Hace dos
noches tuve un sueño…
No, no es
las letras de una canción de mi juventud. A continuación un relato de la jugada
magistral que me hizo la mente, de aquella que nos tiene acostumbrada a cada
momento.
“Una noche a
finales de verano, empiezo a mirar el techo blanco de la habitación, recorro
con la vista los enseres que en el hay. Miro mi modesta computadora añorando la
de última generación que tuve en otros lares. Gran nostalgia siento por todo lo
pasado y ahora estoy en el presente que me trae mucha soledad.
Wuauuuu!!!!,
no sé porque pienso eso, si ya todo lo pasado es y no hay nada que pueda
recomponerla. El gran culpable fui yo y nadie más. Tomé una determinación
apurada y heme acá, solo y triste. ¡¡Sólo No!! Tengo a Cristo en mi corazón y
nunca me abandonará.
Volviendo a
mi estado en mi dormitorio siento afuera, en el piso inferior que algo ocurre y
enun principio no me atreví a mirar porque una vez al hacerlo casi me cae un
balazo de aquellos que se les conoce como “gatillo caliente”, disparan sin
miramientos a todo lo que se mueve y causan daños irreparables y son inmunes a
las condenas.
Pero, el
ruido iba en aumento y la curiosidad conjugada con la formación profesional,
pudo más y me ganó. Levanto toda mi humanidad de la cama y asegurándome no pase
nada malo, me calzo las sandalias. Son una apropiada para la arena y el mar,
que traje de mi paso por el Caribe.
Empiezo a
acercarme sigilosamente a la ventana y de repente veo que un rayo de luz cruza
de derecha a izquierda en forma perpendicular y me percato que cae dentro del
jardín de la casa. Observo que está hundido en un hoyo de caso tres metros y
dejo pasar uno minutos hasta que dándome valor bajo las escaleras y salgo a
mirar.
Cuando llegó
no vi ese algo que estaba dentro del hoyo. ¡Estaba vacío!. Pero qué era, cómo
era y qué forma tenía. Eran interrogantes que comencé a hacerme y no hallaba
las respuestas. Instintivamente me rascaba la cabeza y no era porque la tenía
sucia, sino que era señal que no me explicaba lo que estaba ocurriendo.
Algo se
movió detrás de un gran roble que está plantado a un lado del jardín y que data
de muchos años. Se volvió a mover y ahí, si me asusté. Era algo que tenía un
alto como de mi tamaño y pesaría como 57 kilos, pero ¡oh! Y doble ¡oh! ¡oh! Era
una mujer!!!!!
Me restregué
los ojos para ver bien y en verdad era una mujer que al notar que la descubrí,
hizo un ademán de esconder algo detrás ella. Me di cuenta que era una beldad de
complexión mediana, con su pelo castaño y de mirada dulce cuyos ojos marrones
contrastaban con su rostro dándole un aspecto angelical.
Automáticamente,
mi cualidad de caballerosidad se hizo presente y le empecé a hablar, pero ella
no me escuchaba y yo menos, no sabía lo que decía. Era algo como si nos
envolviera y no había sonido alguno. No me amilané y seguí con mi perorata.
Ella me miraba, en un principio asustada y después, empezó a sentir confianza
porque mi trato fue hacia una dama y yo en realidad respeto a toda mujer porque
se que he salido de una de ellas y jamás permitiría que mancillen su nombre.
Además tengo
dos hijas mujeres y jamás dejaría que ningún individuo la maltrate. ufffff,
ufffff, se me salió el papá vigilante. Jejejejejeje
Bueno,
regresemos al jardín.
La mujer al
tomarme confianza, me dijo en dónde estaba y le conté que estaba en el jardín
de la casa dónde alquiló una habitación-estudio y que un fuerte ruido me
despertó y al ver por la ventana que está en el segundo piso mire que algo caía
del cielo y al acercarme a donde cayó solo encontré un gran hueco.
Ella puso
cara de seria, dándome a entender que no le gustó mi respuesta y por segunda
vez me doy cuenta que trata de esconder algo detrás suyo y agudizando mi vista,
noto que algo le cuelga del hombro o quizás era de la espalda. Era algo así
como un penacho de los indios pieles rojas.
En eso
quiere dar un paso y trastabilla. Le doy mi mano para que se apoye y cuando veo
asombrado que lo que escondía era un ala, un ala como la de los pájaros, como
el que tienen… Ella me abrazó y me murmuró algo al oído.
Traté de
entenderlo pero un sopor me hizo perder mi ecuanimidad y estuve a punto de
desmayarme, pero la fuerza que hice logró su propósito y permanecí con mis
cinco sentidos (?). Ahora ella quien me ayudaba a estar de pie. Me pareció un
chiste, el héroe siendo rescatado por la extraña en peligro.
Me puso a
buen recaudo y antes de desaparecer volvió a decirme algo al oído y ahora si se
que es lo me habló. Me llamo psssss, psssss y no le cuentes a nadie de este momento
porque sino mi señor se molestará mucho. Yo entre dientes le respondí, quédate
acá que no te pasara nada, porque soy Juan Carlos, el Rey de....
Caí rendido
y me desperté en mi cama todo húmedo, estaba sudando de pies a cabeza. El sol
entraba a la habitación en todo su esplendor y mirando el jardín, en el lugar
donde supuestamente, cayó ella solo había una nueva flor, blanca y ahí recién
pude darme cuenta que ella, era un ángel del Señor”.
Espero te
haya gustado, Dios te bendiga….
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