El día de hoy he recibido un
artículo de mi colega dominicano, A.Tejada ,
quien toca un tema que se podría adherir a la vivencia en Perú, puesto que hay
mucha similitud a lo que un periodista peruano podría haber escrito. O sea que
en todas partes se “cuecen habas”. A continuación dicho escrito:
El diccionario define el
descreimiento como “incredulidad, falta o abandono de fe o de confianza”, y en
nuestro país se ha convertido en un arma de acción política que está
imposibilitando la creación de la necesaria institucionalidad que requiere el
país para la paz y el desarrollo.
Aquí no creemos en los
políticos, en la Justicia, en la Policía, en los militares, en el compañero de
trabajo, y ya, ni en el compadre de sacramento, como era antes.
Es cierto que muchos de los
mencionados, personas o instituciones, han dado motivos más que suficientes
para no creer en ellos, pero lo que preocupa no es eso, sino que la actitud no
es aplicar un programa de mejora para rescatar la institución o la persona,
sino todo lo contrario: el esfuerzo se dedica a acrecentar lo malo, a rodear de
impunidad a los culpables, a dejar que el tiempo se encargue de borrar el dolor
provocado y que las cosas “prosigan su agitado curso”.
...
A. Tejada
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