Los padres son el primer
modelo para la personalidad del niño, que aprenderá por imitación de
éstos sus primeras conductas.
Por ello los padres han de ser los
primeros en evaluar y aceptar a su hijo tal y como es, sin dejarse influir por
sus miedos y deseos, para empezar a fomentar la autoestima de sus hijos.
Estas son las formas en que podemos
conseguirlo:
·
Reconociendo
sus cualidades y ayudándoles a darse cuenta de ellas.
·
Comprendiendo
sus conductas en la situación en la que se den.
·
Ayudándole a
cambiar las conductas que sean negativas para él.
·
Aceptándole
y permitiéndole que desarrolle y exprese su personalidad.
·
Reforzándole cada
vez que consiga un logro o se esfuerce por ello.
·
Teniendo
cuidado de no intentar moldear al niño según lo que nos gustaría que fuera.
Es esencial para la formación de la autoestima
del niño que éste se sienta escuchado. Para ello hay que
demostrarle nuestro interés y que lo que cuenta es importante para nosotros.
Cuando nuestro hijo esté contándonos algo debemos prestarle toda nuestra
atención, minimizar las distracciones y hacerle preguntas o comentarios que
demuestren nuestro interés. Si el niño no habla por
sí solo, debemos crear ocasiones para ello e invitarle a hacerlo.
No es suficiente con escuchar sin
más. Hay que intentar comprender qué quiere decirnos el niño, ponernos en su
situación e intentar entender sus sentimientos. No le des la solución a sus
problemas si él no te lo pide. Escúchale, compréndele y guíale para que
encuentre la solución por sí mismo.
Si el niño manifiesta sentimientos
negativos (miedo, culpa, inseguridad…) puedes ayudarle a afrontarlos de las
siguientes maneras:
·
Hazle sentir que está en un ambiente seguro en el que es aceptado
y comprendido. Una vez que lo sienta, será más fácil que exprese esos
sentimientos negativos.
·
Ayúdale a encontrar maneras de expresarse mediante ejemplos, usando su imaginación…
·
Apóyale en los momentos de fracaso. Intenta hacerle ver que,
aunque cometa errores,
siempre será una persona importante y valiosa para ti y que esos errores le
servirán de aprendizaje de cara al futuro.
Por último, ten en cuenta que, al
ser el espejo en el que tu hijo mira para aprender y desarrollarse, la mejor
manera de ayudarle a formarse es ser un modelo de persona con autoestima sana y equilibrada.
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