COMO SOY?
Recuerdo que en mis años de estudiante
secundario, cuando hacíamos clase de psicología, el profesor nos preguntaba que
nos describiéramos, especialmente sobre nuestro comportamiento. Y cada uno
empezábamos a decir que éramos buenos, amigueros, muy estudiosos, obedientes,
que les gustaban los deportes y las chicas, uno que otro aumentaba a los
animales.
En estos tiempos Juanitop era un muchacho,
mas o menos tímido y callado, que en algunos momentos dejaba salir a ese niño
travieso que tenemos todos dentro de uno y fui moldeado por las constantes
disciplina de mis padres, por cada acto que ellos consideraban no estar de
acuerdo con sus costumbres.
Pero en fin, pienso que a pesar de todo
fui un chico promedio en comportamiento y sano físicamente. De eso no hay que
dudarlo porque mi actividad deportiva fue creciendo desde muy niño y en ese
tiempo era un buen jugador de básquet, hasta el punto de ser seleccionado para
representar a mi localidad en un torneo fuera del país.
Esa mañana de la clase de psicología, el
profesor pronuncia mi apellido y me manifiesta que diga como soy. Todo nervioso
y mirando al techo como quien busca la respuesta en las coyunturas de las
tablas y rincones de las aristas del techo, trato de esbozar una respuesta y
entonces recordando una vez que un periodista preguntaba a un funcionario sobre
su desempeño en el trabajo y éste responde rápidamente, él como lo catalogaba.
Tomando aire para darme valor preparo
la respuesta y digo:
“Soy un muchacho que trata de ser
amigable con las personas, especialmente con aquellos que le brindan su
amistad, brindo confianza y alguna forma de comprensión y colaboración. Pienso
que soy honrado y leal. No me gusta tomar nada ajeno y siempre estoy buscando
una forma de ayudar, siquiera con unas breves palabras”
Además, rechazo a todos lo que de alguna
manera quiera sobrepasarse conmigo o con alguno de mis amigos, porque no
permitiría que sean abusadores contra el mas débil. Me da temor que se burlen
de uno, solo porque no le agrade o porque cree encontrar con quien descobrarse
lo que alguna vez le hicieron”.
Al terminar esa idea, miré que el profesor
sorprendido, me hacía señas con la mano para que continúe hablando y yo
obediente seguí mi perorata: “…me aterra la soledad porque no tendría con
quien hablar y además siento, que el estar solo es sinónimo de estar muerto en
vida, porque no habría con quien conversar para expresarle mis sentimientos,
mis necesidades e ideas”.
Proseguí “me identifico plenamente con
el colegio a donde pertenezco y me doy íntegro a los planes que me comprometo,
y cuando quiero, quiero intensamente a pesar que esto me haya hecho algún daño
antes. Creo en un ser supremo que guía nuestras vidas y cuando lo conozca, lo
amaré también”
“… mi vida es producto del amor de dos
personas que día a día, a pesar de sus limitaciones me van formando para bien.
Acá en el colegio, hay personas que agradezco por sus enseñanzas que harán de
este alumno uno mejor. A todos ellos les doy las gracias y quiero decir
finalmente decir, que SOY COMO SOY. Juan Carlos Pérez”
Al decir mi nombre y dejar de
hablar, en el aula se escuchaba el zumbido de una mosca que volaba en búsqueda
del pye de limón de mi compañero de carpeta. Un gordito que se apellidaba
Sanchez y siempre llevaba su bolsa de papel con un dulce diferente cada día y
compartía conmigo. Nadie hablaba.
Nunca olvidaré lo que ocurrió, luego de
varios segundos que parecieron minutos, es que al final obtuve, una fuerte
ovación de parte de mis demás compañeros, no se si lo hacían por “chacota” o
porque les gustó lo que dije y lo tomaron como una seuda clase de oratoria o
exposición, pero a partir de ese día fui uno de los alumnos mas conocidos del
colegio.
Por eso creo que tomé la decisión de tener
la profesión que tengo.
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