Cuando llegué a este bello país, donde el mar es transparente, la arena blanca y el cielo azul, mi vida se transformó y comencé una nueva etapa en mi vida. Sin embargo a medida que pasan los días empiezo a entender que todo lo que brilla es oro, porque cada mañana me encuentro con noticias que me hacen crispar los nervios porque son acciones que no se ven en ninguna parte.
Por ejemplo, cuando viajaba en un auto público por la Núñez de Cáceres, esquina Sarasota, mi temor fue tal que me ubiqué en una ciudad de Beirut o de la faja de Gaza, porque un hombre con el tordo descubierto, enpolvado y descalzo pedía a todo automovilista que por ahí transitaba.
Pero, su forma de pedir era digno de un TERRORISTA, estaba armado de una roca del tamaño de una pelota de Rugby, así de grande y a todo el que pasaba por ahí era amenazado para que le den algunas monedas. O sea, que este pedigueño utilizaba el terror para lograr algo. Eso es TERRORISMO, usar el terror para sus fines.
Cuando llegué al trabajo, comenté lo que he contado y muchos me dijeron que lo conocía, porque no solo pedía en la Núñez de Cáceres, sino que en la Lincoln, la Tiradentes, la Ortega y Gasett. y hasta en la zona oriental. Me pregunto, no hay autoridad municipal para impedir que este individuo no siga con su actitud de asustar a los y las automovilistas de Santo Domingo.
1 comentario:
Amigo ...en Lima tamb pasa esto ..y es una pena.
en plena panamericana norte a la altura de senati habia una mujer que se hacia pasar por loca ...llegaba en las mañanas se desnudaba en la calle y comenzaba a pedir plata a todo los autos que se detenian por el semáforo..si no le daban siempre tenia un ladrillo o una piedra en la mano para tirarlo a quien le negaba dinero..hasta que la gente comenzó a quejarse,y tuvieron que intervenir los noticieros y obio hacer noticia ...recien las autoridades actuaron ..y esto que la comisaria estaba a una cuadra escasamente....cosas de la indolencia policial
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