jueves, 20 de octubre de 2011

UNA ACUSACIÓN FALSA II Parte




Y como prediciendo lo que iba a suceder, llegó la hora penúltima y ya no tenía que dar clases porque terminó por ese día. Complaciente de haber arreglado el asunto del bolón con la alumna y sería la directora quien debería de castigarlas, pero no hubo tal castigo. No quería perder su trabajo, porque ya había terminado su contrato con el dictado en la universidad..
Al llegar a la gran avenida, que queda a dos cuadras del colegio, una profesora le increpa la acción que le hizo a “su” alumna. Cosa que le indignó, no por lo escuchado, sino por el chisme que viajó más rápido de lo pensado. Ya todo el colegio debería saber lo que le ha pasado al profesor de Lengua Española.
Al día siguiente habló con la directora de lo acontecido y ella llamando a las dos alumnas les amenazó que si no callaban las bocas de los alumnos y desmentían lo que hablaban, debería aguantar la serie de demandas que el colegio, la Universidad y el profesor afectado, harían a sus padres.
Salieron y de salón en salón hablaron y dijeron que había habido un malentendido y que el profesor no había hecho nada y que ya terminen de hablar cosas que no son ciertas. A pesar de haber rogado y suplicado, muchos no creyeron y hablaron mas, pensando que habían sido presionados por las autoridades del Centro Educativo para que se calle lo sucedido.
Poco a poco se fueron apagando las habladurías del tema del bolón, pero ya la honorabilidad del profesor estaba tirada por los suelo y era víctima de miradas indiscretas cuando llevaba a algún alumno a la dirección. Hasta que llegó casi a fin de año educativo, era el mes de Junio.
Los primeros días, observó que un grupo de alumnos del 5º grado de primaria perseguían a varias mujercitas de ese mismo salón, para donde iban y cuando los siguió con la mirada, observó que uno de ellas las tocaba de forma indecente, lo cual no era de agrado de la menor.
Apurando el paso, el profesor los detiene y les llama la atención, amenazándolos con llevarlos a la Dirección para que traigan a sus padres por lo que estaban haciendo a las niñas. Ellos se rieron y en tono amenazante le refirieron que los lleve y que no tienen miedo.
Llamando al guardián del colegio, quien fungía de auxiliar en algunas oportunidades, los tomó del brazo y los llevó delante de la directora. Recibida las quejas, y al momento que estaba haciendo las esquelas de citación para cada uno de los padres. Uno de los chico le espetó en la cara a la Directora: - Si el profesor le enseña el miembro a las alumnas del 3er año de bachiller y no lo han castigado y por qué a nosotros si
Eso fue la gota que colmó la paciencia del profesor y girando sobre sus talones salió de la dirección, mira al cielo y exclama: - Esto se jodió!. Y empezó a angustiarse para tomar una determinación para terminar con ese asunto. En la noche pensó que era lo mejor renunciar para que los alumnos no tengan que dar el examen final.
Eso era el motivo principal, se buscaba que el profesor de Lengua Española y encargado de Lectura de todo el colegio, no esté en los exámenes finales, para que no los desaprueben. Y la mejor manera se presentó con los más chiquitos del colegio. Lo que no pudieron hacerlo los grandes, lo hicieron los de primaria.
El profesor fue al día siguiente, llegó al colegio con una solicitud de renuncia. El no iba a permitir que lo boten o expulsen, Por su dignidad debía ser mas valiente y sin bajar la cara presentó su renuncia irrevocable al puesto de Docente de Lengua Española y Encargado del Plan de Lectura.
La directora le pidió que no lo tome a la ligera, pero él le explicó que con la honorabilidad no se jugaba y que si hay dudas de eso en su persona, lo menos que tenía que hacer es salir con la frente en alto. Ella le rogó que no lo haga o que al menos espere a que termine el año escolar, porque para el próximo año eso se olvidará.
La determinación era final y en sus treces le volvió a decir que le acepte la renuncia. Como ruego final, la directora le pidió que se quede hasta los exámenes y después renuncié Él mirándola vio que era un ruego de una mujer que no tenía otra solución.
El profesor habló y dijo: - Está bien licenciada, yo lo haré por usted y no por esos niños. Sabía que eran unos abusadores, engreídos, mentirosos, cínicos y ociosos. Solo buscan el juego, la buena vida y viajar a EEUU o Puerto Rico, no estudian en ningún momento, piensan que la vida es solo diversión.
Luego de los exámenes que los cumplió hasta con los sustitutorios, el profesor se fue a trabajar donde una Asesoría Periodística a hacer análisis de los medios de comunicación. Y solo tenía en mente una pregunta, ¿Quién le hizo pasar una nueva desventura en su vida? se respondía: UNA MUJER.


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