Son las 12m y el cielo está despejado, no hay nubes que lo cubran y el astro rey está majestuoso en lo alto. Suena el celular llamando a Juanitop, quien salta de su silla y deja todo lo que está haciendo, no le importa que el diseño se borre. olvida de presionar control S. Se cae un file del cliente mas importante de la Asesoría, vuelan los papeles por los suelos y solo queda una folder vacío como señal de haber contenido una ruma de documentos.
Se apresura para no dejar escapar la llamada que lo sobresaltado.
Sigue apurándose en pos del llamado, sin embargo todo le parece aglutinarse, los papeles, el diseño y para remate, suena el teléfono inhalambrico. No sabe si contestar o dejar que suene. Coge el auricular y dice murmurando "prime media, buenos días", es su jefe quien le está dando instrucciones porque vienen unos posibles clientes para tratar de concretar un trabajo. Juanitop a regañadientes le responde que va a tratar de regresar rápido. Pero siente que miente, porque tiene hora de salida, pero... no de regreso.
Así con el sabor de una respuesta dudosa, se arregla el cinturón del pantalón y deja todo para salir. Una auto le espera en las afuera. Es un Mitsubushi rojo, color de la sangre, modelo Nativa. No quiere mirar directamente a la persona que lo maneja, porque lo llevará a recibir una llamada especial de Italia. Es su hija quien celebra en esos momentos su cumpleaños en el país de los spaggetis. Se apea en el vehículo y solo saluda maquinalmente, sin mirar al conductor.
Llega a la casa donde estaría la llamada y ya está cerrada, le conductor le dice: "¿qué raro?, acá siempre brindan el servicio, pero quizás por las tardes".
- Mejor vamos a otro lugar a ver si te sientes contento con la llamada de Yessy.
Ya hace muchos años, casi 24, nació ella, cuando las bombardas de la Procesión del Señor de los Milagros hacían su recorrido por las calles de Lima, seguido por miles de fieles católicos vestidos de sus habitos morados.
Esa tarde de su nacimiento recuerda que jugaba su equipo preferido de fútbol, Alianza Lima con su eterno rival Universitario de deportes. Pero él no estaba en el deporte, sino en el nacimiento de su vástago. Es una niña, es la segunda, porque antes fue Lorenita y ahora ella. Ignora que su vida estaría en un país lejano al Perú.
Las horas pasan y se sienta contento y mira a su alrededor, aquellas personas que están en otras mesas. Rien, vociferan, dan la sensación de felicidad.Juanitop hace caso omiso a la palabras, no está en el lugar.
Pide lo que va a almorzar, un empraredado con papas fritas y un vaso de resfresco y para su acompañante un seven7, es que tiene que almorzar con sus hijos y no se alimenta a deshoras.
Recién se da cuenta que no tiene hambre, porque su desayuno fue compacto. Dos sandwichs mixtos, con huevo sanchochado, un raja de palta y tomate, acompañado de una gran taza de avena con leche. Eso es para "matar" el hambre todo el día.
Se imagina que en esos momentos, la 1 de la tarde (en Milan serían las 7 de la noche) los amigos estarían brindando con una copa de champagne los años de vida de Yessita. Y él con un ademán similar levanta su vaso de refresco y apenas moviendo los labios, manifiesta: "Salud por tu cumpleaños, hijita".
Pasan los minutos y llega la hora para irse. Sale del establecimiento de comida rápida, no sabe si hablar o simplemente seguir adelante, hace lo segundo y sube a la Mitsubishi. El conductor arranca el motor y pone en funcionamiento la mole de fierro. Enrumban por la avenida principal con miles de preguntas en su cabeza. Dos de ellas son ¿porqué no estoy en mi casa de Perú? o ¿Cuándo veré a mis hijas?.
Llega a las afuera de la oficina y con un sencillo choque de puños, se despide de su acompañante y le desea cuidado en su próximo viaje. Sabe que las calles de Santo Domingo son muy transitadas y en cualquier momento un desaprensivo motorista o chofer de concho se podría atravesar delante de él. Entra a y deposita su humanidad en un mullido sillón que lo soporta todo.
Y, mirando el reloj cree ver las dos de la tarde. ¿Qué rápido pasó el tiempo?
Y... no ha ocurrido nada importante ese día.
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