”. Se quedó absorto, porque pienso que Dios se lo puso en el camino y que le daría algo especial.
Miró a los alrededores y vio cientos de jóvenes pugnando por entrar, pero no era la hora exacta para hacerlo y preguntando le dijeron que estaban ahí por la convocatoria a puestos de trabajo, para una empresa grande llamada TOTUS-Sodimac y pidiendo el aviso periodístico se quedó.
Entramos y en la fila los de seguridad se reían al verlo y pedirle sus documentos. Le interrogaban: a qué puesto postulaba. Respondía que para Encargado de Línea de abarrotes y bazar-librería. Ellos me dejaban pasar y llegamos a un gran salón con muchas carpetas.
El relato era ameno y la hermana con su mirada indicaba que prosiguiera.
Entrando los encargados de la selección, explicaron que éramos el segundo grupo, porque venía un tercero en la tarde, para postular por los puestos de trabajo para esa empresa comercial. Y que los exámenes serían: psicológico, tests mental y cultura general. Además del racionamiento lógico.
Fueron por lo menos tres horas que estuvo metido entre jóvenes; hombres y mujeres que frisaban entre los 18 y 30 años., sintiéndose como el abuelito de todos, era el único mayor entre todos. Pero eso no le amilanaba en nada, se sentía fijo de pasar todo los exámenes.
En el primero, que fue de revisión de currícula, el encargado al ver el suyo se quedó pensativo por lo que había puesto en la hoja, pero la pasó sin otra observación. Luego tomaron el consabido dibujo de un hombre y el dibujo de una mujer, este último fue que ella debía estar debajo de la lluvia.
Terminado debíamos hacer una historia de ambos personajes y el significado de los adornos que acompañaban los dibujos. Todo lo hizo en un santiamén y pasó a la siguiente fase, mientras que chicos y chicas eran eliminados por equivocarse o no hacer bien los dibujos.
Continuando el relato a su hermana de dijo lo fácil que había resultado todo y luego de dos hora y media nos comunicaron a un grupo pequeño de 70 personas, que ahora venía la prueba de cultura general y en eso si que no podía fallar porque siempre estaba con la costumbre de leer los diarios por Internet y buscar noticias “frescas”.
Le hicieron cuatro preguntas que las respondió rápidamente y luego le hicieron pasar a un salón contiguo donde habían 30 personas, entre hombre y mujeres, todos jóvenes de menos de 25 años. Como siempre se sentía seguro de mi y que uno de los trabajos era de él.
Había llegado al final de las pruebas y el encargado manifestó que ahora solo venía la investigación de nuestro estado financiero y si teníamos problemas con algún crédito (creo que irían a ver si teníamos deudas por pagar) y como siempre me sentí mas tranquilo porque mi ausencia en el Perú me daba como seguro mi inexistencia en eso.
Además, entrarían a investigas si tenemos problemas policiales o judiciales, cosa que tampoco lo había. Tenía entre sus manos, el certificado de antecedentes policiales en y eso era prueba irrefutable y, finalmente, jamás había pisado – a excepción del “divorcio”- un juzgado.
Los despidieron ese día con la promesa de que nos llamarían para entrevistarnos, aquellos que pasaban toda la investigación, con los encargados de la Tienda. Ya serían ellos lo que tomarían a los elegidos y que el trabajo de Santo Domingo ya había terminado con la selección de los mejores.
Después, continuando la historia a la hermana le refiere que pasados una semana en plena prueba en un diario llamado El Sol, con el Director de Redacción, suena el celular y una voz aguda de una señorita me dice que es de Santo Domingo. Y piensa que era de la ciudad, capital de República Dominicana.
Preguntando que se le ofrecía, le pregunta si aún estaba interesado por el trabajo de Totus- Sodimac, lo que Juanitop responde afirmativamente. Entonces le manifiestan que debe apersonarse a la tienda de la Av. La Marina para entrevistarse con los encargados de Recursos Humanos.
Su alegría fue grande, tanto que el director de redacción se dio cuenta que era de otro trabajo y su interés por continuar la prueba se desvaneció y terminando la conversación por el celular le confirma la hora y la fecha: - Hoy a las 2 pm. Eran las 12.30 y aun no había almorzado.
Rápidamente hace los artículos que le ordenaron y poniéndole títulos de impacto entregó los escritos y acuerdan que luego conversarían con el Director General del Diario. Le llamaría para reunirse los tres y ver lo relacionado con los tratos finales. Escribe el número y su nombre en el reverso de una tarjeta y se la entrega (aún no tiene tarjeta).
Corre al paradero, no quería perder tiempo, mejor se iría a almorzar y luego a donde eran las entrevistas. Piensa : - No, mejor me voy a casa para sacar mi currícula del tipo B que he elaborado para estos fines, solo tenía la de periodista y no era compatible con el trabajo.
- Mejor no, debería irme directo a la tienda.
Cuando lo hacía y el bus estaba por la casa, recuerda que tiene que bajarse para sacar su carnét de salud, No vaya a ser que se lo pidan y por ese documento me eliminen. Llega casi corriendo y entrando al dormitorio hace memoria de dónde lo había dejado luego de recogerlo de la municipalidad de Lima.
Ah! Está en su carpeta donde tiene todos sus documentos originales que logro reunir luego de llegar de Rep Dominicana y se propuso buscar un empleo. Entre su pasaporte, Licencia de conducir y el carné de Displas que se lo hizo en la tienda de fundas plásticas, encontró el documento de salud. Lo toma y con seguridad lo guarda en el bolsillo de la camisa.
Sale raudamente, piensa que la hermanita, no la que está escuchando, se haya asustado por la forma que entró y rebuscó por el dormitorio y, también, la por la manera de salir. Cerrando la puerta fuerte e dirigirse otra vez al paradero para enrumbarme a Totus-Sodimac.
En el microbús, muchas ilusiones construía y aparecían imágenes comprando una camisa nueva, un par de zapatos. Ah! Lo que mas me falta; jabones y pasta de diente y una maquinilla de afeitar porque la que tengo la uso desde el mes de Julio. Lo recuerdo bien porque ese día que la abrí era el 28, día de la independencia en el Perú.
Soñando despierto la movilidad se acerca hasta la avenida del Parque de Las Leyendas y se apea saltando y corre las calles hasta llegar a la Av. La Marina. Desde ahí puede ver el frontis de la tienda, toda grande y majestuosa, color verde esmeralda y se dirigí a la oficina de Recursos Humanos.
Cuando entra se encuentra “cara a cara” con 12 personas, entre hombre y mujeres, casi todos de 23 o 25 años de edad. Se siente muy seguro que YA TENÍA TRABAJO. No podían ganarles una vacante ninguno de esos chicos.
Para su sorpresa, solo cuatro eran los que iban por el puesto Encargado de Línea de abarrotes y bazar-librería. Eso le daba mas alegría y mayor confianza para lograr su esperado trabajo y en una empresa de ese nivel donde hay muchos clientes.
Hicieron antesala por espacio de una hora hasta que un jovencito con rasgos orientales sale de una oficina y les dice que dentro de varios minutos el encargado del área de la  Línea de abarrotes y bazar-librería se desocuparía y comenzaría la entrevista con cada uno.
Pasan los minutos y los llaman a uno de esos ambientes modernas, donde el ambiente está dividido por tabiquería, dizque oficinas, pero que cuando se está de pie, ahí recién sabes que estamos en ese lugar.
Al turno de Juanitop, el encargado de la entrevista le formula unas preguntas de rigor y luego pasa a dos que eran las principales del interrogatorio. Sin expresar nerviosismo, ni dudas le respondo y le explico que no solo quería el empleo, sino que en mis horas libres haría algo mas para beneficio de la tienda.
Su plan era y es, elaborar un medio de comunicación impreso interno, sobre las actividades de los trabajadores de la tienda, financiado por su propio peculio. Así como ha visto en República Dominicana, en tiendas similares llamadas La Sirena, La Cadena y Jumbo.
Con un “hasta luego” y un apretón de manos se despide del hombre y le dice que en los próximos días lo iban a llamar para la segunda y final entrevista que era con el Gerente de la Tienda. Le pide que lo hagan al celular, - sería mejor porque en casa podría ser que no haya nadie y no se podrían comunica. Aceptó la sugerencia.
 Se despide, y en la explanada del estacionamiento ve a un grupo de los citados y entre ellas a una joven llorando, a un muchacho con la cara triste. No habían logrado salir bien en la entrevista.
Alegre se aleja de la gigantesca edificación que sería su centro laboral por un tiempo. Contento y vuelve a construir con su imaginación las cosas que haría, cuando cobre su primer sueldo. Si era 700 u ochocientos soles, guardaría la mitad y la otra mitad lo utilizaría para comprar sus cosas de aseo personal y detergente para lavar su ropa.
Se sentía triunfador en su país, en su Perú y que un día despotricó, diciendo que esta tierra nunca le dio la oportunidad de demostrar su valía personal, profesional y laboral. Trabajaría íntegramente desde el primer día.
Pero, los días pasaban y no había llamada,. No había mensajes de nadie. Hasta que una tarde suena el celular y contento contesta y oh! Sorpresa, eras tu, le dice a su hermana que le escuchaba. Eras tu quien me decía que el día anterior me había llamado de Santo Domingo.
Se caí sentado, sigue su relato, y solo dije qué es lo que habían dicho. “Me preguntaron por ti y les dije que no estabas y que mejor te ubiquen a tu celular”, eso fue todo. Nunca mas hubo llamadas, jamás se dignaron de volverle a buscar. Nada de nada en los días siguientes.
Ahora, finaliza su relato, ha dado un “manotazo de ahogado”, ha enviado una carta al Jefe de Recurso Humanos, (es una mujer, Priscila no se qué) para que vea quien es Juan Carlos (a) Juanitop Le he enviado mi currícula de Periodista, con mis fotocopias de sus ingresos y salidas de El Caribe y demás documentos de la universidad.
Ya han pasado varios días y no tiene noticias de ese monstruo comercial que pudo ser su centro laboral. Fue por… (echar la culpa a alguien no vale la pena. Lo que pasa es que su vida es así. No quiere que Juan Carlos (a) Juanitop tenga un trabajo. No, no, no.
Tranquilo esta en su cuarto y como al inicio de este escrito dice que se está levantando y por lo bien que he dormido luego de la conversación con su hermana. Me doy cuenta recién que mi ropa me queda muy floja, la camisa y el pantalón. Limpia del polvo su zapatos que un día fueron mamey y ahora negro a la fuerza.
No se cuanto ha gastado en pasaje, ni cuanto caminado, creo que la misma distancia que hay de acá a la luna, ida y vuelta.

HABITACIÓN EN MALECÓN
Se he levantado con el cuerpo molido, porque ayer ha tenido un día de plena actividad. Ha recorridos calles, ha tenido reuniones con el comando de campaña y además las horas en la redacción del diario. No sabe si el cuerpo le responderá con ese mismo ritmo estas tres semanas que quedan de acá a las elecciones.
El sonido de la hora en punto de su celular, le hace reflexionar y se alza de la cama y enciende la computadora que está en su mueble de vidrio (ya no hay mesita como en la casa de la señora Bettania o como el mueble de madera que dejo en casa ajena). La computadora es de última generación y ya no tiene UPS externo.
Dirige su mirada a la ventana y ve que las calles aún están despobladas, solo algunas personas se apuran, casi corriendo al paradero del Metropolitano que en la larga avenida del Paseo de la República tiene esta novedosa empresa de transporte. Bosteza tratando de ordenar sus ideas.
Pero no logra hacerlo completamente, porque se le vienen a la mente una serie de cosas que tiene que hacer. Asistir a la empresa del candidato, reunirse con el encargado de movilización y de acciones externas. Ah! y las señoras que tendrán la misión de hacer el trabajo de “puerta por puerta”. Conversar con el hombre de los diseños de los Spot televisivos.
Wuauuuuu!! Cree que será otro día de movilización, el cual terminará en un restaurante de la Costa Verde.
Se ha mudado a un lugar mas tranquilo, en casa de sus padres no podría haber hecho este trabajo que lo logró gracias a un colega de “su promoción”, no porque haya estudiado conmigo, sino que es de mi edad y siempre nos reuníamos en un barcito de la zona de las graficas y nos hicimos grandes amigos.
El le aconsejó que si había logrado en estos últimos años, un relativo éxito fuera del país, entonces debería aprovecharlo y hacerte una nueva imagen profesional, “todo el que viene del extranjero, trae nuevas cosas” y lo primero era de tener un nuevo título o sea ser otra cosa y se nos ocurrió volverme a ser un CONSULTOR DE MEDIOS.
Con tan rimbombante presentación comencé a presentar mi currícula en varios lugares hasta que en uno me llamaron y me dijeron que necesitaban una persona que conozca las técnicas de manejos de los medios masivos de comunicación, como la prensa y la radio. Esporádicamente podría tocar la TV, pero en ese campo tenían un experto en imagen.
Pensaba que era para ocupar un cargo en alguna empresa, pero no, era para ser parte de la campaña de un candidato al Congreso por el partido que ahora mismo está en la cabeza de las encuestas. Ellos me preguntaron si les podría elaborar un plan de trabajo para estos pocos días que faltan para las elecciones. Yo les dije que para mañana mismo estaba listo.
Apenas se alejó, se enfrascó en el plan de difusión y propaganda, uno con tres puntos específicos y que deberían atacar frontalmente a los demás adversarios. Las comunicaciones impresas, las radiales y las personales. Después, deberían ver los trabajos de las encuestadoras para observar, cómo abordar los segmentos mas débiles. Y finalmente, tener un contacto directo con el pueblo.
La forma que lo planteó, fue de gusto del doctor, quien va por una curul del congreso y cuando dijo que llevaba un número doble, Juanitop le refirió, que no se preocupara porque la repetición y otro aditamento, será lo que el elector tendrá en la mente cuando vaya a emitir su voto el día de las elecciones, del siguiente mes.
Ya todo esta, acá en su “cerebrito”, lo que hará en los últimos días previos al proceso electoral, sacará de su cofre, su tesis que disertó en la universidad para obtener su titulo profesional. La Comunicación de Masa en la propaganda , jajajajaja no le fallará.
Por segunda vez, el sonido de la alarma le hace volver a la realidad y entra a la ducha a darse un remojón y completar de despertarse. Abre su ropero y encuentra el terno que acaba de mandar confeccionar, es de color gris, no es impactante, pero es serio y clásico. Ve qué corbata combina y por ultimo saca de la cómoda una camisa blanca y un pañuelo del mismo color y rayas guindas.
Luego de afeitarse, se viste y apaga la computadora, que estaba conectada con los canales locales para enterarse de las noticias y de los cómputos que DATUM o de qué hacen los “compañeros” todo el días. Ya la gente no les cree porque siempre están buscando resultados “jalados de los pelos” para sus correligionarios.
Con el control remoto, apaga y antes de salir, vuelve a sonar el celular y una voz femenina le recuerda, que el doctor lo espera a las 9.30 am en la empresa. Mira el reloj y ve que faltan 45 minutos. Aún hay tiempo y baja del segundo piso.
Antes de salir, en la mesa veo un vaso de naranjada y dos tostadas (la señora de la casa me recuerda a la señora Bettania de RD, son casi la misma cosa) lo toma y come rápidamente, porque sabe que en las afuera le espera el amigo de su sobrino que hace de chofer de la empresa del candidato, quien lo ha mandado que lo lleve. Lo llamo y le dice que antes tiene que llevarlo a la redacción del periódico, para ver el cuadro de comisiones.
Acepta porque solo se desviará unas cuadras y llegará a la hora señalada.
Una vez en la redacción  ve lo que le han comisionado y lo apunta en un papel con el logo del diario. Prende la computadora y lee unos mensajes internos de un amigo de Rep. Dominicana. El popular “Nicanor” le está requiriendo que vuelva, porque hay trabajo en el periódico donde trabaja. Ve asimismo otros mensajes que no tienen mucha importancia y cierra sin responder a ninguno.
Sale y sube al auto. Este recorre las calles donde albergan una serie de fábricas y depósitos que fungen de almacén de artículos eléctricos, las conocidas como línea blanca. Otros cuantos locales son empresas de ropa y agencias de aduanas. Llega a una de ellas y se apeo. El vigilante al verlo,, presto abre la puerta y le lanza un saludo: Buenos días, señor! Le respondo con un ademán y entrs-
Luego de reunirse con el candidato se despide y acuerdan volverse a reunir en la noche, en un restaurant de Miraflores. No se compromete, porque quisiera ir al club a relajarse un rato, jugando a las cartas con unos señores que conoció apenas llegó del extranjero.
Se dirige al Comité de campaña para supervisar los trabajos de campo de los encargados de dicho lugar. Hoy harán trabajo especial en la zona oeste del distrito y ha recomendado que antes que salgan, hablen con él, un par de minutos. El Jefe acepta la solicitud.
Después llamoa por teléfono, al diseñador gráfico para ver qué había avanzado sobre los volantes que se deberían imprimir ahora mismo, apenas apruebe el arte. El sabe que ese papelito será distribuido en el segmento C, y que debería ser de lo mas sencillo y “digerible” para esa gente.
Le pide que llame al encargado de hacer el Spot para la televisión y que le adelante algo del trabajo porque necesita tenerlo, lo más pronto posible, porque ya se tiene financiado su espacio en el canal comercial, donde un colega de promoción le ha separado las horas estelares para trasmitirlo. O sea que trabajo y trabajo, que no hay que descuidar nada.
Sobre el remate final que tiene preparado, es la utilización de el mensaje, forma y el color en la publicidad, utilizada con la tecnología actual y la forma que tiene en mente. Esto hará que los electores (eso lo espera) sepan cómo cumplir con su deber cívico a favor de mi candidato.
Le pide al chofer que lo lleve al Club Lawn Tennis de Miraflores para darse una sesión de sauna relajante y combatir el calor que lo abruma. Pero no, suena otra vez el celular y es el jefe de redacción del diario que desea conversar ahora mismo, “al toque” como decimos en el Perú.
Llega y una vez en su oficina, el jefe le explica “la línea” que debe usar desde el lunes, hasta que concluya las elecciones y le dice que no se preocupe, porque sabe lo que esta haciendo para eso. No es un periodista que se aprovecha de la situación. El jefe en señal de conformidad le acerca un cigarrillo, que lo rechaza, porque no es de la marca que fuma, ni menos, de su sabor.
Aprovecha de estar en le diario para hacer un par de carillas de su artículo. No hay tiempo que perder. Recuerda que se ha comunicado con República Dominicana para que le envíen sus CDs en donde tiene algunos planes, que servirían de remate de su estrategia a utilizar la semana antes de la “Primera Vuelta”, donde se eligen a los Congresistas.
Espera que le puedan decir el costo del envió para gira lo mas pronto posible el dinero por Vimenca y así tener tiempo necesario y ponerlo en marcha para la semana anterior al día central. Sale de la redacción y siente una extraña sensación, al llegar al área de estacionamiento, ubicado en el segundo sótano del edificio.  No será preámbulo  de una traición.
No quiere pensar nada malo. A la persona que le he dicho que le envié sus CDs ,que por olvido dejó en el país caribeño, nunca la traicionó y menos le hizo nada malo. Simplemente dejó de estar ahí y punto. Pero le han dicho que le está yendo mejor y que no hay nada de preocupación. Le auguró la mayor felicidad del mundo, pero que no le defraude.
Pasaron los días y nada de los CDs, no será que no tiene tiempo para siquiera mandarle un simple mensaje por email, manifestándole que el valor del envío es tanto y al instante le giraba el monto y nada mas. Creo que no quiere ayudarle, como siempre ha sido. NUNCA FUI ALGO PARA ELLA. Solo fui un hombre que lo da todo, porque es un estúpido.
No importa, lo que se aprende, nunca se olvida y eso fue lo que hizo, recurrió a sus antiguos apuntes y rebuscando por todos lados y hasta que encontró lo que buscaba. Rehizo su trabajo y logró estructurar el Proyecto de Concientización de Masas, elaborado para una materia en la Universidad y ahora lo pondría en práctica con su cliente. No le fallará.
Ahora ha pasado dos días de las elecciones, es martes y veo con alegría y beneplácito que el cliente ha logrado una curul para el nuevo congreso, periodo 2011 – 20016. Cinco años en el Congreso Nacional de la República y Juanitop se siente orgulloso de haber contribuido con su modesto trabajo, para lograr una buena cantidad de votos.
A modo de finalizar esta parte del relato, Juanitop quiere agradecer a aquellas personas que le ayudaron a cumplir con lo planificado, a los que le dieron la mano con materiales y artículos para la confección de banderolas, vinchas y gorros, para su cliente. A los empresarios que le brindaron su apoyo económico y lo que es mas importante, la prontitud en los servicios requeridos. A todos ellos agradece infinitamente.


LA PROFE DE SAN ISIDRO



Estaba realizando un intercambio de informaciones por el internet con un colega de México, sobre la situación de inseguridad que estaba atravesando la ciudad de …., cuando de pronto sonó un click de alerta. Había recibido un mensaje en una página social, de aquellas que hay en el “mundo cibernético” y voy a ver de quien se trataba.
Al adentrarme a mi perfil de dicha página, veo que hay una dama quien desea mi amistad y me indica sus referencias, porque hay poco de ella en su perfil. Me siento interesado porque hace mucho que no tengo con quien departir un delicioso helado o sentarme a conversar sobre la vida diaria y posibles proyectos futuros.
Entonces ocurre que hay una cierta afinidad en los caracteres y nos “abrimos” mas cada vez, hasta acordar una cita en un lugar público para conocernos personalmente, ya que lo habíamos hecho de un modo imaginario. Ambos estuvimos de acuerdo y elegimos una intersección de Bellavista, Callao, donde casualmente hay una sede de la Región donde se monitorean las cámaras del distrito.
A cita quedó acordada para el lunes siguiente y sería luego de las horas de oficina, para no perjudicar a ninguno en el trabajo. Sería a las 4 pm y el lugar exacto, frente de una gran iglesia de pared blanca que hay ahí. Casi junto a unas reliquias de armas de guerra que el municipio en coordinación con las Fuerzas Armadas han colocado como atracción turística.
Los días pasaron y llegó el lunes. No ocurrió nada importante, sino que hubo una llamada al celular para recordar y asegurar la asistencia de ambos. No hubo pretextos, ni desacuerdos, todo seguía como lo habíamos acordado. Ella en su centro de trabajo, una institución Educativa, antiguamente llamada Gran Unidad Escolar y yo, en la oficina donde realizo trabajo periodístico.
A eso de las 2 pm. mi jefe me llama para hacer un informe de un congresista que insiste en la inocencia de la Primera Dama, Nadine Heredia, con las agendas donde se apuntan todos los fondos que movió durante la campaña de su esposo para las elecciones anteriores y las ultimas que salió elegido.
Las pruebas lo acudan de tenencia de dinero proveniente de Venezuela y los destinos que tuvo durante el tiempo que duró la campaña política. Hay muchos movimientos bancarios y otros nada santos, que se mencionan en muchos apuntes y que señalan que sería la letra de la señora Humala quien disponía de todos los fondos que hasta ahora no ha querido decir desde donde lo obtuvo.
En fin, este asunto queda de lado, porque ya llegaba la hora de mi encuentro con la amiga del internet. Solo faltaba 120 minutos, Me ensimismé en el trabajo y al cabo de media hora tenía la nota y con copia en mi carpeta, se la entregué a mi superior. El haciendo un gesto de aprobación me dijo que bastaba por hoy y que de una vez, que escoja la fotografía, me podía retira hasta el día siguiente.
Salgo a la calle y mira hacia mi derecha donde se divisa el gran hospital del seguro social del Perú. Recuerdo mis dos estadías productos de sendas operaciones gástricas, una de la apéndice y la siguiente un poquito mas peligrosa, a la vesícula biliar.  Habrá una tercera, me pregunté entre pensamientos oscuros.
Y cuando de repente un colega, quien tiene el mismo horario, me llama desde su automóvil, un mini Morris, color azul oscuro para que suba y me lleve hasta Pueblo Libre, en dónde él vive. Yo acepto porque es mi camino a la Venezuela y Faucett, lugar donde me encontraría con la dama que trabaja en San isidro.
El reloj ya marca las 3 pm y antes de dejarme mi colega, me invita a almorzar. No deseo que se apure y le convengo que cada quien paga su alimento y lo que él buscaba es no estar solo comiendo. Nos fuimos a un restaurante del Centro Comercial en Plaza San Miguel. Coincidentemente entramos al que en una vez trabajé, pero con otro nombre, El Nautilus.
Ahí entre pedidos, miré las paredes y las ventanas. No había nada que se asemejase al Nautilus, estaba totalmente renovado y hasta los mozos y personal de atención estaban con diferentes vestimentas. Ya no con su conocido pantalón negro y camisa blanca. Ahora todos con mandiles guindas que le dan mas prestancia y modernidad.
Pedimos algo ligero y conversamos sobre el trabajo y algunas cosas de lo ocurrido en la mañana. Estábamos de acuerdo sobre el asunto de las estrategias que se usarían en la campaña electoral del próximo año. Sería “una guerra a sangre”, porque se sacaran algunas cosas de la juventud y de los tratos y contratos que han hecho en el pasado.
Todo transcurrió de lo mas normal, pero estaba intranquilo porque la hora acordada ya estaba encima y no había rastros que mi colega se despidiera. Hasta que faltando diez minutos, me levanté de la mesa y dejando tres billetes, le dije que me retiraba porque tenía una cita importante con una mujer.
El solo me hizo la venia de despedida y se quedó tomando su bajativo. No hubo represalia ni quejas de ambos. Solo silencio. Salgo del establecimiento y me dirijo hacia la gran avenida y veo que un taxi deja a un pasajero y le hago seña para que se acerque. Le doy la dirección del lugar y al acordar el precio, subo y llego a la hora exacta.
Cruzando la pista, veo sentada a una mujer que como llamada telepáticamente levanta la cabeza y dirige la mirada hacia donde estoy. Me mira y sonríe, es ella la dama del internet. Ya estaba ahí esperándome. Había llegado tarde o simplemente coincidimos al hacerlo. No lo sé.
Llegue a su lado y la saludo con un beso en la mejilla, ella me lo devuelve y ve que soy una persona normal y sencilla. Le ofrezco sentarnos un rato para intercambiar conversación y vemos que hay eso que muchos llaman, “química”. Nos reimos de las ocurrencias que decimos. La simpatía sigue su camino y cuando de repente sucede algo.
Ocurrió en un instante, sin que nadie lo diga. Nos miramos y nos tocamos las manos. Sentimos como una descarga que nos invadió internamente. Ese choque que millones de veces deseamos que nos pase, pero que es muy imposible que lo sea. Ese instante retransmitimos nuestros pensamientos y sentimientos. Llegamos a conocernos demasiado, hasta el extremo de desearnos y eso fue lo que ocurrió.
Diría que fue cosa de locos, pero en realidad eso fue, pero como soy un caballero y muy respetuoso con las damas, no quise manifestarle el deseo, pero ella al observar que una timidez nacida en el momento, se mostró mas segura y dijo: - si deseas nos podemos ir a un lugar íntimo.
Ese fue el comienzo de una parte de su vida…

Creo que fuiste tú…




Ayer creo que soñé contigo, digo que creo, porque no vi tu rostro definido, pero mi pensamiento y mi mente me lo decía. Estábamos en una calle concurrida, donde la gente, caminaba sin preocuparse por las demás.
No hubo ruido, todo calmado, como si fuera una película antigua, ''cine mudo'' donde las pantomimas y los gestos son mas importante que las palabras. No quise esforzarme en hablar y decir tu nombre. ''Lo sabia?"
Cuando de repente, se oye un estruendo y el cielo se oscurece, una a una las gotas de lluvia empieza a caer, primero en los cristales de los lentes. Me haces señas de que va a empezar un chubasco, me tomas de la mano y me llevas hacia una tienda.
Acá estaremos guarecidos, escucho decir. Era un local donde expenden dulces, golosinas y frutas. Me dijiste pidamos algo y acepte. Nos sentamos cerca de la ventana, pero nos pareció mejor buscar otro lugar y subimos al segundo piso.
Pediste una ensalada de frutas y yo un Banana Slip. Otro día pido eso, fue tu sentencia final, cuando vimos que la gente empieza a volver por las calles, alguna con paraguas y otras con bolsa plástico en la cabeza. Los hombres mas valientes, sin nada.
De nuevo me agarras la mano y me diriges a la puerta, pero dudas en salir, te halo y una vez en la calle, sentí el agua como caía en mi rostro y una sensación de alegría inundo mi ser. Me sentía libre, contento y algo natural me refrescaba.
Caminamos apurados hasta que vimos un árbol frondoso, nos guarecimos debajo de el y estuvimos mirando a la gente correr. Hasta que el cielo empezó a despejar para dar paso a un débil sol, es que estamos en junio y la témpora de otoño esta en media estación.
Saco de mi bolso, mi IPhone de última generación y luego de prepararla hago un selfie para la posteridad. Y cuando reviso los archivos, no la encuentro. Solo hay una imagen borrosa con el titulo de ''reciente'-. No se ve mas que deformidad de dos cuerpos juntos y... nada mas.
Pero lo más increíble, fue que cuando reaccione y quise explicarte...ya no estabas, esa la mujer de bellos labios y mirada cautivadora, que me había acompañado y cuidado los últimos momentos, desapareció... jajajaja - me reí como calmando mi preocupación: Otra vez me sucede esto. “Se fue sin saber quien es...”
He despertado y quiero volver a soñar, pero mi mente no lo desea hacer...tendrá sus motivos, me pregunto, tal vez si, pero no quiero dejar de tentar otra vez...quiero descubrirte y decirte un secreto, que solo lo se y a nadie mas he contado.
Juanitop
6/4/2016


 AVENTURA SOBRE DOS RUEDAS



La emoción hace que la adrenalina suba de un momento otro por todo el cuerpo y nuestro corazón empiece a bombear la sangre mas acelerado y los ojos se abran mas. Eso fue lo que me pasó ayer casi toda la mañana cuando me apee a un vehículo automotor de dos ruedas y surcamos las calles de Lima de norte a sur.
Lo digo, surcamos, porque fue mi hermano quien me dijo que lo acompañe a hacer su recorrido habitual de inspecciones por diferentes unidades de donde trabaja para llevar las últimas instrucciones de las actividades programadas para este domingo, dia de las elecciones generales para elegir al futuro presidente, periodo 2016-2020.
El viento chocaba mi cara y cada vez nos adentrábamos a las pistas llenas de autos y camiones. Me sentía volar sobre el asfalto pero mi mente me transportaba a los años 70 cuando era un joven que entraba a la adolescencia a pasos agigantados y estaba montado en una moto Susuki 90cc., propiedad de mi mejor amigo del barrio.
Si ese medio de transporte diría, pues contaría las peripecias que hacía hábilmente durante mis viajes por las avenidas – aún limpias y sin tráfico – de la gran metrópolis con potencial de convertirse en una de las principales de esta parte del continente. Uno podía caminar tranquilamente porque los choferes conducían bien y no había muchos accidentes.
Recuerdo como si fuera ayer, que en una oportunidad montado en mi moto, una Honda 125cc, color roja, fiel testigo de mi segunda etapa de motociclista, nos íbamos fuera de Lima conjuntamente con mas compañeros de aventuras, muchos de ellos desconocidos que como yo deseaban aventurarse a nuevos destinos y éramos un grupo compacto que nos ayudábamos, ante cualquier eventualidad.
Me viene a la mente la vez que estábamos camino al balneario de Santa Rosa, al norte de la capital y en caravana cerca de una veintena de motos ocupábamos la carretera y no dejábamos pasar a los demás vehículos. No íbamos a mas de 90 km/h, porque entre todos había códigos que debíamos respetar.
Deseábamos estar presente en la competencia de motocicletas de alta cilindrada que se llevaría a cabo en el provisional autódromo del referido balneario, ex profesamente levantado para tal ocasión y todos los de casco, no debíamos dejar pasar de verlo. Ah! Y uno de nuestro conocidos, “Pocholo” Bulos, participaba con una Kawasaki  450cc, motón (aumentativo de moto) preparada para la ocasión.
Y sucedió lo que menos pensaba, luego de la competencia y del segundo lugar de nuestro “Pocholo” y cuando retornábamos a la capital, mi motocicleta – mi compañera de aventuras –  se quedó en medio camino, a la entrada o mejor dicho a la salida de Santa Rosa, faltaba unos doscientos metros de la autopista. No daba, ni para adelante, ni para atrás.
Y como dije líneas arriba, muchos se detuvieron y trataron de “reanimarla” pero ella no daba visos de quererlo hacer, y uno mayor con su casaca de cuero negra y gafas oscuras, al que todos respetaban, dijo: Este “fierro” se va a mi taller. Nadie hablaba porque su palabra era ley entre los motoristas y yo solo obedecí porque sabía que allí donde lo llevaban, sería arreglada.
Me subí a la primera moto que vi y no conocía al conductor y empezamos el retorno a Lima. No era igual que la llegada, sino que aun mas animada y como copiloto miraba a la mancha de vehículos menores que nos acompañaban. Y por primera vez sentí la emoción de “volar” sobre una de ellas como copiloto. Miraba sobre el hombro de mi conductor el velocímetro y esté marcaba sobre los 110 km/h. Yo nunca lo había hecho.
Ufff, que buenos recuerdos y volviendo a la realidad, empecé a ver a los vehículos que estaban a mi alrededor y me entró un escalofrío que sopese con el miedo o los nervios, pero no sentí esa emoción que tuve en tiempos idos, pero estaba ahí sentado en la parte posterior de la moto y cada vez me sentía mas ofuscado por el tránsito que se “cargaba a medida que entrabamos a Jesús María y luego a Lince.
Llegamos, sorteando los vehículos y metiéndonos por entre ellos hasta llegar a las intersecciones donde estaban los semáforos y me enervaba porque estos duraban mucho o simplemente eran los policías de transito quienes dirigían el pase y detenciones de los automovilistas. Me pregunto, si ellos están, porque aún siguen los semáforos funcionando, es que no hay nadie para ahorrar energía.
Creo que este caos que observé durante mas de tres horas se debe a los deficientes políticos que tenemos en el congreso ya que estos son los encargados de regular las importaciones y reemplazo del parque automotor en el país y si hay mas vehículos que espacio para transitar entonces las regulaciones son inequívocas.
Por otro lado observé que cada vez que el semáforo o el policía dirige, los pases y cambios se demoran demasiado y por consiguiente el gasto de combustible es mayor. Y, aunque no lo crean o se han olvidado esto permite que el aire, la atmosfera de enturbie con el monóxido de carbono que salen de los motores (eso era en mis tiempo, pero ahora los gases son mas sutiles, pero con el mismo peligro para la salud).
No sería que alguien está en contubernio con los dizque productores del vital elemento automotriz, para que a mas congestión vehicular, mas ganancia. Y qué tal raza. Este gasto se mide por millones de litros, galones o tanque lleno. Así es mi apreciación luego de mi letanía subido a una motocicleta de marca asiática, que tiene arranque de botón y muchos aditamentos que no se para que michi están.
Y si de subirme a una moto de nuevo… no lo vuelvo a hacer, ni así me paguen lo que se llevó Alberto Fujimori, me pongan una cuenta en el Gran Caimán o me den un besito de soledad. Así que hermanito, búscate otro copiloto o haz como el “viejo”, que tenía un cartelito en el suyo que rezaba: - Dios es mi copiloto.
Dicen que los tiempos de antes fueron los mejores, pues lo ratifico, fueron y serán los mejores. A ver quien me contradice… si hasta el azúcar fue mejor, porque antes echaba dos cucharita para endulzar mi café con leche y ahora tengo que ponerle hasta cinco para encontrar un sabor que no es igual.
Un saludo. jejejejejejej

No hay comentarios: